Un estudio de la Agencia de Cooperación Japonesa sostiene que un terremoto podría afectar 10.000 estructuras de la capital. Sin embargo, los sismólogos ponen esa cifra en tela de juicio. Por Joseph Poliszuk
¿Qué pasaría en Caracas si se repitiera un terremoto? Nadie quiere ser profeta del desastre, pero la pregunta va y viene cada vez que se mueven las placas del continente. Geólogos, ingenieros civiles y especialistas en gestión de riesgo advierten, de cualquier modo, que no hay varita mágica que permita determinar a ciencia cierta cómo actuará la ciudad en ese momento.
"Los terremotos son impredecibles", recuerda Miguel Palma, sismólogo de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas. Todo depende del punto del epicentro, las fallas que se activen, el tiempo del movimiento telúrico y otras variables más específicas. De todas formas, está claro que la densidad de población y la composición de los suelos son factores determinantes a la hora de planificar y prevenir desastres naturales.
La experiencia del terremoto de 1967 dejó muy claro que los suelos que tienen más sedimentos y menos rocas se hallan en la parroquia San José del municipio Libertador y, más aun, en Altamira, Los Palos Grandes y sus alrededores. Como castillos de naipes, el 29 de julio de ese año se desmoronaron cuatro edificios y hubo que demoler más de 30 ubicados principalmente en esas zonas. Las crónicas de los días siguientes señalan que la tierra se sacudió y en cuestión de segundos dejó un saldo de 2.000 heridos y más de 200 muertos.
Un estudio publicado en 2005 por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón advierte que las víctimas podrían duplicarse. El trabajo asegura que en el caso hipotético de que el mismo evento se repita en esta época, Caracas tendría "10.000 estructuras severamente dañadas y 4.900 fallecidos y heridos". Se trata de un documento que proyecta cuatro escenarios de terremotos, en los que se concluye que muchos de los edificios no están adaptados a la última norma de construcción Covenin, que data del año 2001.
Adaptar los edificios
De los 1.000 inmuebles más importantes que el estudio ubicó en los municipios Chacao, Libertador y Sucre, tomaron una muestra de 32, de los cuales consideraron que era necesario inspeccionar 24. Aunque el objeto de estudio al final se redujo por falta de planos y otros datos, las conclusiones advierten que falta voltear la mirada al tema de la prevención de desastres naturales: "De los cuatro edificios a los que se les efectuó la evaluación sísmica detallada, la decisión tomada en tres de ellos fue que requerían de reforzamiento, al ser comparados con el Código Sísmico de 2001".
Titulado como Plan Básico de Prevención de Desastres en el Distrito Metropolitano de Caracas y realizado por la consultora japonesa Pacific Consultants International, en compañía de un equipo de la Alcaldía Metropolitana que trabajó en tiempos de Alfredo Peña, el estudio recomienda hacer cumplir las últimas normas de construcción, reforzar las instalaciones socialmente importantes, diseñar rutas de emergencia dentro de la ciudad y, entre otras medidas, evaluar la vulnerabilidad de los barrios.
"No existe ningún método en particular para realizar una evaluación sísmica en Venezuela debido a que esta no se practica aquí", señala el resumen del estudio, antes de advertir que aplicaron "los métodos de evaluación sísmicos desarrollados por la Agencia de Gestión de Emergencia Federal de Estados Unidos". Es decir, cruzaron la información oficial que entonces reposaba en Funvisis, Protección Civil y otros organismos del Estado, con un análisis detallado de una muestra de edificaciones.
Siete sacudidas
Caracas ha tenido siete terremotos a lo largo de su historia, pero sólo hay datos específicos del último. Por eso, algunos expertos creen que es aventurado plantear escenarios de movimientos telúricos de los que no hay registros exactos. Nadie quiere referirse directamente a estudios determinados como el que publicó la Agencia de Cooperación de Japón, pero destacan que es difícil hacer proyecciones para la capital de la República Bolivariana de Venezuela.
Sea lo que sea, hasta ahora no hay otro mapa sísmico de la capital. Funvisis está por publicar un Proyecto de microzonificación de las ciudades de Caracas y Barquisimeto. Cuando se haga público, será más fácil determinar las características de cada suelo y por tanto, la flexibilidad y las medidas a calcular en las construcciones de cada parroquia.
En Funvisis advierten que el estudio sentará precedentes. "La microzonificación de hace cinco años no estaba tan avanzada como hoy en día, los datos que se están procesando en este momento tienen un valor agregado que puede hacer proyecciones más precisas, a la hora de determinar las posibles zonas más afectadas en un movimiento telúrico", explica el sismólogo Miguel Palma.
Silencios sísmicos
El próximo viernes se celebra el Día de la prevención sísmica en Venezuela y la fecha sirve para recordar el terremoto que azotó a Caracas en 1812. Era jueves santo, el país celebraba la Semana santa a menos de un año de la Independencia, cuando una sacudida estremeció a Barquisimeto, Mérida, El Tocuyo, San Felipe y la capital. Los historiadores hablan de una de las tragedias más grandes que se hayan visto al pie de El Ávila: cerca de 10.000 muertos en una ciudad que apenas tenía 44.000 habitantes
Casi dos siglos después, los especialistas llaman a acondicionar la ciudad. Se están acumulando cargas; Caracas ha tenido mucho tiempo con "silencios sísmicos", explica José Grases. Pero más que preocuparse, el doctor en ciencias y ex director del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad Central de Venezuela cree que hay que ocuparse de la planificación: "La función del ingeniero es preventiva y ahora somos mucho más exigentes, la norma de construcción de 2001 exige columnas más sólidas para soportar tabiques y otras paredes internas".
El docente destaca la calidad de los materiales de construcción que hay en el país y el nivel de los profesionales. Lo que toca es evaluar las edificaciones y adaptarlas a las normas más recientes. "El terremoto del 67 dejó muchas lecciones, al punto de que creamos la maestría en ingeniería sísmica de la UCV", recuerda. "Aquí vinieron expertos de todo el mundo a estudiar el fenómeno; se publicaron investigaciones en todas partes y comenzamos a apuntalar estructuras".
Caracas entonces se convirtió en laboratorio. Son tiempos que Grases evoca desde un balcón de Los Palos Grandes, en el que muestra el edificio Petunia 2 de la Primera avenida. Como si nada hubiera pasado, las columnas reforzadas de ese inmueble no dejan ni huella del colapso que sufrió en el terremoto de hace 43 años. Esa y otras obras ejecutadas por él y otros docentes fueron fundamentales y en momentos de atentados contra la UCV, Grases advierte que la academia es necesaria para esta y otras áreas de la vida nacional. Asegura que la prevención comienza por ese punto.
La ingeniería del barrio
Los barrios, sin embargo, son otra historia. En 1967 no había el cinturón de miseria de hoy y, como suele suceder en este y otros casos, la ciudad ha cambiado. A contracorriente de los servicios y las vías de acceso, Grases señala que la presión demográfica es tan grande que las viviendas maltrechas de los cerros han crecido para arriba.
Si bien Sebucán y Santa Eduvigis muestran los suelos más sedimentados del municipio Sucre, en Protección Civil de esa localidad se preocupan más por Petare. Señalan que la ingeniería de los barrios ha hecho obras maestras, pero lamentan que en muchos casos también rete el sentido común.
Mencionan casos de columnas que no son rectas a propósito; también estacionamientos improvisados sobre la platabanda de viviendas de tres pisos. "¨¿Qué nos toca hacer?", pregunta Gabriel D'Andrea, director del organismo. "Crear una cultura de manejo de desastres y para eso estamos dando talleres y charlas".
En la misma onda, el director de Protección Civil de Chacao, José Luis Núñez, señala que en un mes dirigirán un simulacro de desalojo en las 58 escuelas municipales de su localidad. Se pregunta, sin embargo, si los hospitales del área metropolitana están preparados para un terremoto, si hay suficientes ambulancias o si los usuarios del sistema de transporte subterráneo sabrán qué hacer en esas circunstancias.
"Es muy probable que el Metro aguante un sismo pero cómo van a controlar el pánico", dice. "Se que tienen planes para emergencias; sin embargo, una estación grande hoy en día puede tener entre 4.000 y 5.000 personas y muchas de las entradas están obstaculizadas por buhoneros". Vale más prevenir que lamentar, por eso insiste en que hace falta más planificación.
Sin refugios
En el área metropolitana de Caracas no hay ni siquiera albergues para damnificados. Lo sabe bien el director de Protección Civil del Municipio Libertador, Hernán Mateus. Deja claro, de cualquier manera, que están preparados para instalar tiendas de campaña en el Parque del oeste, junto a la casa que Antonio Guzmán Blanco tenía en Antímano o en dos estadios de béisbol del 23 de Enero.
"Lo primero que hay que saber a la hora de planificar es cuán vulnerable es cada una de las zonas y sus características", agrega José Luis Núñez, director de Protección Civil y Ambiente del Municipio Chacao, donde adelanta que este año evaluaron las condiciones sísmicas de 119 edificios ubicados en lo que llama la olla sedimentaria de Chacao.
"Ni juntas, las autoridades de este país vamos a tener capacidad para atender a toda la población afectada en el momento de un terremoto; las primeras ocho horas son para atender áreas de emergencia y por eso es necesario preparar y organizar a toda la población".