VIERNES 06 DE MAYO DE 2011 |
Damián Lucero, es bombero voluntario y se accidentó hace unos años, mientras desempeñaba su labor. Hoy escribe una dura carta al IPROSS debido a las dificultades que sufre para recibir la cobertura de los servicios que necesita, al igual que le ocurre a tantos otros. "Tal vez necesitan saber que debajo de cada papel hay una persona", expresa con dolor.
Damián Lucero, el bombero accidentado hace unos años, relata a través de una carta las dificultades a las que está expuesto para recibir la cobertura de los servicios de salud por parte del IPROSS. En duros términos se refiere a la obra social.
Carta Textual
Antes que nada muy buenos días, estoy muy feliz de saludarlos, si bien generalmente me dirijo a ustedes con motivos muy gratos para mí, hoy es por un motivo ajeno a mi persona, pero que me provoca profundos inconvenientes.
Desde el lunes próximo pasado he dejado de recibir el traslado necesario para dirigirme a realizar mi rehabilitación, y este hecho es debido a que la obra social IPROSS adeuda los pagos de todo el corriente año.
Aducirán tal vez que esto es por mi culpa, pero el hecho es, que esto se ha vuelto una conducta habitual en ellos, deberle a todos los prestadores como mínimo cinco meses de su trabajo, y en contra partida pedirnos a los asociados miles de papeles inútiles una y otra vez con la esperanza de marearnos, y poder así rebotar un pago, eso sí en el caso de que esto ocurra, lo comunicaran varios meses después, para rebotar todos los pagos.
En 7 años de mi accidente presente, notas, recursos de amparos, y recorrí juzgados con el propósito de que simplemente se cumpla la ley, pero este hecho no evito que estos señores años tras años, siguieran con su política de no abonar las prestaciones y acumular meses de deuda
Y veo que esta triste práctica no se circunscribe solo a mí, sino que constantemente convivo con otros pacientes que sufren idéntico flagelo, no puedo dejar de pensar que además habrá otros cientos en igual situación pero sin voz.
Medite mucho la decisión de escribir esta carta, consulte amigos y familiares, esta situación me provoca profundo estrés, y solo producto de un agobiante agotamiento mental es que me veo forzado a esto.
Día tras día sostengo una política de vida que me lleva a jugar con las cartas que me tocaron y jamás me reprocho esto, de hecho estoy muy orgulloso de poder seguir, pero al sufrir tanta desidia, tanto desinterés por el prójimo, me lleva a preguntarme ¿que los hace felices? ¿Ser un burócrata eficiente?, ¿negar pagos a gente enferma? ¿Tratar de hacerle la vida difícil a alguien?, ¿les da placer sentirse poderosos, amos y señores sobre la vida de otros?
Tal vez yo estoy muy enojado, o muy cansado y por eso hablo con esta crudeza, tal vez necesitan saber que debajo de cada papel hay una persona, hijo de… o padre de… o que nadie esta exento de… y que no está usando IPROSS para costearse unas vacaciones en Buzios.
Y para finalizar, estos perfectos burócratas, tienen hasta una respuesta pregrabada, “no soy yo, es Viedma, yo solo soy empleado”, esta obediencia debida me suena a verso así que yo los conmino a replantearse si son la persona que quieren ser.
Muy amable por su atención, les envió a todos un abrazo muy fuerte, y un profundo agradecimiento.
Damián Lucero
Articulo publicado en http://www.bariloche2000.com
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