Articulo Técnico del Suboficial Mayor Julio E. García
Nuevo paradigma para las sociedades de bomberos voluntarios:
La evolución institucional
En todos los ámbitos sociales se van produciendo paradigmas que nos invitan a crecer, a avanzar, a evolucionar, como todas las sociedades intermedias, las sociedades de Bomberos Voluntarios no escapan a esta realidad. En la medida en que la sociedad cambia, las personas, como seres sociales que somos, también vamos cambiando y adaptándonos a nuevos desafíos. Posiblemente los cambios sociales son tan progresivos e imperceptibles que cuando nos damos cuentas que “las cosas cambiaron” ya es demasiado tarde y tenemos que hacer adaptaciones tan profundas e improvisadas que terminan siendo insuficientes o perjudiciales para la misma organización que intentamos adaptar. Los cambios sociales nos imponen nuevos desafíos, desafíos operacionales, estructurales, etc.
Las sociedades de Bomberos Voluntarios son Entidades intermedias, actúan como intermediarios entre la comunidad y el Estado, proveemos soluciones, prestamos un servicio esencial, trabajamos en emergencias. Al remarcar que somos intermediarios ante la sociedad debemos reconocer nuestra responsabilidad ante ella. Si la sociedad cambia, las organizaciones tiene la opción de estancarse o cambiar. Pero esto debemos particularizarlo un poco mas, vamos a decirlo de esta manera, si los individuos que componen una sociedad cambian su cultura, sus costumbres, su expectativas, sus roles sociales, etc. estos cambios afectarán en mayor o menor medida a la sociedad en general e indefectiblemente a las organizaciones que la componen. Pero... ¿Por qué si la sociedad cambia las organizaciones debemos cambiar? Obviamente, por que las necesidades cambian. Veámoslo de esta manera: Las organizaciones de Bomberos se nutren de los individuos que componen la sociedad a la que prestan servicios, es sin duda una relación simbiótica, uno necesita si o si del otro. Si cambia la sociedad, la organización EVOLUCIONA O MUERE. Tengamos en cuenta esto: No siempre la muerte de una organización es la desaparición física, la muerte puede venir de una “ralentización”, de convertirse en una organización desconocida o inútil, una institución que ya no cumple o cumple deficientemente su rol social. Las organizaciones deben caminar a la par de los cambios sociales.
Debemos asumir el desafío de adaptarnos, en especial las organizaciones voluntarias. En estos días de crisis de valores donde la gente no hace nada por el otro y menos si es “gratis”, en esta época de individualismo, donde no se conocen valores de solidaridad, si las organizaciones bomberiles no corremos a la par de la sociedad caeremos en un pozo del cual es muy difícil salir. En otras épocas de cuarteles casi militarizados, la disciplina era un valor y el enfoque estaba puesto en el crecimiento económico y social de las entidades. No vamos a juzgar en este caso si estaba bien o mal la orientación de esa época, era así y seguramente fue el régimen que más le sirvió al sistema (por algo sobrevivieron). Hoy no podemos seguir actuando así, debemos cambiar el enfoque y orientarlo principalmente a los recursos humanos, el personal, la herramienta más necesaria y más valiosa de cualquier organización y en especial, las voluntarias. Ese es el nuevo PARADIGMA que debemos seguir, ese debe ser el redireccionamiento de las organizaciones bomberiles, el cuidado del personal, la motivación de los voluntarios, alejarlos de la tentación del individualismo. Tres puntos son esenciales para lograr esta adaptación institucional: Ingreso, fidelización y continuidad. Ninguno de los tres puntos es fácil de lograr.
Aquellos que pertenecemos a alguna institución desde hace varios años podemos ver como estadísticamente los ingresos de aspirantes han mermado, especialmente en los ejidos urbanos, donde los jóvenes se tientan fácilmente con otras actividades a causa de ofertas mas atractivas desde diferentes puntos de vista, el dinero, la competencia, o una relativa fama, etc. Antiguamente las entidades se nutrían de la comunidad casi sin esfuerzo alguno, simplemente los voluntarios se acercaban, ingresaban y un gran porcentaje se quedaba y hacia su carrera dentro de la institución. Con el tiempo este comportamiento fue cambiando, los voluntarios ya no llegan y las entidades bajan su capacidad de ingreso anualmente y esta tendencia sigue progresando. Es necesario entonces que los cuarteles se enfoquen en el ingreso del personal de una manera mas concreta, básicamente hablamos de salir a tentar a los posibles aspirantes.
En la actualidad la relación con la comunidad debe ser mas eficiente y mantener un vínculo de mayor presencia a través de medios de prensa, redes sociales y actividades en las que la comunidad sea parte (Por ejemplo: muestras de materiales y equipos en espacios públicos, capacitaciones a la comunidad, participación en actos y actividades sociales, etc.) En definitiva, todo aquello que nos permita ocupar un espacio en la vida pública de nuestra comunidad. Para llevarlo a cabo es de vital importancia tener una visión estratégica, esto quiere decir plantearse un objetivo (alcanzable) y planificar de qué manera posicionarse para lograrla, generar una imagen que se instale en la sociedad que le dé a la entidad el prestigio necesario para ser una opción para los jóvenes que desean realizar una actividad.
Una vez lograda el posicionamiento y el ingreso, el segundo paso es fidelizar al personal, hacerlo sentirse parte del equipo, que sienta que forma parte de algo realmente importante, básicamente que “se ponga la camiseta”. Esto implica capacitación en RRHH, especialmente en motivación del personal.
Por último, lograr la continuidad del personal fidelizado previamente. De esto se deben encargar los mandos medios de las instituciones. Mantener contacto y seguimiento sobre el personal implica prestar atención no a los problemas personales sino a su rendimiento dentro de la institución. Para esto se debe crear un Departamento de RRHH. Cuando hablamos de esto no estamos versando solo sobre las tareas administrativas, la función principal de este departamento es mantener la fidelización del personal con estrategias motivacionales que permitan una permanencia en el nivel de rendimiento y hasta una elevación si es posible.
Hoy por hoy la herramienta más importante de cualquier entidad es el personal. Podemos contar con el mejor equipamiento, sino tenemos quien los use adecuadamente, no cumpliremos nuestra función eficientemente. Las Sociedades de Bomberos Voluntarios deben cuidar de su personal como el tesoro más preciado, capacitarlos para cumplir la función y hacer que ellos se sientan realizados, que sepan que han encontrado su lugar en el mundo. Ese es el nuevo paradigma de los cuarteles: Evolucionar.
Suboficial Mayor Julio García
Bomberos Voluntarios de Ezeiza
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