Nuevamente tragedia en el sector Blandin de Caracas
Octavio Aguilera se despertó a las 6 am. de ayer para limpiar el lodo de los alrededores de su vivienda y también los desechos que dejó el perro de un vecino del barrio La Línea, del sector Marigüitar en Blandín, km 5 de la carretera vieja Caracas-La Guaira. Apenas comenzó su labor, observó cómo se venía abajo el cerro y tapió la casa donde vivían sus doce familiares. Siete de ellos quedaron bajo tierra: sus dos hijos, cuatro nietos y su nuera.
"Al ver el deslizamiento de tierra le grité a mi hija Seila para que salieran de la casa. Ese sector fue uno de los más afectados durante la tragedia del estado Vargas en 1999. Pero mi casa, que es de bloques, sobrevivió a aquéllo", dijo.
Tras la tragedia de Vargas, el presidente de la República, Hugo Chávez, prometió que Blandín sería desalojado por completo. Once años después, el sector está totalmente repoblado.
Pasadas las 6:30 a.m. llegaron decenas de vecinos y funcionarios de Protección Civil y de los Bomberos del Distrito Capital para iniciar las labores de rescate de las siete víctimas.
Del sector fueron desalojadas preventivamente 18 familias que permanecieron por más de doce horas en la calle a la espera de las personas tapiadas: Robert José (47) y Seila Aguilera Zárraga (46), Anaily Indriago de Aguilera (33), Zilen Ibairi Gutiérrez Aguilera (20), dos niños -una de cinco años y otro de ocho- y una adolescente de 15 años. En el kilómetro 5 de Blandín, los vecinos de los Aguilera usaron diez carretillas para trasladar el lodo e intentar despejar la zona para dar con el paradero de las víctimas.
Octavio Aguilera contó que su hija Seila trabajaba en el Ministerio de Educación. "Mi hijo Robert laboraba en la Electricidad de Caracas", recordó, con lágrimas en los ojos. Hasta el cierre de esta edición aún se buscaba a los tapiados. Los bomberos del Distrito Capital mantenían la esperanza de encontrarlos con vida. Aguilera, sin embargo, ya hablaba de sus familiares en pasado.
Su pareja, Martha de Aguilera, también sobrevivió al deslizamiento de la casa donde Octavio vive desde hace 40 años porque se había levantado muy temprano a cocinar y estaba en el patio con su esposo. Su nieta Erika Margarita logró salir de la residencia. Mientras que el otro hijo de Octavio, Edgar Aguilera, había salido minutos antes a su trabajo.
Tras ocho horas de búsqueda los bomberos del Distrito Capital decidieron agilizar el rescate utilizando agua a presión. Caída la noche colocaron dos grandes reflectores para iluminar el lugar.
Al barrio acudieron el alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, el dirigente de PSUV y ex alcalde Freddy Bernal y la jefa de Gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Faría. Rodríguez ofreció residencia para las familias afectadas en hoteles de Plaza Venezuela y en El Junquito. También dijo que disponen de 80 casas para los afectados. "Ellos tienen cuatro años que no vienen al barrio", aseveró Alberto Díaz, vecino, quien gritó a Rodríguez "colóquense a un lado, déjennos trabajar".
Luisa Salas, vecina, informó que tienen seis años esperando que la Alcaldía de Libertador y el Estado los reubiquen en sitio seguro. "Nos han censado decenas de veces. Sabemos que La Línea es un terreno de alto riesgo. En este sector sobreviven puras familias de Cumaná. Por eso el barrio se llama Marigüitar", expresó.
Gerardo Guerrero, presidente de la asociación civil Consejo de Coordinación, señaló que tras la tragedia de 1999, en Blandín se aprobó un plan de rehabilitación de la vialidad y obras de mitigación de riesgo en 2005 con recursos que se le otorgaron a la comunidad. "Se entregaron Bs 59 millones para iniciar las obras. El Estado paralizó el proyecto y hasta el momento once proyectos están engavetados en Mivivienda".
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