Por Róger Almanza G.
Un quepí de tela blanca cubre sus canas. Elegantemente uniformado de azul marino mantiene una postura de soldado. De su chaqueta cuelgan algunas medallas que lo han convertido en personaje de alto valor para la ciudad que lo vio nacer hace 86 años. Masaya, la cuna del folclor también acuna al bombero más viejo del mundo.
En el pueblo es el doctor Pérez Noguera, pero su pecho se ensancha cuando lo llaman Comandante Óscar Pérez Noguera. Es miembro activo del Cuerpo de Bomberos de Masaya, estación que también lleva su nombre.
De cómo se ha convertido en el bombero de mayor edad que se conoce hasta la fecha, es un cuento largo, pero lo resume en pocas palabras. “Ayudar a la comunidad es algo que alimenta la vida, lo he logrado como bombero y hacerlo me llena de más energía”, expresa el “Comandante”, quien también es fundador del Cuerpo de Bomberos de la ciudad.
Todo tiene un inicio
Una tarde de 1963, Pérez viajaba desde Managua, donde trabajaba como visitador médico, hacia Masaya. Un tumulto de gente estaba reunida frente a su casa y una humareda negra cubría la vivienda de altas paredes y techo de teja. El inmueble había sufrido un incendio y los vecinos lo habían sofocado a punta de baldes con agua y panadas de arena.
“Vi a mi esposa y mis hijos llorando, la gente asustada y mucha desesperación”, recuerda el “Comandante”. No se quedó de brazos cruzados.
Entró a su casa media quemada y buscó su megáfono. Empezó a invitar a una reunión de emergencia. Logró convocar a 200 personas. El resultado de esa reunión imprevista fue la primera junta directiva de los bomberos de Masaya.
Una semana después la Alcaldía organizó una reunión con la iniciativa de fundar un cuerpo de bomberos. Pérez y sus amigos se unieron. “Ellos eran los de la plata”, pensó.
Aunque el alcalde de ese entonces fue nombrado el jefe del Cuerpo de Bomberos, las riendas las llevaba Pérez, que fue nombrado como segundo jefe y graduado como “Comandante”.
“El tiempo pasa, pisa y vuela”...
Entre su profesión como visitador médico y bombero, el “Comandante” no dudó en elegir. “Soy bombero. Es mi pasión. Siento que me hierve la sangre cuando estoy frente a un incendio y controlarlo depende de nosotros como equipo”, dice.
Hace un par de años durante una reunión de bomberos el “Comandante” dijo algo que hasta hoy se arrepiente.
“Es tiempo de darle paso a los más jóvenes”, fue la frase que golpea su cabeza cada vez que la recuerda. Todos pensaron que era el momento de su retiro, pero no fue así.
Aún en las calles de Masaya o las carreteras se ve al “Comandante Pérez” atender víctimas de accidentes y una que otra persona atacada por abejas asesinas o algunos apaleados durante una trifulca. De los incendios, aunque asegura que cada vez son más escasos en la ciudad, también es protagonista. El último que atendió fue hace tres meses en una tienda de zapatos.
Pero su primer incendio no lo olvidará jamás. Fue en el mercado municipal en 1964. “Corrimos con escaleras y todo lo que en ese momento nos podía servir. Realmente no teníamos nada, pero nos habíamos estado preparando con los bomberos de Carazo y Granada.
Ese primer incendio comenzó en el tramo norte del mercado municipal. “Recuerdo que ordené que no abrieran las puertas, pero el dueño de una de las tiendas no hizo caso, abrieron el portón y todo explotó”. Cuando la ayuda desde Granada logró llegar, ya casi todo el fuego se había extinguido. Después de dos horas lograron controlarlo.
“Yo siento que mi edad no es obstác*** para servirle a la comunidad. Solo la muerte podría detenerme en mi carrera de bombero”, asegura el “Comandante Pérez”.
Un hombre lleno de amor
Ha enviudado en dos ocasiones. Con su primera esposa procreó cuatro hijos a lo largo de 40 años de matrimonio. Los tres varones también recibieron los cursos de bomberos voluntarios y la niña no logró hacerlo porque, además de ser la menor, pasaba la mayor parte del tiempo internada en los colegios.
Ocho años de viudez le hicieron sentir la necesidad de una nueva pareja y se dio el permiso. 20 años de amor hasta que la muerte volvió a interferir.
Hace tres años volvió a encontrar el amor y no dudó en casarse. Es su tercera esposa a quien le duplica la edad, y esta vez no espera ser el viudo.
Su felicidad se agranda cuando saca las cuentas de su familia, tiene 23 nietos y seis bisnietos, a quienes inculca el amor a la comunidad y espíritu de servicio.
Hoy continúa siendo miembro activo del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Masaya, donde trabajan 60 miembros, entre oficiales y bomberos.
Es el más viejo del equipo y tras sus huellas otro bombero de 60 años y su hijo Freddy de 58 años.
“Es un gran orgullo tenerlo como padre. Saber que es parte de la historia de esta ciudad y yo la viví a su lado desde que tenía 10 años. Yo siempre saco el pecho cuando digo que soy el hijo del ‘Comandante Pérez’”, dice Freddy, quien goza del grado de Mayor en el Cuerpo de Bomberos de Masaya.
Hace dos años se topó con un periodista holandés, quien publicó su historia en una revista, que lo destacó como el Comandante de bomberos más viejo del mundo, y está aquí, en Masaya.
Nació en 1926 y no piensa en fecha de partida. De su retiro que ni le hablen si quieren continuar con su amistad.
http://www.laprensa.com.ni/2012/03/11/seccion-domingo/93657-bombero-mas-viejo-mundo
Les comparto algo de la historia de la fundacion del Benemerito Cuerpo de Bomberos de Masaya Nicaragua
" Estacion Comandante Dr. OSCAR PEREZ NOGUERA"
Mi padre a mucho honor lo fundo en 1963
Espero lean el articulo y comente
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