El Sol de Tlaxcala
17 de agosto de 2011
Moisés Morales
El Carmen Tequexquitla, Tlaxcala.- Un experimento químico fallido en la empresa Clorobencenos S.A. de C.V., ubicada en el municipio de Tequexquitla, dejó como saldo un muerto y cinco heridos de gravedad, entre ellos el gerente de la firma, al explotar el reactor de alta presión del laboratorio que se encontraba a prueba, pero superó su capacidad de almacenamiento de una sustancia denominada óxido de difenilo.
El estallido, reportado alrededor de las 12:20 horas de ayer, movilizó a decenas de elementos de los cuerpos de emergencia, ante el riesgo de una segunda explosión por lo volátil de la sustancia, usada para elaborar resina sintética o aromatizadora, ampliamente portadora de calor y cancerígena al contacto directo con el hombre.
En la fábrica murió calcinado Oscar García Espinoza, de 22 años de edad, mientras que el gerente, Rubén González Bello, de 48 años; el Ingeniero Químico Donaciano Ramírez Pantoja, de 26 años; y los empleados Miguel García Espinoza, de 22 años; Miguel Morales Salazar, de 24 años y Javier Hernández Vega, de 26 años, sufrieron quemaduras de primero y segundo grado hasta en el 70 por ciento de su cuerpo, por lo que requirieron hospitalización urgente; los dos primeros en el Hospital de Traumatología del Estado de Puebla y el resto en la capital tlaxcalteca.
Al lugar arribaron elementos de la 23 Zona Militar, efectivos de las policías Federal, Estatal, Ministerial y Municipal, además de bomberos y personal del Instituto Estatal de Protección Civil (IEPC), quienes acordonaron el área y cerraron la carretera por espacio de hora y media a una distancia de 300 metros.
A su vez, pobladores se manifestaron frente a la empresa para exigirle al presidente municipal, Ismael Quintero Hernández, el cierre definitivo de la firma, por considerar que representa un riesgo para los habitantes.
Los hechos
El sistema de alarma de la empresa Clorobencenos S.A. de C.V., situada en el kilómetro uno de la carretera Tequexquitla-Oriental, se activó a las 12:20 horas al registrarse una explosión en el laboratorio de pruebas, en el que el ingeniero químico Donaciano Ramírez Pantoja, originario del municipio de Atlangatepec, experimentaba la combinación de diferentes sustancias altamente inflamables.
Ante ello, la brigada interna de protección civil acudió a sofocar las llamas y parar el derrame de midasolina, otra sustancia peligrosa que se hallaba en contenedores y que representaba un riesgo latente en caso de combustionarse.
Pobladores contaron que "una enorme nube negra, que podía observarse a varios kilómetros de distancia, de pronto cubrió el cielo", lo que causó alarma y hasta pánico, pues el olor a cloro fue intenso por varios minutos.
La reacción
Policías municipales, encabezados por el alcalde Ismael Quintero Hernández, y el director de Protección Civil de Tequexquitla, Alberto Gaspar González, fueron los primeros en acudir al sitio del siniestro, quienes coordinaron la evacuación de los trabajadores y cerraron el paso vehicular a unos 30 metros de distancia, además solicitaron a la población no acercarse por representar un riesgo para su salud.
Unos 20 minutos después, y de manera paulatina, se constituyeron paramédicos de la Cruz Roja de Huamantla, Apizaco y Grajales, Puebla, así como de Briasa de Cuapiaxtla, para rescatar a los heridos y llevarlos al nosocomio más cercano.
Empero, ante la gravedad de sus quemaduras, las cuales abarcan del 35 al 70 por ciento de su cuerpo (cara, tórax y miembros superiores e inferiores), Rubén González Bello y Donaciano Ramírez Pantoja fueron llevados al Hospital de Traumatología de Puebla, en tanto, Miguel García Espinoza, Miguel Morales Salazar y Javier Hernández Vega, recibieron atención en el Hospital General de Tlaxcala.
Hasta el lugar se apersonó el recién nombrado secretario de Seguridad Pública, Orlando May Zaragoza Ayala, así como el titular del IEPC, Mateo Morales Báez, quienes fueron los únicos autorizados por la seguridad privada de la empresa -junto con gente de su confianza- para ingresar a las instalaciones a corroborar que la contingencia estuviera bajo control.
Aun así, la alerta se extendió hasta la tarde-noche y ambos funcionarios coincidieron en que pudo haberse presentado una catástrofe, pues los materiales químicos que trabajan son altamente riesgosos.
Desde ayer mismo, personal de la Coordinación General de Ecología (CGE) y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) indagan el daño al entorno ecológico tras el siniestro.
Las protestas
Preocupados por el estado de salud de sus familiares que laboran en la fábrica, decenas de personas acudieron al lugar para conocer su estado de salud, pero los representantes de la firma se negaron a dar cualquier información.
Entre sollozos, madres y hermanos de trabajadores reprocharon la actitud de los mandos medios de la fábrica, por lo que los responsabilizaron de cualquier daño a su salud que sufran.
La cerrazón con la que actuaron los representantes de la empresa causó molestia entre los presentes, quienes arremetieron en contra del alcalde y de los elementos de seguridad privada, incluso, golpearon la reja de la entrada principal para intentar ingresar por la fuerza, pero no lo lograron.
Pese a la recomendación de las autoridades para que los quejosos se retiraran del lugar, pues la inhalación del clorobenceno representaba un alto riesgo a la salud, ya que provoca irritación en los ojos y la piel, problemas de respiración y hasta cáncer a largo plazo, éstos se negaron.
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