EL SECTOR QUE SE INCENDIO EN DEL HOSPITAL DEL MILAGRO.
Una de las salas del Hospital del Milagro, la de fisioterapia (primer pabellón, sobre Leguizamón), ardió el lunes, mejor dicho, se incendió.
Media docena de dotaciones de bomberos acudieron velozmente a tratar de sofocar las llamas que, teniendo a su favor el telgopor del cielo raso, amenazaban con extenderse.
No hubo víctimas. El fuego solo causó daños materiales: quedaron inutilizados la mencionada sala de fisioterapia y el consultorio de enfermedades de transmisión sexual, o de género, como se dice ahora, incluida la de Síndrome de Inmuno-
Deficiencia Adquirida.
En ese panorama, lo más lamentable es la pérdida total de las historias clínicas que se guardaban en el consultorio. Ello dio pie para que se sospechara de un siniestro provocado, especie que se difundió a las pocas horas de producido.
Sin embargo, los primeros peritajes realizados en el lugar señalan que fue un cortocircuito lo que originó el fuego.
Y en este punto debemos considerar la siguiente situación anómala: la casi totalidad del cableado eléctrico del Hospital del Milagro pide a gritos, valga la figura, ser renovado. El origen, entonces, del cortocircuito que ocasionó el incendio, debe ser buscado en la vetustez del sistema, y desechar cualquier intencionalidad ajena.
En 2011 el Gobierno de la Provincia, puesto en conocimiento del mal estado de los cables eléctricos del Hospital del Milagro, se comprometió a remozarlos, pero hasta hoy el compromiso se quedó en promesa, como suele suceder.
Sería válido, pues, decir que si hubo intencionalidad en el percance ígneo que comentamos, ella debe ser atribuida a la desidia o desinterés gubernamentales.
Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/201917-Incendio-obra-del-desinteres...
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