Incendio. Así quedó la casa tras el ataque incendiario. La hipótesis es que los policías habrían querido vengarse de unos ladrones (La Voz / Archivo).
Río Tercero. La fiscal de instrucción de esta ciudad, Andrea Heredia Hidalgo, ordenó en las últimas horas la prisión preventiva para dos policías que se encuentran detenidos e imputados por el doble homicidio calificado registrado en ocasión del incendio de una vivienda, ocurrido el 3 de noviembre de 2014.
En aquel siniestro fallecieron un joven y su madre.
De acuerdo a la hipótesis judicial, los uniformados habrían arrojado sendas bombas incendiarias contra esa casa, ya que supuestamente allí se ocultaban delincuentes.
A fines del año pasado, con un giro de la investigación, el cabo primero José Ezequiel Vidaurre (33) y el sargento Cristian Gabriel Ahumada (30) fueron detenidos por orden de la fiscal.
Ambos uniformados están sospechados de haber incendiado con bombas molotov esa casa prefabricada en horas de la noche.
La casa se convirtió en una trampa mortal, ya que el fuego se extendió de forma rápida y las víctimas no pudieron escapar por la presencia de rejas.
A causa del intenso humo, fallecieron Mirta Noemí Selva (53) y su hijo Alejandro Villalón (20).
A su vez, otras tres personas resultaron intoxicadas y salvaron sus vidas de milagro.
Los policías sospechados están detenidos en la cárcel de Bouwer desde que meses atrás fueron imputados por la fiscal.
Pesa sobre ellos la acusación por las dos muertes, agravadas por el presunto abuso como funcionarios públicos.
Además, se les adjudica supuesta tentativa de homicidio porque esa noche del incendio había otros integrantes de la familia en la misma vivienda y que resultaron con quemaduras.
Se declararon inocentes
Fuentes judiciales confirmaron que los imputados negaron los hechos, plantearon su inocencia y presentaron el mismo argumento central: se encontraban lejos del lugar del siniestro en la noche en que ocurrió.
En principio, la fiscal tendría pruebas de que los policías habrían pretendido vengarse, presuntamente, de unos delincuentes y no tuvieron mejor idea que lanzar bombas molotov en horas de la noche.
Tras la prisión preventiva, la defensa podría presentar algún eventual recurso de oposición.
Vale añadir que en el marco de la investigación, la fiscal Heredia Hidalgo había apartado a la Policía de la Provincia de la investigación y convocó a pesquisas de la Dirección de Investigaciones Operativas (DIO) de Policía Judicial.
El análisis de las comunicaciones (celulares) y de los testimonios, entre otros peritajes y allanamientos, implicaron al policía Ahumada. El avance de la pesquisa terminó complicándolos a él y a su compañero Vidaurre.
Ahumada, el principal sospechoso, fue detenido a fines del año pasado en la ciudad de Río Tercero, donde se desempeñaba en la Guardia de Infantería de la Departamental Tercero Arriba.
Vidaurre, en tanto, fue capturado en su casa de Capital.
El cabo, experto en explosivos, en la actualidad se desempeñaba en el área de Armamento en la Jefatura de Policía.
El Tribunal de Conducta Policial los tiene en situación pasiva.
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