Hola compañeros; Aunque hace algún tiempo soy miembro de esta "Hermandad", por custiones de tiempo no pude subir ninguna publicación al sitio.
Según dicen algunos, un consejo solo sirve si nos lo piden, pero en este caso, creo que la experiencia acumulada me permite sugerir algunas normas de comportamiento, cuando de prestar un servicio se trata. Más si el caso es verdaderamente grave.
Existe entre los bomberos en general, una creencia errónea que confunde prisa con desenfreno;
Inevitablemente, cada vez que son requeridos los servicios de bomberos en una emergencia, la premura nos altera el ritmo cardíaco, nuestras pulsaciones aumentan, la adrenalina nos invade...inevitablemente. Pero es en ese mismo instante que comienzan - o deberían comenzar a funcionar - otras aptitudes que hacen al buen funcionamiento de los servicios,: entre ellas - aunque parezca una contradicción - la calma, la sensatez, el sentido común. Es bien sabido que toda tropa tiene un líder, un líder que deberá demostrar inexorablemente por que lo es, cada vez que se active la alarma y un servicio nos apremie. Una chapa de jerarquía, muchas veces no nos garantiza que todo esté en órden.
Ante este panorama, en incontables ocasiones nos enteramos sobre accidentes protagonizados por personal de bomberos, policía, sistemas de salud, etc. Ya sea en el camino a la central, o arriba de una unidad de emergencia. Los resultados son realmente catastróficos, si tenemos en cuenta la cantidad de víctimas que podemos producir, o se han producido, en el intento de atender a las víctimas de accidentes. Este presunto juego de palabras, encierra una de las contradicciones mas grandes en que incurren - o incurrimos - los bomberos, etc.
Si nuestro objetivo es salvaguardar vidas y bienes, tenemos que poner toda nuestra concentración y esfuerzo para lograrlo. Si antes de llegar a brindar el auxilio solicitado incrementamos por nuestra negligencia o impericia la cantidad de víctimas, o simplemente no llegamos al lugar, nuestro fracaso es absoluto.
"Vísteme despacio que estoy apurado" dice la historia. Por algo debe ser...
Si logramos que los líderes puedan llegar a controlar estas situaciones, el éxito está de nuestro lado; De otro modo, dilapidaremos todo nuestro esfuezo y sacrificio dejando huellas imborrables dentro de la sociedad que tantas veces nos viva o nos aplaude. En un instante podemos pasar de ser "héroe a villanos". Conduzcamos con prudencia, respetando las normas de tránsito y por sobre todas las cosas, la vida. De eso se trata, "de honrar la vida". Hasta la próxima. Respetuosamente, Oscar Dimaro. Comandante Mayor
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