Ps. Stella Cistolla
Asesor en Psicología de la Emergencia del Sitio La Hermandad de Bomberos
PSICOPREVENCION Y AUTOCUIDADO, Clave de las emergencias
Días pasados, en Argentina y a 128 años de la fundación del 1º cuartel de bomberos voluntarios, se celebró el 2 de Junio el DIA DEL BOMBERO VOLUNTARIO.
Este articulo tiene la modesta pretensión de ser un homenaje a ellos y ellas, al día a día, a la eterna y renovada vocación de servicio, al insoslayable compromiso de hombres y mujeres q dan lo mejor de sí a partir de una profunda e intensa preparación, estudio, formación, q los lleva a la profesionalización de la que nos orgullecemos los argentinos.
Llevo por suerte, muchos años enriqueciéndome tanto personal y profesionalmente en el ida y vuelta que se produce en las capacitaciones, seminarios o encuentros, con las vivencias, dudas, cuestiones, que me plantean, consultan, intercambian y sobre todo desde el momento en que fui un miembro de LHB en junio del 2009, tiempo después y a través del chat surgió otra posibilidad de comunicación que complementa el vinculo directo.
En esas conversaciones del chat, como lo reseñe hace poco tiempo en un artíc*** al respecto, surgen aspectos muy profundos de las vivencias bomberiles, de la multiplicidad de emociones, de las luces y las sombras de la vida bomberil, puesto a veces en las instituciones, en los equipos, en uno mismo, tejiendo un entramado que no siempre es optimo para el cuidado integral de lo más valioso: el BOMBERO.
Las emergencias desafían tanto intelectual como emocionalmente al respondiente, en su toma de decisiones, en la incertidumbre que el escenario cambiante provoca, en definitiva en las probables respuestas de las que dependerá el éxito de la tarea. Esas respuestas se traducen en conductas que deben ser guiadas por los conocimientos para que se transformen siempre en acciones seguras.
Desde la psicología de la emergencia hacemos mucho hincapié en el cuidado del respondiente, en lo importante que es que el Bombero aprenda a cuidarse a sí mismo y a su equipo tanto como el cuidado que prodiga a las víctimas. Más a veces, en esas conversaciones del chat aparece la pregunta: COMO HACERLO?
Lo primero, sin dudas, y logrado a través de entrenamiento, es no responder desde lo emocional sino tener una respuesta desde lo intelectual, desde el conocimiento, es decir, mas allá de las imágenes de dolor o desesperación que la escena muestra, situarse inmediatamente en el objetivo como respondiente: mitigar, controlar los daños., y no apartarse de ese objetivo, no quedar envueltos en la telaraña de la emergencia en una identificación con la victima que no corresponde.
Es por eso, que para la psicoprevension es fundamental el trabajo de autoconocimiento y conocimiento que se debe realizar en el ANTES de la emergencia, reconociendo cuales son los puntos vulnerables que se tiene uno mismo para fortalecerlos y de no poder modificarlos tenerlos presente como una señal de precaución para no exponerse innecesariamente, solicitando en ese caso relevo, o cambio en el lugar de de la escena. Esto implica sin dudas, el conocimiento y seguimiento que el jefe debe tener del personal que lleva a su cargo.
Conocer nuestras debilidades y fortalezas, como también el potencial a desarrollar es la base de una acción de respuesta segura tanto para uno mismo, el equipo y la victima. Solo quien puede cuidarse a si mismo puede hacerlo con los demás.
Por supuesto, que en cada situación tan dinámica como es la emergencia, siempre hay un detalle, una actitud, una vivencia nueva que es un señalador, una experiencia que no debe ser negada, sino por el contrario, constituye en el DESPUES la posibilidad de aprendizaje tanto para uno mismo como para los compañeros de tareas, fortificando así el equipo incorporando un nuevo conocimiento que se transforma a través de la practica en el afianzamiento de una técnica de trabajo.
El autoconocimiento nos permitirá crecer, no solo como bombero, rescatista, paramédico, etc., sino fundamentalmente como persona, para eso, no debemos temer a la mirada introspectiva que nos muestre esas debilidades o puntos vulnerables que debemos conocer como parte insoslayable de nuestra formación, no esconder la tierra bajo la alfombra, para aceptar primero y modificar después. Es el camino del autorespeto y valoración de uno mismo, primero, para llegar al encuentro y reconocimiento del otro, en este caso, nuestro equipo de trabajo, después.
Llegado entonces al conocimiento de esos puntos vulnerables o de conflicto, el próximo paso es trabajar en ellos para modificarlos, corregirlos, superarlos en una labor personal y no solo descubrirlos y quedar paralizados o dando vueltas sobre el asunto sin avanzar, no olvidemos que la retroalimentación negativa solo hará descender la confianza y seguridad, ambos pilares del buen desempeño en las emergencias.
Para convertirnos en nuestros propios cuidadores, el consejo es practicar sin parar para llegar al conocimiento y dominio de sí mismo, no cayendo ni en la terquedad ni en la negación de lo que nos hace demasiado sensibles y por lo tanto nos deja expuestos al no tener las herramientas para trabajar modificándolo.
En esta senda del autocuidado, es importante también ser precavido en cuanto a las personas que pueden acompañarnos en ese proceso.
Uds. saben porque lo experimentan a diario en sus vidas, como nos pasa a todos, que encontramos en nuestro camino cotidiano gente con la que vale la pena intercambiar un saludo y prolongar el momento en una charla en la que apreciamos el buen momento que estamos pasando y al partir, nos sentimos optimistas y con muy buen ánimo, pero…. ¡con otras!… cada encuentro es recibir un repertorio de quejas, desánimos o desvalorizaciones, un pincharnos el globo de cada idea o sentimiento que queramos compartir, entonces, si nos quedamos pegados a ellos solo logramos un desperdicio de nuestra energía y voluntad. Quien solo se queja sin estar dispuesto a analizar y superar los problemas nunca tendrá el control de las situaciones, en cambio quien esté seguro de sí mismo siente que tiene control y que puede contribuir a superar las dificultades.
Nuevamente pongo el acento -como lo he hecho en artículos anteriores-, en la importancia del trabajo en equipo, y en ese sentido, un par, puede servirnos de aliento, de ejemplo, alguien que demuestre confianza en esa área que siento como debilidad propia, e intentar imitarlo tomando su comportamiento, actitudes, y aplicarlo en el contexto de lo que es necesario para mi superación personal, aprendiendo.
Es por lo tanto uno de los pilares en el trabajo de las emergencias, la confianza, en sí mismo y en los demás miembros del equipo, es ella la que da la unión y el espíritu de cuerpo, de equipo, de unión
El objetivo de este articulo, es hacer hincapié en la prevención, en poder hacer un recorrido interno por nuestras zonas vulnerables, para fortalecernos.
Más de una vez los accidentes tienen que ver con conductas que surgen como desconocimiento de nuestros propios límites, por eso todo lo que invertimos en prevención será directamente a favor de nuestros respondientes.
Aprender a conocerse a uno mismo es prevención.
La prevención vista como la disposición que se hace de forma anticipada para minimizar un riesgo. El objetivo de prevenir es lograr que un perjuicio eventual no se concrete. Por eso existe la frase popular que señala que “más vale prevenir que curar” o “mejor prevenir que curar”.
Ver antes de que ocurra, anticipar para logar acciones seguras
Observar, conocer los propios pensamientos y sentimientos
Reflexionar sobre la experiencia vivida
Restablecer el equilibrio antes del próximo servicio
Regresar al hogar y a la familia sin el peso de lo vivido.
Conocerse, cuidarse, protegerse
Finalmente, me dirijo a los jefes, indicándoles como facilitadores de estos procesos de autocuidado:
- Brindar aproximación a la Psicología de la Emergencia
- Profundizar aspectos en liderazgo en la emergencia
- Contribuir a la consolidación de los equipos de trabajo
- Favorecer el fortalecimiento de la red psicoafectiva conformada por familiares y amigos patrocinando encuentros con los mismos para acercarlos a la Institución Bomberil.
Aprender es
un proceso de cambio;
Cambiar es un proceso de aprendizaje.
Para La Hermandad de Bomberos
Ps STELLA CISTOLA
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