Los niños pueden ser los pacientes más difíciles para el primer rescatista que llegue al lugar. Ellos deben ser manejados y cuidados de una manera diferente a los adultos, especialmente por su edad, desarrollo físico y mental, sus personalidades y experiencias. Los niños responden bien a rutinas familiares y normales, tienen dificultad haciendo frente a situaciones extrañas y con adultos no conocidos. Ninguna emergencia es rutina, pero con un poco de experiencia y entrenamiento podemos enfrentarnos de mejor manera y sentir seguridad con lo que hay que hacer en el lugar.
Los niños se asustan en la presencia de desconocidos y pueden no cooperar mucho en las labores de rescate, por lo cual el rescatista debe comportarse de una manera diferente a la hora de entrar en contacto con un paciente pediátrico. Lo ideal es obtener la confianza del niño. La evaluación y el cuidado de emergencia en niños, es muy similar a la de un adulto, sin embargo, se debe enfocar el trabajo y lograr la confianza del menor, considerando las características especiales de la anatomía, fisiología y respuestas emocionales del paciente pediátrico, al momento de estar evaluando y realizando la inmovilización.
Un ejemplo claro de diferencias en la anatomía del niño en comparación del adulto es la cabeza. En infantes y niños, la cabeza es mas grande y más pesada en proporción al resto de su cuerpo. Los infantes respiran por la nariz. Si está obstruida, no abrirán sus bocas inmediatamente para respirar. Acuérdese también que la lengua de un infante y niño es más grande y pueda causar obstrucción a la vía aérea.
Cuando esté evaluando y administrando los primeros auxilios, mantenga siempre en mente que el peso y tamaño más grande de la cabeza hacen que los pacientes pediátricos sean más propensos a sufrir un trauma en la cabeza y cuello, por lo cual una correcta inmovilización es fundamental en el desarrollo del rescate. Frente a los diferentes aspectos a considerar en el rescate de un menor y considerando que la mayoría del material que se encuentra en nuestras unidades de rescate es para un adulto, debemos dedicar tiempo para adquirir técnicas de trabajo y manejar los implementos de inmovilización para infantes y niños.
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