Trastorno de Estrés Postraumático en Bomberos
Por: Lic. Fernando Monge S.
Psicólogo y Bombero en Costa Rica
1. Estudio cualitativo
En enero del año 2014, inicié un estudio sobre la prevalencia del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en el personal operativo del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, además de medir la prevalencia del TEPT en dicho personal se quería investigar sobre las razones del por qué se produce dicho trastorno en este tipo de personas.
A la fecha del estudio, en Costa Rica no se había realizado ningún estudio similar, no se había medido la prevalencia del TEPT en los bomberos, y lo más innovador de la investigación fue tratar de determinar los medios por los cuales se produce el TEPT.
Para medir la prevalencia del trastorno se tomo como muestra, a los bomberos permanentes de las estaciones del casco metropolitano de Costa Rica, en total son nueve estaciones, las edades están en el rango de los 18 a los 50 años, se tomaron únicamente los bomberos permanentes con más de 6 meses de nombramiento en propiedad, de ambos sexos, de todos los niveles operativos. La muestra total fue de 57 bomberos permanentes.
Para determinar la prevalencia del TEPT se utilizó la Escala de Impacto de Evento Revisada, IES-R por sus siglas en Inglés, la cual es una escala de autoinforme de 22 ítems que evalúa las tres categorías descritas en el manual DSM-IV para el TEPT, a saber intrusión, evitación e hiperactivación.
Además para determinar las causas de la formación del TEPT en los bomberos se utilizó un test no proyectivo de diagnóstico Gestáltico (TPG) desarrollado por el Dr. Héctor Salama, en el Instituto Mexicano de psicoterapia Gestatl.
Inicialmente se le indicó a cada bombero participante que se enfocara en un acontecimiento o emergencia traumática de su trabajo, y que le diera un valor de uno a cinco, donde uno no era traumático y cinco lo más traumático que había experimentado, con base en esta emergencia o evento traumático se debía llenar el IES-R y el TPG.
Del IES-R se determinó que el 22% de los encuestados presentaba TEPT, lo que equivale a 13 de los 57 bomberos investigados, esta cifra se asemeja con estudios efectuados en Israel (Lougassi, 1992), Alemania (Wagner, 1997), Australia (Dean, 2003) y Guatemala (Letona, 2004); donde la prevalencia del TEPT oscila entre 21% y 24% de incidencia.
2. Resultados e importancia de los cuidado emocionales en los bomberos
Según estos estudios se podría determinar que los índices de prevalencia del TEPT en los cuerpos de bomberos son del rango del 20% al 25%, me aventuro a decir esta cifra, pues habría que validarla en otros países, sin embargo pese a las diferencias culturales, económicas y de desarrollo entre países de Europa, Asía, Oceanía y América Latina, los porcentajes son similares.
Esta población que experimenta el TEPT en su fase completa no es una población despreciable, además no se midieron en estos estudios aquellos compañeros que están afectados parcialmente en alguna de las tres áreas que abarca el TEPT, ni se han efectuado estudios para medir la prevalencia del Estrés Agudo y otras afectaciones de los estado psicológicos de los bomberos.
Con respecto a la causa principal que causa el TEPT, se determinó que los bomberos y bomberas que prestan servicio se ven afectados por introyectos o mandatos que vienen dados desde los puestos superiores, entiéndase jefes, instructores o compañeros con más años de experiencia.
Estos mandatos son aquellos como “los bomberos no tienen miedo”, “los bomberos son héroes”, “son súper hombres y mujeres”, “los bomberos no sienten”.
Cuando el bombero asiste a una emergencia que es estresante, donde hay dolor humano, donde el bombero experimenta miedo, temor, ira, frustración u otro sentimiento que se califique como “malo”, lo cual no es cierto, el bombero teme expresarlo por estas ideas que hay en su cabeza, y sobre todo por el qué dirán; puede experimentar un temor a ser rechazado, ridiculizado y lo peor ser apartado del grupo, lo cual puede significar ser sacado del cuerpo de bomberos.
Los bomberos y bomberas no somos máquinas, somos personas con sentimientos, sólo el que está muerto no tiene sentimientos, los experimentamos cada día a cada momento y en toda circunstancia, sin embargo por razones históticas y culturales hemos aprendido que algunos sentimientos son aceptados y otros rechazados, en el caso de la “cultura bomberil” (término propio) hemos aprendido que no debemos sentir miedo, lástima, dolor, etc.
He conversado con muchos compañeros, y cómo no sentir miedo cuando casi te mueres, cómo no sentir lástima y dolor cuando ves a un niño fallecido en un incendio o un accidente de tránsito, cómo no sentir consternación al ver personas gravemente lesionadas, cada uno y una sabe lo que siente pero no lo expresa.
El bombero no encuentra el espacio adecuado para poder expresar sus sentimientos y esto es un grave problema, en la psicología de la Gestatl lo llamamos asuntos inconclusos, y esto se da porque las emociones nunca se tramitaron adecuadamente, es decir que aquellas emociones que se reprimen, no se aceptan o no se expresan por completo en el momento en que las experimentamos, pueden aparecer más tarde como disfunciones del pensamiento y del comportamiento, lo mismo como males somáticos. En otras palabras, podemos experimentar enojo, ira, dificultad para dormir, pesadillas, irritación, dolores de espalda y cuello, gastritis, dolores de pecho, incluso infartos o enfermedades más complejas.
Y estos males no los dejamos con el traje de bomberos, lastimosamente nos acompañan siempre y los llevamos a la casa, a la familia, a los amigos y a todas partes; por lo tanto es fundamental el poder identificar mis emociones y poderlas expresar, debemos brindar un espacio adecuado para que como equipo de trabajo, como compañeros, como bomberos y bomberas podamos expresar nuestras emociones en forma libre y aceptada.
La emergencia es un todo, no es la suma de varias partes, la emergencia no se termina cuando recogemos los equipos, o cuando nos montamos en la bomba (así le decimos al camión de bomberos en Costa Rica), o la ambulancia, la emergencia se acaba cuando podemos cerrar el ciclo de la misma, muchas veces con solo retirarnos del lugar es suficiente y en pensar un poco sobre lo que hicimos, pero otras veces no es suficiente con esto, debemos dedicar un tiempo extra en la estación o cuartel, para cerrar la emergencia, para cerrar el ciclo y poder externar la emergencia de nuestros sentimientos, aquellos que emergieron o salieron durante la atención del incidente.
Para estos espacios hay técnicas conocidas como el debriefing, defusing, desmovilizaciones, y otras. Estas técnicas han sido desarrolladas en América del Norte, Europa y en Argentina de la mano de la psicóloga Alicia Galfasó, con excelentes resultados.
Como bomberos y bomberas debemos ir buscando el bienestar emocional, nos merecemos una calidad de vida buena, nuestras familias se la merecen, nuestros compañeros y todos aquellos que se ven beneficiados por nuestro servicio también se lo merecen. El bienestar emocional da como beneficio mejor estado físico, mayor concentración, más camaradería y mejor unión de grupo, mejora la relación de pareja y de familia, minimiza los accidentes, el cansancio y otros males.
En el caso particular de Costa Rica, espero estar trabajando en abrir conciencias y espacios de ayuda y apoyo para el personal de respuesta de emergencias en este 2015, por medio de capacitaciones, charlas y una jornada nacional sobre los cuidados emocionales a mediano plazo, si bien es importante, es un área nueva en nuestro país sobre todo porque va enfocada a las y los rescatistas, y no a las víctimas primarias ni secundarias.
Es una tarea grande pero como siempre se debe iniciar con el primer paso, por lo que invito a todos aquellos que quieran sumarse a acompañarnos, ya sean de nuestro país o de cualquier país hermano.
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