Diez años después del ataque terrorista que cortó la respiración al mundo, los americanos seguimos rindiendo homenaje a los caídos
11 de Septiembre del 2001. O8:46 de la mañana. El vuelo 11 de American Airlines se incrusta por completo en la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York. Medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco de la noticia. ¿Qué está pasando? ¿Es real lo que estamos viendo en televisión? ¿Accidente aéreo o ataque terrorista? Cuándo todas las dudas estaban aún en el aire y a tan sólo 17 minutos del primer impacto, somos testigos en riguroso directo de la colisión de un segundo avión en la Torre Sur. No cabe duda, no puede ser un accidente, Estados Unidos está siendo atacado. A las 09:37 el vuelo 77 de American Airlines se estrella contra el Pentágono. Unos minutos más tarde de que se desplomara la torre Sur, un cuarto avión cae en un campo abierto en Shanksville, Pensilvania. Presuntamente se dirigía al Capitolio pero, los propios pasajeros, lograron desviar el rumbo del avión en una lucha cuerpo a cuerpo con los terroristas, evitando así miles de muertes a cambio de sus propias vidas.
Las cifras cortan la respiración: 2973 personas fallecidas, cerca de 6000 heridos y una guerra, la de Afganistán, consecuencia del atentado terrorista y que aún hoy permanece activa.
Estas cifras las manejamos en mayor o menor medida todos pero, sin duda, quienes estuvieron allí, quienes vivieron la tragedia a pie de campo tienen una visión del atentado que dista mucho de lo que cualquiera de nosotros podamos tan siquiera imaginar. Es el caso de Arnaldo Piedrahita. Teniente de los Bomberos de Miami-Dade que participó en las labores de rescate en el atentado. Asegura que no pasa ni un solo día de su vida que no recuerde lo que allí vivió: "nosotros llegamos con la Fe de encontrar supervivientes pero éramos realistas y de ver tanta destrucción, sabíamos que no íbamos a encontrar a nadie vivo en esos escombros" En su mirada perdida en silencios que expresan más que mil palabras y en su voz entrecortada por la emoción nos hacemos una leve idea del infierno que vivió hace una década "no pensamos en las consecuencias hacia nosotros, sólo en salvar vidas. Había personas que nos enseñaban fotos de sus familiares...eso fue muy duro. ¿Qué les dices? La mayoría de lo que encontramos eran partes de los cuerpos desmembrados de nuestros compañeros bomberos, el resto eran todo cenizas"
A varias millas de distancia pero unidos por el mismo sentimiento se encuentra Gabriel Nemeth, capitán de la estación de bomberos nº3 dedicada a los 343 bomberos neoyorquinos que perdieron la vida aquel fatídico 11 de septiembre mientras luchaban por salvar otras.
Este parque existía décadas antes del atentado a las torres sin embargo hay una curiosidad que eriza la piel. El número de la calle donde se encuentra es el 3911 o lo que es lo mismo: estación 3, mes 9, día 11, fecha del atentado. Entrar en él es como viajar diez años atrás, fotos, banderas, recuerdos y mensajes de apoyo permanecen intactos en las paredes como si el tiempo se hubiese congelado aquel fatídico día. Los más de cien camiones de bomberos del condado de Miami-Dade son verdes a excepción de los de esta estación que lucen un rojo reluciente en homenaje también a los bomberos de Nueva York.
Gabriel recuerda como si fuera hoy, la destrucción que encontró al llegar al World Trade Center que tantas veces había visitado y del que ahora sólo quedaba un amasijo de hierros. Nunca olvidará el apoyo de la gente "tanto a la salida como a la entrada a las torres pasábamos por una calle donde cientos de personas nos aplaudían y estrechaban nuestras manos para agradecernos el trabajo que estábamos realizando" a lo que añade, con una inmensa humildad "creo que en realidad querían agradecer a nuestros 343 compañeros que hubieran dado la vida por intentar salvar la de sus familiares pero como no podían hacerlo, nos las daban a nosotros"
No regresó a Nueva York hasta pasados 5 años del atentado, en esta ocasión el sentimiento de tristeza se mezclaba con la paz de ver como estaban trabajando en los homenajes a las casi 3000 víctimas, en especial a sus compañeros, a los que llevará siempre en el corazón.
A lo largo de la semana se han realizado numerosos actos rindiendo homenaje a los caídos por el atentado terrorista a lo largo y ancho de Estados Unidos. Sin embargo será el domingo el día más importante para recordar a las víctimas, fecha, en la que la amenaza de un posible ataque a la ciudad de Nueva York cobra fuerza por lo que se han extremado las medidas de seguridad tanto en las calles como en la red de transportes públicos.
Una década después del suceso que conmocionó al mundo, los millones de corazones americanos se unen en una sola voz que dice: NO OLVIDAMOS porque no podemos pero sobre todo, porque no debemos.
Fuente: http://www.universocanario.com/internacional/11-s/especial-aniversa...
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