El fuego afectó desde las 15, por causas aún no determinadas, al frente de la fábrica, ubicada en la calle San Martín, entre Puán y Garay, y rápidamente se extendió al resto de la planta, lo que causó una densa humareda negra que podía verse a varias cuadras a la redonda.
Unas 20 dotaciones de bomberos combatieron la llamas y pudieron controlarlas pasadas las 18.30, aunque restaban las últimas tareas de enfriamiento para extinguirlo en forma total.
Los bomberos evacuaron a todo el personal de la planta aunque muchos ya se habían autoevacuados al llegar las primeras autobombas, por lo que no hubo heridos, excepto algunas empleados con ataques de nervios y otros afectados por el humo, destacaron las fuentes consultadas.
La extinción del fuego se volvió peligrosa por los elementos almacenados en el lugar como solventes y distintos tipos de químicos, altamente inflamables y tóxicos, por lo que hubo que utilizar elementos especiales para neutralizar los materiales y aceites acumulados.
La rápida acción de los bomberos evitó que el fuego se propagara a viviendas y comercios linderos, dada la composición del material que fue quemado por las llamas.
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