Vive en el conurbano. Confía en que el fallo de Casación no salga antes de fin de año.
Libertad a medias. Así siente Omar Chabán que son sus días exactamente a un año de que el Tribunal Oral 24 lo condenara a 20 años de prisión por considerarlo coautor del delito de incendio doloso calificado y cohecho, tras la muerte de 193 personas en el boliche Cromañón, que él gerenciaba. El y el resto de los condenados en el juicio seguirán libres al menos hasta que la Cámara de Casación Penal se expida sobre el fallo.
Mientras se esperanza con que Casación revea su condena, el empresario pasa casi todo el tiempo encerrado en la casa que ocupa en un lugar del conurbano. Hasta hace algunas semanas, Chabán estaba “rayado”, como lo describió un amigo, porque suponía que Casación iba a fallar este mes. Pero su estado de ánimo levantó cuando sus abogados Pedro y Vicente D’Attoli le avisaron que lo más probable es que termine el 2010 fuera de la cárcel. “Creemos que la audiencia de la Cámara no será antes de fin de año”, le comentó a Clarín Pedro D’Attoli. Y si bien está más tranquilo, Chabán siente que su situación está “jodida”.
Por el momento espera novedades en su casa. Gracias a la insistencia de su amigo Guillermo Silva, el ex dueño del mítico Cemento, finalmente se entusiasmó con el ejercicio físico y repite la rutina todos los días, más de dos horas.
También conserva la pasión por leer y ver películas, aunque en este caso ya se liberó de preferencias de género o director. “Hace cuatro años que ve cine. A esta altura agarra lo que aparezca”, justifica un amigo. Así que mira las que le alcanzan quienes lo visitan, hace intercambios con amigos y compra en la calle o las ve por Internet.
También mantiene la conducta de no atender el teléfono de su casa, salvo al mediodía y a la noche, cuando devuelve llamados o habla con su madre. Y los domingos a la noche conversa con algunos amigos. El resto del tiempo se lo pasa en su habitación.
Una de las pocas cosas que hace Chabán cuando sale de su casa, además de presentarse en las oficinas del Tribunal Oral 24 una vez por semana, es visitar a su madre, que vive a unas 25 cuadras de la vivienda donde él habita. No se aleja del área metropolitana. Y, como contó D’Attoli, “genera un autocontrol avisándole por teléfono al Tribunal los movimientos que hace”.
A pesar de lo complicada que tiene la situación Chabán, sus abogados defensores no pierden la confianza en su trabajo. “Mi esperanza es que Casación falle a favor nuestro porque esto fue una tragedia”, comentó Pedro D’Attoli. El empresario ya estuvo preso casi tres años, entre fines de 2004 y 2007.
José Iglesias, el principal querellante de la causa, dijo por su parte a este diario: “Nuestra expectativa es que Casación no sólo confirme la condena de Chabán, sino que una eventual condena a los músicos de Callejeros (absueltos también hace un año) no se transforme en una cortina de humo para no alcanzar a todos los funcionarios porteños responsables”.
Los abogados querellantes coinciden con los defensores de Chabán al estimar que difícilmente Casación falle antes de fin de año. Pero el fiscal general ante la Cámara Nacional de Casación, Raúl Pleé, no. “Puede ser que el fallo sea antes de diciembre”, le comentó a este diario. Pleé apeló semanas atrás la absolución de los músicos de Callejeros y reclamó que sean condenados por incendio doloso calificado con el delito de cohecho. “Todos son todos responsables de las 193 muertes del 30 de diciembre de 2004”, dijo.
Los condenados el 19 de agosto de 2009
El gerenciador
A Omar Chabán le dieron 20 años de prisión por ser coautor del delito de incendio doloso calificado. Y por el delito de cohecho activo en calidad de autor. Su mano derecha, Raúl Villarreal, recibió la pena de un año de prisión en suspenso por ser partícipe secundario de cohecho.
El manager de Callejeros
Diego Argañaraz (foto) recibió 18 años de prisión de parte del Tribunal por ser coautor del delito de incendio doloso calificado y cohecho activo en calidad de partícipe necesario.
Policía
Carlos Díaz, subcomisario de la 7ma, fue condenado a 18 años de cárcel por cohecho pasivo e incendio doloso calificado.
Funcionarias porteñas
Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández recibieron la pena de 2 años de prisión efectiva, más 4 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
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