El fuego lo consumió todo. No solo fue su casa sino también su hijo de once años, a quien no pudo sacar de en medio de las voraces llamas. En cuestión de minutos dos casas se carbonizaron.
Los bomberos controlaron el flagelo, que amenazaba con propagarse a las viviendas aledañas. La madre del menor lloraba con desesperación e impotencia al ver que nada pudo hacer mientras su hijo ardía en medio el siniestro.
Cuando la situación estuvo bajo control y el humo se disipó, los vecinos encontraron entre los escombros los restos del pequeño.
En la cooperativa Isla del Valle, de la Trinitaria, los rostros llenos de lágrimas y hollín de los lugareños expresaban el dolor colectivo por la muerte del niño.
Los agentes de la brigada de Homicidios llegaron al sitio y trasladaron el cadáver calcinado del menor hasta la morgue de Policía. El resto de la noche transcurrió entre las lamentaciones de una mujer que lloraba la partida de su vástago y la preocupación de una segunda familia que perdió su hogar.
Janeth Truén, madre de la víctima, no hallaba consuelo ante tanto dolor. La señora indicó entre lágrimas que “cerca de las 18:00 ella estaba trabajando en su negocio de venta de comida, situado en el portal de su domicilio”.
Inesperadamente vio que humo salía de la parte posterior del inmueble y en segundos las llamas se hicieron gigantescas. La señora entró desesperada a su casa a buscar a su pequeño, quien por la discapacidad intelectual que padece no reaccionó ante el peligro.
En el fondo de la vivienda estaba el niño, quien permanecía aterrado; su madre lo agarró del brazo y derribó una pared de caña con la intención de caer directamente hacia el estero. Sin embargo el niño se enganchó con una madera y solo salió Janeth.
Por fortuna el hijo menor de la señora, de apenas 8 años, estaba jugando fuera de la casa y no fue alcanzado por el flagelo. Truén manifestó que el siniestro se inició en su morada y presume que fue a causa de un cortocircuito.
Las llamas se extendieron al domicilio contiguo, propiedad de Arlenis Gómez y Jorge González, quienes en ese momento no se encontraban dentro, pues salieron de paseo con sus dos hijos, de 7 meses y 8 años respectivamente.
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