Latas llenas de hollín, los restos de lo que era una lavadora de ropa y decenas de prendas chamuscadas terminaron sobre la acera de la calle Luciano Andrade Marín y Solano, en el sector de El Dorado. Allí, 20 bomberos de las unidades El Camal, Rocafuerte y El Placer combatían el fuego proveniente de la Lavandería Blanquita. Eran las 11:40 de ayer. Con espuma y agua, los uniformados intentaban controlar el siniestro, que se originó alrededor de las 11:22. Junto a este negocio estaba Cristina López, propietaria de una tienda de abarrotes. Permanecía nerviosa. Comentó que su vecino, José Alcídez López, dueño de la lavandería, le pidió ayuda luego de que el fuego se propagó. “Me gritó, ‘vecina ayúdeme. Llame a los bomberos’. Su cabello se estaba quemando. Entonces, le lancé un balde de agua. Pedí ayuda a los demás moradores del barrio. También le ayudé a sacar los dos tanques de gas, que vi en el local”, sin embargo, ella no se percató que al fondo del negocio había otro cilindro de gas. Y antes de que llegaran los bomberos, la bombona de 15 kilos explotó.
Las llamas consumieron toda la construcción mixta (vigas de madera y ladrillo).
La mujer temía que estas alcanzaran su tienda, contigua a la
lavandería. Cerca de las 12:15, los bomberos lograron controlar el
siniestro, que captó la atención de los vecinos. Un penetrante olor a carbón
invadía todo el lugar.
Según la versión recogida por el policía Enrique Barragán, López salió de la
lavandería a la calle por unos segundos, luego de prender la cocineta. Cuando
volvió vio que había llamas cerca del cilindro de gas. “Quise evitar
que el fuego se propague, pero no pude. Perdí todo mi negocio”, decía José
Alcídez López, con voz entrecortada y con los ojos humedecidos. Los
uniformados confirmaron que el siniestro solo dejó daños materiales
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