"De que no hablamos los Bomberos"
Articulo de Martín Mariezcurrena Bombero Voluntario de Cipolletti
Experiencias de un participante en el 2°Simposio de Primeros Auxilios Emocionales en Urgencias, Emergencias y Catástrofes.
Cada vez que suena el 109 (central de emergencias de Cipolletti) en el cuartel de Bomberos Voluntarios, su personal de guardia sabe que alguna emergencia real está ocurriendo en la ciudad, sea un incendio de vivienda, un accidente con víctimas atrapadas en el interior de un vehíc*** o una búsqueda en el río, etc.
Todas estas situaciones que elevan los niveles de adrenalina del personal interviniente y que comienzan con un llamado telefónico y que continúan con el ritual de protegerse con la indumentaria adecuada, subirse a un vehíc*** de emergencia y transitar por las calles de la ciudad de la manera más segura pero sin demoras hasta llegar a la escena de lo sucedido, descender y adueñarse de un escenario de caos, asistir a víctimas de distintas edades; generan en el personal una carga de stress que muchas veces no se ve hasta que de alguna u otra manera se hace evidente, sale a la luz.
Hoy el bombero no solo es un extinguidor de fuego, sino que con el tiempo a comenzado a intervenir en un abanico de situaciones que van desde ingresar a una casa con visibilidad reducida por el humo dependiendo solo de un equipo autónomo y capacitación, hasta sumergirse en las aguas de un rio/lago en busca de una persona desaparecida. Todas estas tareas no son llevadas a cabo por un súper hombre sino por ciudadanos comunes que realizan acciones poco comunes.
Ahora bien:
¿HABLAMOS EN LOS CUARTELES DE LOS QUE NOS PASA CUANDO VIVIMOS ALGUNA SITUACIÓN TRAUMATICA?......
El día miércoles 5 de Octubre se llevo a cabo el 2º Simposio de Primeros Auxilios Emocionales en Urgencias, Emergencias y Catástrofes. El lugar, el aula del Consejo Directivo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Estuvo dirigido por Alicia Galfaso, Psicóloga amiga de esta Hermandad y reconocida profesional en la materia. Este espacio estuvo destinado a crear una red de formación e información en el área.
Los disertantes fueron variados y de un nivel muy bueno. Fueron desde la propia Lic. Alicia Galfaso hasta el Lic. Sergio Yepes Santiago miembro directivo de la Asoc. Nacional de Bomberos Universitarios de Venezuela, pasando por los miembros de la ONG K9 (equipo de rescate con perros).
Hubo una gran participación de bomberos, médicos, rescatistas, estudiantes de carreras afines, etc.
La Asociación de Bomberos Voluntarios de Cipolletti también estuvo presente.
En estos dos días hablamos de un tema que no es muy popular dentro de nuestra actividad, es más, no le solemos dar importancia ni siquiera en la formación de nuestros aspirantes; lo vemos como un comentario general y no le damos su justo lugar. Quizás porque roza con la falsa idea del bombero macho, insensible que nada lo afecta, esa idea que últimamente se está viendo que es uno de los causales de muchas bajas en los cuarteles, el culpable de mucho personal con agotamiento por stress, de bomberos y rescatistas con problemas en sus vínculos familiares, sociales, y un aspecto muy importante al cual no le prestamos atención; él vinculo dentro de la institución a la que pertenece.
En este resumen que tiene como fin la intención de transmitirte lo que comprendí y viví en esa capacitación quiero; tomando palabras de Alicia y de mi escasa y poca formación sumado a mis experiencias; despertar en muchos de ustedes la inquietud sobre un tema que al no verse específicamente lo desestimamos, creyendo que es algo que está ahí, pero como no lo vemos, no nos afecta.
La realidad es que todas estas situaciones están presentes durante toda nuestra vida y se transforman en lastre para nuestra mochila de emociones (a decir de Alicia G.) en la cual vamos depositando experiencias, frustraciones, momentos críticos, y si no sabemos que vamos poniendo detrás, que vamos tirando sobre nuestras espaldas, si no filtramos lo que ponemos, poco a poco la marcha por este sendero que es nuestra profesión y nuestra vida va siendo cada vez más pesada, más ardua, hasta que llega un momento que nos vence el peso y no solo enterramos nuestra vocación, sino que con ella se van nuestros anhelos, nuestros intereses, ilusiones y alegrías.
La idea es que podamos en este rato en que lees estas líneas ver que lo que nos pasa es algo común en todos los cuarteles y nos sucede a todos aquellos que intervenimos en situaciones de riesgo y stress. La intención no es solo hacerte un resumen de lo visto en el simposio, sino de cómo lo viví, como lo entendí, que puedas leer la mirada de un colega que al igual que vos tiene los mismos conflictos y necesidades; espero poder generar en alguno de ustedes lo mismo que hace tiempo se genero en mi; esta necesidad de cuidarme en un área tan desprotegida de nuestra profesión y que personas como Alicia, intentan darnos las herramientas necesarias para no perder esta batalla y lo hace no desde la teoría sino desde el conocimiento de nuestra actividad.
En principio me interesaría que si vamos a hablar de esto como colegas, me conozcas un poco, sepas a que me dedico, cuales son mis intereses, que me gusta hacer, etc.
Mi nombre es Martín, soy bombero del cuartel de la ciudad de Cipolletti, Pcia de Rio Negro (Rep. Argentina). De profesión soy Bombero Voluntario, para vivir trabajo en la empresa Camuzzi Gas del sur S.A. (Distribuidora de Gas en la Patagonia y Centro Este de la Rep. Argentina), soy estudiante de psicología social. Estoy casado con Daniela hace ya varios años, no tenemos chicos. Mis padres son Norma y Néstor; Néstor es un jubilado de la industria del gas y mi vieja es una cosmiatra muy activa, que aparte de trabajar con sus pacientes en forma privada forma parte de un equipo de médicos que asisten a pacientes oncológicos en el Hospital de la bencina Ciudad de Neuquén (Pcia de Nqn –lugar donde nací y me crie antes de vivir en Cipolletti). Tengo un único hermano, Javier y dos sobrinos geniales, Tomas y Camila, dos personajes increíbles. Tomas es del tipo: ve una cara dibujada en la pared y se hace amigo (muy sociable) y Camila es mas reservada del tipo, te escucho, estudio y después hablamos. Me agrada vincularme con los demás y tener grupos de amigos.
Esta es mi familia no somos muchos pero como dice el dicho: somos como todas la familias un mundo aparte., con todo lo que eso implica, no todo es color de rosa. Los vínculos no son fáciles, así que nuestra realidad es la de la gran mayoría, preocupaciones, miedos, alegrías, tristezas etc.
Si bien soy hincha de Racing por herencia paterna ( mi viejo jugo en la primera del Racing Club de Avellaneda ) nunca se me dio por la redonda, sino más bien por deportes un poquito más dinámicos y que rozan la aventura. A los 14 años comencé a volar en aladelta con el permiso de mi mama (mi papa es el día de hoy que está arrepentido haberlo hecho –miedos-), después vino el Parapente y el montañismo. Cosa más cosa menos este es mi mundo, esta es mi vida, mi flia, mis vínculos, mis hobbies, mis amistades....diferencia más, diferencia menos, es lo que la gran mayoría de nosotros tenemos. Esto es así porque somos seres sociables, toda nuestra existencia está rodeada de grupos, de vínculos, somos seres emociónales desde el momento en que somos concebidos. Es una característica que nos distingue de los animales, fíjense que no nos paramos ni bien nacemos, no lo hacemos con bello para protegernos ni del frió ni del calor ni del sol, no venimos con garras ni dientes para desgarrar lo que comemos, venimos a este mundo totalmente indefensos, somos del reinos animal, los ser más indefenso al momento de nacer, somos totalmente dependiente necesitamos de alguien que nos alimente, nos cuide, nos acompañe. Eso sí, venimos con una carta bajo la manga que a la larga se transforma en lo que nos distingue del resto de las especies y eso es la RAZON y todo el mundo afectivo que envuelve esa razón, traemos también la capacidad de poder construir un lenguaje. Un lenguaje, que no solo es con palabras, sino que también es un lenguaje corporal. Podríamos decir que no existe la no-comunicación o sea que no existe eso de que hay momento en que no nos comunicamos, ya que cuando no lo hacemos también nos comunicamos, no con la palabra pero si con nuestras expresiones, gestos, silencios. Los silencios comunican muchísimo. Ej.: cuantas veces un compañero que habitualmente es sociable o jodon (bromista) de pronto tiene una actitud de alejamiento, esta distante, callado, ausente. Quizás nos está diciendo corporalmente lo que no está transmitiendo en palabras.
Ustedes se preguntaran o dirán: -¨Bueno si no quiere hablar ¿porqué lo voy a molestar con preguntas?¨- y eso es valido. Pero también puedo poder leer en ese mensaje corporal que algo le está pasando, y si algo le está pasando y queda ahí y no le doy importancia lo ignora, lo transformo en desinterés de mi parte, es algo que quizás en el transcurso del tiempo se puede transformar en un inconveniente en ese miembro del cuartel.
Pongamos un ejemplo: Si ese compañero (el bromista) perdió hace poco un familiar en un accidente de tránsito, hecho del cual no habla pero visiblemente vemos cambios en su forma diaria de ser, sería prudente no exponerlo a situaciones traumáticas haciendo que no forme parte de una dotación que asista a intervenciones de ese tipo.
Identificar las alertas que a veces emitimos sin palabras, no exponiendo a alguien a situaciones y acciones que no pueda resolver o enfrentar es una tarea de todos los elementos de un cuerpo de bomberos.
Como les decía somos seres sociables, crecemos en familia sea de sangre, adoptiva o sea el grupo al cual pertenecemos.... nos educamos en grupo, la escuela es el medio para que poco a poco vayamos interactuando con los demás. Jugamos en grupos, nos divertimos mayormente en grupo, formamos grupo durante toda nuestra vida. Hay un poeta americano que dice que NADIE EXISTE SOLO, EL HAMBRE Y LA INJUSTICIA NO SE LO PERMITE AL HOMBRE.
Ahí estábamos otras vez más en grupos, hablando de este tema que es la psicología de la emergencia y que tiene dos patas:
Por un lado las herramientas para tratar con el personal que asiste como primer respondiente a distintos hechos, sean incendios, rescates vehiculares, de altura, búsqueda de personas desaparecidas, manejo de cadáveres... etc. Lo que debemos hacer con esto que nos pasa, como manejar nuestras emociones, el estrés y nuestras limitaciones.
Y por otro lado las herramientas de trabajo con las personas que asistimos en las distintas intervenciones, o sea las víctimas. Y cuando hablamos de victimas hablamos de todos los grados de victimas, no solo las que están en la zona roja, sino aquellas que pueden ser victimas posteriores por haber participado en mayor o menor medida del hecho, entre las cuales nos encontramos los rescatistas. Este es otra área muy importante, porque a veces creemos que nada podemos hacer cuando estamos atendiendo a una victima consiente y la verdad es que podemos hacer mucho y con poco; a veces quizás y por la circunstancia del caso solo podemos acompañar a morir a alguien.
Y como escuchamos varias veces en estos dos días ¨ESO NO ES GRATIS¨.
Cada experiencia que vamos cosechando en nuestra actividad bomberil (como dice Alicia Galfaso) no es gratuita, tiene un costo afectivo, emotivo, va dejando en nosotros una marca que si no trabajamos poco a poco se va transformando en un surco y ese surco en una hulla, muchas veces difícil de transitar. Todos nosotros somos personas comunes que realizamos acciones poco frecuentes para la mayoría. Acciones con un alto grado de stress. Imagínense que cuando todos corren de un incendio nosotros ingresamos en él; cuando la desesperación de alguien que está atrapado en un auto y herido gobierna a la gente que está en el lugar nosotros intentamos hacernos de la situación y ganarle. Cuando alguien desaparece en un rió o espejo de agua es el bombero buzo que intenta encontrar a esa persona para que otro pueda cerrar el círculo del duelo que produce la perdida de alguien y seguir con su vida adelante. Así, que cuando los chicos de las brigadas de buceo se meten mayormente en un medio hostil, no habitual como es el agua con poca visibilidad no solo buscan un cadáver, sino que buscan el final de una historia y el principio de otra. VISTO ASI, NO ES POCA COSA. Si esto no genera algo en nosotros creo que vamos por el camino equivocado.
Esto que suena así como mucho es lo que realmente hacemos, solo que no los vemos tan detalladamente, no lo racionalizamos así, pero lo vivimos así, lo sentimos y nos está sucediendo internamente y eso tiene un alto costo sino aprendemos a ubicarlos en su justo lugar. Aprender a manejarlo, aprender a no tirarlo en esa mochila que llevamos en la espalda, aprender a que no afecte mayormente nuestros vínculos familiares, sociales, aprender a no ahogarlo en un vaso de alcohol, a no quemarlo en un atado de cigarrillos, a no modificar toda nuestra vida para que encaje en esta profesión, a elegir una pareja que soporte y aguante irnos en cualquier momento al cuartel, sin consultarle, quitarle tiempo a nuestro hijos et; enfriarnos emocionalmente, desinteresarnos por el dolor ajeno, ironizar nuestra palabra, ponernos corazas para ocultar nuestro dolor.
Todas estas situaciones es lo que se está intentando contener enseñándonos a cuidar nuestras emociones.
Promediando el final del segundo día tuvimos un espacio de trabajo y reflexión, fue la instancia final del mismo. En esta parte nos dividimos por temas de interés. En mi caso (bombero Cipolletti) forme parte de la rueda de trabajo en donde la mayoría éramos personal primer respondiente. Estuvimos Coordinados por Gustavo Fontanari (bombero de Barracas). Luego de exponer ideas, anécdotas y experiencias (fuertes) que marcaron a los distintos cuarteles de bomberos, llegamos a la conclusión de la real necesidad de comenzar en nuestras instituciones a hablar de lo que nos pasa. Uno ve en este tipo de encuentros que la realidad es la misma en todos los cuarteles; cambian los actores, pero los personajes, las situaciones y sus consecuencias son las mismas en todos lados.
HABLAR DE LOS QUE NOS PASA, ES PREVENIR LO QUE NOS SUCEDE y AYUDARNOS A SEGUIR ADELANTE PLENAMENTE.
Nada nos impide hacerlo. Si realmente vemos que detrás de nosotros no solo hay una institución, hay una familia, vínculos de amistad, un trabajo etc., nos daremos cuenta de la real importancia de cuidar nuestra salud emocional. Si aprendemos a asegurar una escena, si entendemos el principio de cualquier equipo de rescate/bomberil: Primero la seguridad del rescatista, segundo la seguridad del rescatista y tercero la seguridad del rescatista; porque en esta materia (cuidados emocionales) no aplicar el mismos principio. “Primero yo, segundo yo, tercero yo”, para poder así continuar teniendo la libertad de llevar adelante plenamente y sin condicionamientos esta hermosa profesión que es el voluntariado Bomberil. Hacerlo depende de nosotros, pero la verdad es QUE VALE LA PENA.
Como todo en la vida tiene ida y vuelta ya tenía programado para el domingo (7) colaborar con la escuela de capacitación de mi cuartel en una charla sobre seguridad y trauma dictada a los aspirantes del cuartel de bomberos de la ciudad de Catriel (perteneciente también a la Pcia de Rio Negro). Mi tema fue la seguridad del bombero, siendo una de las tres patas la seguridad Psicológica. Obviamente me tome más de un minuto para ser replicador de lo vivido en Buenos Aires y con grato asombro vi el interés puesto en los participantes que por cierto me resulto algo muy motivador.
Luego de varios días fuera de casa (negociados con mi esposa) me prestaba a pasar un lunes (feriado en nuestro país) con Daniela tranquilos (vida de hogar) cuando recibí el llamado del jefe del grupo de buceo de mi cuartel (grupo a cual pertenezco) ya que había desaparecido una persona en las aguas del Lago Exequiel Ramos Mejía en jurisdicción de nuestra ciudad. Salte de la cama y sin consultarle nada a mí esposa (que se imagino que me iba) me cambie y le dije que alguien se había ahogado y debíamos ir a buscarlo (luego las palabras de Alicia me resonarían en mi cabeza).
Al llegar al lugar tuvimos la información de buena fuente ya que un íntimo amigo de la persona desaparecida nos brindo información del lugar exacto. Recuerdo que al consultarle (el hombre estaba bastante acongojado) una de mis manos estaba en su hombro e intente ser lo más cordial posible explicándole lo que íbamos a hacer. Luego de dos inmersiones con Pablo (jefe de Grupo) y con el apoyo en el exterior de resto de la brigada de buzos y la Prefectura Naval logramos divisarlo a unos 10 metros de profundidad. Debo decir que en mi caso era la primera vez que encontraba a alguien en esas circunstancias (buceando). Anteriormente había tenido la experiencia de acompañar a alguien a morir en un accidente de tránsito ya que las circunstancias del caso se dieron así. Al regresar a casa y más tranquilo, en esos momentos en donde las imágenes, los olores y las emociones vuelven a uno, es que se me cruzo por mi cabeza esa frese escuchada varias veces, TODO ESTO NO ES GRATIS. Si miraba hacia atrás gran pare de lo charlado lo había vivenciado en dos días. Ahora sigue dependiendo de mí que hacer; cargar o no la mochila depende de cada uno de nosotros.
Y vos, ¿hablas de lo que te pasa?
Desde ya gracias al Sub-comisario Miguel Ángel Mossano quien no tuvo inconveniente en darme el apoyo para poder asistir, a la escuela de Capacitación de Bomberos Cipolletti por el aporte económico. Por supuesto a la Lic. Alicia Galfaso por su constante interese en la materia y por compartir con nosotros todo su conocimiento. A Gustavo Fontanari por su hostilidad, al Lic. Sergio Yepes por su buen humor, cordialidad y experiencia; a Cesar Sandoval de la Hermandad de los Bomberos por publicar este artíc***.
Fue un placer poder participar de esta actividad y nos queda el desafío de ser replicadores de lo aprendido y seguir capacitándonos.
Espero poder haberte sido útil con este articulo. Con estas líneas haber despertado en algo el interés en este tema como me lo despertó a mí. Sumar conocimiento no cuesta, nos profesionaliza y esta área es algo que no podemos descuidar ya que son la herramienta para cuidar al que cuida.
Un abrazo a toda la Hermandad de Bomberos y Saludos cordiales.
Martín Mariezcurrena
Bomberos Voluntarios, Ciudad de Cipolletti.
Río Negro, ARGENTINA.
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