Mario Ruiz, jefe de patrullas del centro de esquí, era reconocido como uno de los mayores expertos en seguridad de la Patagonia.
El jefe de patrulla del cerro Catedral, Mario Ruiz, que murió este lunes producto de una avalancha, no se imaginaba su vida sino en una montaña cubierta de nieve. Había nacido en el Alto de Bariloche, plena avenida Brown, donde convergen los barrios humildes de la ciudad turística.
Ruiz era conocido por ser uno de los mayores expertos en avalanchas y seguridad en alta montaña de la Patagonia. Pero sus inicios, en su adolescencia, habían sido como palero de una de las plataformas del cerro.
El esquí es un deporte caro. Una actividad de clase media y media alta. En Bariloche hay miles de personas que jamás pisaron una pista de las montañas de los alrededores. Para algunos jóvenes el Catedral, el Otto, entre otros cerros, son apenas visiones lejanas. Onerosas. Las labores vinculadas al esquí a veces son la única chance que tienen de llegar a caminar una montaña.
Ruiz siguió este particular camino poblado de riesgos. Escaló sucesivos puestos en el rubro hasta que se transformó en patrullero. Hace 9 años se convirtió en Jefe de Patrulla del Catedral. Uno de las mayores responsabilidades del negocio. Si no la mayor puesto que implica el cuidado de las vidas de los deportistas.
En el rubro se sabe que patrullar es la actividad más peligrosa que se puede realizar en un montaña nevada. Después de escalar, claro. Aunque los patrulleros ejercen su oficio más de 100 días al año. No es casual que las patrullas estén integradas por jóvenes y adultos que crecieron en el Alto, cuenta a Clarín los expertos de la ciudad. “Es su oportunidad”, apuntan.
El esquiador fallecido en Bariloche por una avalancha. (Archivo: Chino Leiva /Diario Rio Negro)
En Bariloche, Ruiz era conocido como el líder de “los guardianes de la montaña”. Un sabio. Un referente absoluto. En marzo había participado de un intercambio con centros de esquí en Estados Unidos donde profundizó sus conocimientos.
Los amigos lo recuerdan como “un tipo campechano”, amable y activo. “Era una de las personas que más sabía sobre avalanchas acá y alguien con mucha formación y experiencia”, cuenta un guía que lo conocía. “Fue un gran referente y maestro en lo que respecta a seguridad para todos los que forman parte de Catedral Alta Patagonia”, lo definió en un comunicado la empresa concesionaria del cerro.
“(La montaña y la nieve) Es parte de mi vida, no me veo en otro lugar ni haciendo otra cosa y el día que ya no trabaje acá va a ser muy duro, creo que me voy de Bariloche”, le dijo en una oportunidad a Río Negro. “El día comienza siempre igual pero no sabés cómo va a terminar”, afirmaba.
El lugar donde se produjo la avalancha.
Otra de las actividades del equipo que lideraba Ruiz era “barrer” en el último turno del día la montaña para prevenir que ningún esquiador se quedara rezagado o atrapado por un accidente.
El sector donde fue golpeado fatalmente había acumulado alrededor de 4 metros de nieve en el momento del deslizamiento. Una enorme placa blanca se arrastró a lo largo de 300 metros aproximadamente llevándose a su paso a Ruiz y al operario que lo acompañaba, quien sufrió lesiones de menor consideración. El lugar del accidente se encuentra a unos 1670 metros de altura y presenta espacios amplios y limpios apenas matizados por arboledas.
Luego de recibir maniobras de RCP en la cota 1200, el experto fue trasladado al Sanatorio San Carlos con traumatismo severo de cráneo y neumotórax.
En el momento de la caída ambos especialistas estaban evaluando la fragilidad del área después de dos días consecutivos de fuertes precipitaciones en la Cordillera. Estos siempre riesgosos análisis in situ ayudan a decidir más tarde dónde ejecutar las explosiones preventivas en el marco del Plan de Intervención de Desencadenamiento de Avalanchas (PIDA).
El rescate del cuerpo de Mario Ruiz.
A este punto en específico se le conoce como “El Corredor de las Avalanchas” justamente por su propensión al fenómeno. Se trata de un pasadizo fuera de pista, no muy empinado y al que acuden sobre todo esquiadores con experiencia. Los avezados aprovechan su virtual aislamiento para escapar en julio y agosto de la alta densidad “poblacional” compuesta de turistas.
En temporada alta el Catedral recibe a unos 15 mil esquiadores diariamente. Pero la pandemia del coronavirus obligó a suspender las actividades de montaña y el cerro permaneció cerrado hasta el jueves pasado para los residentes que habían comprado el pase con anticipación. Su apertura fue parcial y bajo un estricto protocolo sanitario. De hecho, durante el fin de semana estuvo sin operar debido a las precipitaciones y los fuertes vientos en la región. En los dos días que estuvo funcionando entre 5000 y 7000 esquiadores locales lo visitaron.
La muerte del jefe de patrulla desató de inmediato una fuerte polémica entre los expertos del esquí en la zona de Bariloche. Los especialistas apuntan a que la inactividad total en el cerro es uno de los elementos que forman parte de la ecuación del accidente.
El comunicado oficial de la empresa concesionaria del Cerro Catedral.
En la visión de los esquiadores la montaña está muy poco “pisada” o “transitada” por lo que hay áreas completas que permanecen vírgenes esta temporada bloqueada por la pandemia. “La zona no está pisada al no haber esquiadores, a esto se le suman las nevadas que hace mucho no había, es para considerar esto. No estoy seguro de que estas cosas hubieran ocurrido si había temporada y la nieve del hubiera estado más compacta”, señala un destacado instructor de esquí.
"El sistema de baja presión de estos días ha influido en las precipitaciones y el frío. También se acumuló mucha nieve y el sector del accidente es recurrente. Desde Catedral están haciendo un buen control con las detonaciones, pero aquí hubo una combinación de factores, el clima, el sector y también mala suerte", señaló a Clarín, Lucas Jacobson, guía y secretario de la Asociación de Montaña.
Las avalanchas se producen por el deslizamiento de una o varias capas de nieve acumuladas en sucesivas nevadas. El sol y las condiciones ambientales provocan el endurecimiento a distintas temperaturas de esta “pieles”, hasta que terminan por deslizarse. A veces basta que una persona o animal cruce por un área frágil para que se produzca el derrumbamiento de toneladas de nieve.
El Cerro Catedral permanecerá cerrado por duelo durante dos días. “Tras las recomendaciones técnicas de expertos de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche, se ha determinado el cierre total de las áreas esquiables y senderos de los cerros López y Otto, así como todos los senderos de montaña. Esto se suma al cierre completo del área concesionada del Cerro Catedral”, indica un comunicado del municipio.
“Alguna relación tuvo que no hubiera nada de actividad, pero lo cierto es que nevó mucho y esto influyó en una zona donde siempre hay avalanchas”, explica un guía de montaña.
En el municipio explican que el caso se encuentra bajo investigación. “No podemos decir nada ahora, se está investigando. Hace 25 años que no nevaba así. El otro día una pala mecánica se encontró con un vehíc*** en la base del cerro totalmente tapado de nieve”, detalla Marcos Barberis, jefe de Gabinete del municipio local y presidente del Ente Autárquico Municipal Cerro Catedral (EAMCEC). “Nosotros veníamos advirtiendo ya de los peligros de avalanchas y alertando sobre los esquiadores que subían sin autorización”, agrega.
En el último mes debieron ser suspendidas dos detonaciones preventivas en el Catedral ante la presencia de deportistas en la montaña. El esquí clandestino se ha convertido en la zona en una tendencia. Más de 300 personas por día se saltan el protocolo sanitario y suben los cerros para hacer esquí clásico o de montaña.
FUENTE: CLARIN
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