El juicio se inició el pasado lunes en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial contra el operario Antonio H. F. y el dueño de la empresa instaladora, José Luis M. T. Ambos estaban colocando un tubo de PVC para sacar un aire acondicionado por el tejado del chalé número 24 de la.... Durante las tres primeras sesiones del juicio, los encausados y los testigos han señalado a los bomberos como responsables de que se incendiará en cuestión de una hora y media toda la urbanización. Las viviendas estaban hechas de madera y los dos bloques de que constaban estaban comunicados por una gárgola también de madera, lo que provocó que se expandieran las llamas.
El dueño de la empresa fue el que más cargó contra los bomberos reg... Les acusó de que, pese a tener el parque de bomberos a 1,2 kilómetros de la urbanización devastada, no acudieron con los medios necesarios para un incendio de grandes dimensiones. “Y eso que se lo dije por teléfono cuando informé al 112 de lo que estaba ocurriendo”, afirmó José Luis M. T., que añadió que la primera dotación era solo un Land Rover sin medios para atacar el fuego. El dueño de la empresa instaladora reconoció también en su declaración que no tomaron ninguna medida especial de seguridad porque la instalación del tubo era sencilla.
En el juicio también han testificado los guardias civiles que interrogaron a los vecinos. Los agentes recordaron que todos los afectados se quejaban de que los bomberos tardaron bastante tiempo en llegar. A ello se unió la falta de condiciones mínimas de seguridad (la urbanización carecía de elementos ignífugos separadores entre los chalés) y que, cuando se avisó a los bomberos, el fuego llevaba vivo más de media hora.
Llamada tardía
Las declaraciones han molestado en la dirección de los bomberos. Los responsables afirman que les habría encantado ser citados para explicar los tiempos de reacción y la forma de actuar de este cuerpo. Recuerdan que, desde se produjo el primer fuego en el tejado hasta que las llamas rompieron por el tejado, pasó bastante tiempo y que nadie les avisó.
Un informe interno redactado en 2000 destacó que el fuego se había ...o con oxígeno por haber roto la parte superior del tejado con un martillo. Se produjo el llamado efecto flash over (inflamación repentina de los gases acumulados, a causa de una inyección de oxígeno).
FUENTE: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/03/08/madrid/1488990160_083770.htm...
TEORÍA:
LOS OPERARIOS SE MARCHARON A CURARSE LAS QUEMADURAS
Un informe de la Comunidad de Madrid reveló en 2000 que el fuego se inició por el soplete que manejaban los operarios. Incendió la capa asfáltica que éstos extendían. De aquí las llamas pasaron a la buhardilla sobre la que trabajaban. Los operarios intentaron, en un primer momento, apagar las llamas. Cuando creyeron haberlas extinguido, abandonaron el lugar para curar las quemaduras que había sufrido Antonio H. F. Ambos volvieron unos 35 minutos después. Levantaron una teja pensando que todo estaba apagado. Pero no era así. Al levantar la teja, el oxígeno entró directamente en la buhardilla. Se produjo lo que los técnicos denominan flash over (inflamación repentina de los gases acumulados, a causa de una inyección de oxígeno), según el informe. Las llamaradas se extendieron al resto de chalés de madera.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/03/03/madrid/1488563496_433249.html
El incendio de 16 chalés de Las Rozas se juzga después de 17 años del siniestro
Los dos operarios que instalaban un aire acondicionado se enfrentan a seis años de prisión
Dos instaladores de aire acondicionado, Antonio H. F., de 51 años, y José Luis M. T., de 62, se sentarán el lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid casi 17 años después del incendio que arrasó la urbanización de cha... en Las Rozas. Los procesados se enfrentan a una pena de seis años de prisión, además de inhabilitación especial por haber causado daños por valor de dos millones de euros.
La Sección Sexta de la Audiencia Provincial celebrará el juicio entre el lunes y el jueves próximos. A los acusados se les imputa un delito de incendio por imprudencia ... en el que concurre la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que ha transcurrido desde que el fuego arrasó la urbanización, según el escrito de la Fiscalía de Madrid.
El incendio se produjo el 16 de junio de 2000, cuando el operario Antonio H. F. estaba instalando un aire acondicionado en un chalé de la Urbanización Triangular, en la calle de San Juan Bautista. Para ello estaban impermeabilizando la salida del tubo del aparato acondicionador mediante una soldadura de tela asfáltica, un cuadrado de 20 centímetros por cada lado. Mientras, el propietario de la empresa José Luis M. T., supervisaba el trabajo, según el escrito del ministerio público.
“Como consecuencia del empleo del soplete, se inició un incendio en el tejado de la vivienda referida que se propagó al resto de la urbanización”, recoge el escrito. El fuego, de grandes dimensiones, redujo a cenizas los 16 chalets de la urbanización en solo 45 minutos.
El delito de incendio por imprudencia grave está recogido en los artículos 351 y 358 del Código Penal. El primero recoge penas de prisión de 10 a 20 años, mientras que el segundo pide que se reduzca en caso de que sea por negligencia.
La rápida combustión de los chalés se produjo pese a que la urbanización se encontraba a menos de cinco minutos del parque de bomberos de Las Rozas. Cuando llegaron los efectivos del servicio de extinción de incendios, ya habían ardido dos chalés. La forma romboidal de las viviendas también facilitó, junto con la madera y el resto de materiales, la rápida propagación de las llamas. La pizarra de los tejados impidió que el agua arrojada por los bomberos penetrara en la madera, además de servir de pantalla para disipar las altas temperaturas que se alcanzó en el interior de las viviendas, según explicó en 2000 el responsable de los bomberos de la Comunidad de Madrid, Luis Villarroel.
En bloques de ocho
Los chalés estaban dispuestos en dos hileras de ocho viviendas. Pese a estar separados, una cubierta común de madera, a modo de voladizo, provocó que las llamas se propagaran entre ambos bloques. Cada chalé tenía tres plantas y todos los pisos ardieron a la misma vez. A todo ello se unió que la leve brisa que corría aquel día incrementase el fuego e impidiera a bomberos hacerse rápidamente con el incendio y así poder salvar parte de las viviendas. Las llamas alcanzaron hasta 15 metros de altura, lo que dificultó todavía más el control del siniestro. Eso sí, los efectivos antiincendios evitaron que las llamas llegaran a otras urbanizaciones cercanas, una de las cuales se hallaba a tan solo 20 metros.
FUENTE: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/03/03/madrid/1488563496_433249.html
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