Alberto Crescenti, titular del SAME, dijo que el chofer le reveló que pasó con la barrera baja porque el paciente que trasladaba estaba en grave estado y "se me iba", según repuso. La esposa y madre de las dos víctimas responsabilizó al conductor de la ambulancia que anoche fue arrollada por un tren.
El accidente tuvo lugar a pocos metros del Hospital Penna, hacia el que se dirigía la ambulancia con un hombre con un paro cardiorrespiratorio. (Diego Waldmann)
"Consternado", así dijo sentirse hoy el titular del SAME, Alberto Crescenti, por el accidente protagonizado ayer por una ambulancia que fue arrollada por un tren cuando pasó con la barrera baja en Pompeya. Por su parte, Amanda Julio, esposa y madre de los hombres que murieron ayer responsabilizó al chofer por la tragedia.
El fatal choque ocurrió anoche en el paso a nivel Diógenes Taborda, ubicado en Buenos Aires y avenida Sáenz y causó la muerte del paciente y de su hijo que lo acompañaba y viajaba en el asiento delantero. El conductor de la ambulancia y la médica lograron salvarse, pero sufrieron graves heridas.
Crescenti habló esta mañana con el chofer quien le reveló que cruzó "cuando la barrera estaba bajando" y que decidió hacerlo porque el paciente que trasladaba estaba en grave estado y "se me iba", según sus palabras.
"Estamos consternados" afirmó el titular del servicio de ambulancias porteñas en declaraciones radiales y afirmó que "es la primera vez que veo una colisión de esta magnitud involucrando una ambulancia del SAME". Tras lo cual subrayó su confianza en los equipos que dirige.
Amanda Julio, por el contrario, cargó contra el chofer de la ambulancia. Su angustia de había comenzado anoche cuando su marido tuvo un ataque cardíaco. De inmediato llamaron al servicio de emergencias. Cuando llegó, el conductor "no me dejó subir porque iba mi hijo", se quejó la mujer.
El dolor terminaría de quebrarla por completo cuando, minutos después, se enteró de que su marido y su hijo habían muerto en el trágico accidente. Para ella, causado por un acto de negligencia del chofer, que no se bajó a mirar si venía el tren. "Por dos minutos más, dos minutos menos", la colisión se hubiera evitado si descendía a fijarse, consideró.
"Acá viene uno de allá y otro de allá, te fijás y después pasás", concluyó llena de dolor.
Nota: http://www.clarin.com/diario/2010/04/05/um/m-02174082.htm
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