En la central de emergencias del Cuerpo de Bomberos se registra un promedio de 12 quemas diarias en bosques, chaparros y de hierba seca en solares sin construir, que a más de afectar al medio ambiente causa malestar en la población por la emanación de humo.
Ayer los bomberos tuvieron arduo trabajo para combatir el fuego que consumía los chaparros y árboles de eucalipto en las montañas de Ucubamba, Narancay, Baños, El Valle, entre otros sectores.
El bombero Marcelo Abril, quien estuvo al frente de los voluntarios que acudieron a Ucubamba, relató que sorprendieron a un grupo de jóvenes prendiendo fuego, quienes al verse descubiertos escaparon en medio la montaña.
Su versión confirma el pronunciamiento de Ramírez, quien sostiene que el 98 por ciento de los incendios son provocados por la propia gente, por lo que hizo un llamado a la ciudadanía para que evite prender fuego, y pidió a las autoridades de control investigar quienes son los responsables del atentado contra la naturaleza.
Según los bomberos, algunas quemas son provocadas por campesinos que tienen la creencia de que el humo atrae las nubes y con ello la lluvia.
En otros casos son causadas por gente que compra bosques de eucalipto, luego de sacar la madera queman las ramas para despejar los terrenos y rebrote la hierba para el pastoreo. También se da casos de jóvenes que por travesura prenden fuego y luego no pueden controlar.
Debido a que la mayoría de quemas se presentan en las montañas, resulta difícil acceder con motobombas, por lo que los voluntarios tienen que extremarse apagando las llamas con el uso de batefuegos, machetes y palas para botar tierra sobre el fuego que se aviva por acción del viento. Trabajo que requiere gran fortaleza física ya que el contacto con el fuego y el sofocante sol les deshidrata en pocos minutos.
Otra dificultad para controlar el avance del fuego es la gruesa capa de vegetación en el piso, que forma una especie de colchón por donde el fuego avanza por debajo de las hojarascas y en cuestión de minutos sale a la superficie arrasando los arbustos y pajonales.
Oswaldo Ramírez, dijo que el personal está agotado, porque todos los días tiene que salir a combatir el fuego bajo el inclemente sol que azota a la región, situación que repercute en el estado de salud. Algunos tienen lesiones causadas por caídas y heridas en las manos y rostro por palos y espinos.
Otro inconveniente de los voluntarios es la situación laboral que les impide acudir a los llamados con toques de sirena. (ASQ)