RESPIRACIÓN VS. ERA
Ensayo Académico
Puede que uno de los niños mimados dentro del ambiente bomberil sea él ERA (Equipo de Respiración Autónoma). Varios temas de conversación e investigación salen de este elemento personal. Del material depende el peso y muchas veces la cantidad de aire que contiene, ¿cuánto dura? Es una pregunta recurrente, ¿es aire u oxígeno lo que contiene? A lo largo de la historia se ha mejorado mucho su diseño y operatividad, la tecnología ha tenido mucho que ver con su evolución.
Asimismo, por más nuevo y evolucionado que sea este artefacto, el buen uso y la misma práctica del usuario hacen, por supuesto, a su duración en trabajo. Nuestra formación como bomberos y las bibliografías consultadas hablan de un estado físico determinado para poder operarlo con cierta “normalidad”, pero pocos hablan de la influencia de la mente al momento de operarlo. Lo cierto es que el estado mental del bombero al conectarse él ERA es sumamente importante para el desarrollo de las actividades asociadas.
En los próximos párrafos intentaremos ahondar en la forma en que la mente y su funcionamiento, afectan, para bien o para mal, al gasto de energía, al consumo del aire y como la respiración es un eslabón crucial. Hay momentos en la actividad del bombero, donde se suelen presentar situaciones nocivas para los intervinientes, cuando ésta ocurre activa un mecanismo de supervivencia que comúnmente lo conocemos como estrés. Antes que nada, debemos tener en cuenta que el estrés es muy necesario para librarnos de situaciones peligrosas, aunque no debemos permitir que se adueñe de nosotros, ni paralice nuestro proceder. La actividad bomberil, escapa a una actividad considerada normal entre la sociedad, en la cual, es habitual que nos enfrentemos a situaciones estresantes. El estrés es un indicador y de esta manera, interpretar los síntomas que produce y entender por qué se presenta, nos dará la posibilidad de pasar de una situación potencialmente riesgosa a aquella donde podamos usar nuestro conocimiento a nuestro favor.
El primer síntoma que se va a presentar y el cual nos va a dar indicios de estar sufriendo un suceso de estrés es la respiración. Básicamente ella será; agitada, corta, insuficiente y muy rápida. Se generarán palpitaciones y por supuesto sudoración (siendo realistas la sudoración es difícil de considerar como síntoma perceptivo, ya que el propio uso del estructural da como resultado que sudemos mucho).
En este ensayo el objetivo es poder obtener una alternativa para los momentos donde el estrés nos juegue una mala pasada nos distraiga o paralice nuestra actuación en la emergencia poniendo en riesgo nuestra integridad y la de nuestros compañeros.
El entorno afecta directamente nuestra mente (a través de diversos estresores). La mente adquiere información desde nuestros sentidos que decodifica y ordena, generando pensamientos que inmediatamente originan emociones, en consecuencia, el entorno que combatimos afecta a nuestra mente creando emociones que repercuten en nosotros modificando entre otras cosas la respiración.
Sabemos que de los 11 sistemas con los que cuenta el cuerpo humano, el sistema respiratorio es el único que podemos controlar conscientemente. De este modo, tenemos en nuestras manos una forma de revertir esas emociones que nos pueden resultar perjudiciales (generando un impacto físico, una mente en blanco o una parálisis de acción). Con el control de la respiración, como iremos demostrando en el desarrollo de este ensayo, la intención es volver a situarnos en tiempo y espacio en el momento de la intervención en el que estemos participando. De esta manera, estaremos revirtiendo el estado anormal al que nos somete un estrés des-adaptativo, para poder volver a un estado donde predomine el sentido común (característica que nos permitirá actuar en consecuencia).
Dicho esto, debemos reconocer ciertos parámetros como lo son, la conciencia de nuestro entorno, la respiración consiente y controlada y la conciencia física (evaluar si tenemos resto físico para proceder). El SNC (sistema nervioso central) controla todas nuestras funciones vitales, a través de él no solo se activa la generación de hormonas como la adrenalina o el cortisol (activadas según el nivel de estrés), sino que también se generan los pensamientos que, dependiendo de la ocasión, pueden ser dañinos.
Contar con una mente saludable es sumamente necesario para que la misma sea permeable a las técnicas empleadas de recuperación. Debemos entender a la salud humana desde la integralidad y la salud mental no escapa a este concepto. Las personas somos un todo desde el punto de vista, mental, físico, emocional, creencial o religioso. Es por eso que cualquiera de estos puntos es importante al momento de sobrellevar un estado de estrés. En este contexto quiero hacer referencia a que prácticas como el yoga, el budismo u otras terapias holísticas son medios muy útiles para estos casos, demás está decir que la mayoría de las ciencias duras (entiéndase psicología, psiquiatría, medicina, etc.) reconocen y recomiendan el ejercicio de ellas. Contar con una mente objetiva, libre de sufrimiento (holísticamente hablando), clara para discernir sobre mi entorno aquí y ahora, es de suma importancia para tomar decisiones que me permitan cumplir mi tarea. Mi experiencia en materia de yoga, práctica de la doctrina budista, meditación, se transformaron en herramientas favorables para lograr lo antedicho. Igualmente de recomendable es el hábito de mindfullness, ejercicios de respiración previos y habituales, etc.
¿Por qué calma un estado ansioso la respiración controlada y consiente? Con ella, logramos modificar la emoción desencadenada por el estado de estrés. Comentamos que el ámbito en el que nos encontramos en una emergencia, motiva la creación de pensamientos que generan emociones latentes (miedo, ansiedad, tristeza, angustia, etc.) y sus síntomas asociados en tiempos extremadamente cortos. Esta emoción altera nuestra respiración (síntoma perceptible). Considerando que la misma es controlable, podemos modificar a su vez la emoción presente de manera de evitar pensamientos catastróficos, angustiosos o que nos desenfoquen de nuestra tarea, volviendo a un estado de control del presente. Esto se logra gracias a que los ejercicios de respiración generan una arritmia sinusal (vuelta a la frecuencia cardíaca normal). Normalmente un ciclo normal de respiración se encuentra entre los 4-6 segundos, que con técnicas de respiración pueden extenderse hasta 12 segundos (muy útil en el uso del ERA).
La respiración consiente puede lograrse de manera muy práctica. Como primera medida debemos percibir como estamos respirando (rápida, agitada, insuficientemente, etc.), pero por sobre todas las cosas reconocer como es nuestra exhalación (generalmente será corta). La mejor manera es poder inhalar y exhalar por nariz, dado que es el órgano preparado para eso y porque permite una exhalación más lenta. En situaciones donde el estrés es muy alto, podemos soltar el aire por boca, el cuerpo necesita un intercambio de aire rápido, logrando mayor oxigenación que, a su vez, beneficia la función cerebral y así obtener una función psicológica mejor, el resultado de este proceso es, al fin y al cabo, un mejor discernimiento a la hora de tomar decisiones y actuar (mente clara, mente permeable).
El estrés es un estado de acumulación, de miedos, tensiones, presiones externas, presiones internas, etc. El proceso de exhalación permite “soltar” esas tensiones. Diferentes investigaciones demuestran que la exhalación tiene que ser de mayor duración (por lo menos el doble de tiempo) que la inhalación para lograr los efectos deseados. La meditación, la instrucción budista, la psicología, el yoga mismo dan cuenta de esto también como método para bajar las palpitaciones y controlar el estado emocional de estrés.
Cuando existe cierta práctica en reconocer los estados emocionales por los que estamos pasando y que son propios del estrés en la actividad bomberil, nos podemos enfocar en aquellos que nos puedan “bloquear”, desde miedo hasta angustia pasando por tristeza y ansiedad. Es conveniente saber que si la emoción se manifiesta como estados de tristeza o angustia la respiración tiende a disminuir y es esperable que tomemos una posición cerrada (tendiendo a la posición fetal), encogiéndonos, restando capacidad de expansión del tórax y por ende menor aire entrando en los pulmones. En estos casos, necesitamos cambiar por una postura estirada, donde el torso esté recto (recostado o parado pero recto), lo que nos permite disponer de la caja torácica capaz de expandirse para incorporar aire al organismo. Con la inhalación activamos el sistema excitado (simpático), diseñado para reacciones de supervivencia como la huida y la pelea, la persona obtiene mayor aire en el organismo, se activa a su vez la exigencia del corazón por lo que estimula la frecuencia cardíaca y las funciones del SNC predisponiendo al cuerpo y a la mente para volver a su estado de normalidad. En cambio, si la emoción surge desde el miedo o ansiedad la reacción es más bien desorientativa, en este modo con poder lograr 3 respiraciones con exhalaciones que duren por lo menos el doble de tiempo que la inhalación es suficiente como para empezar a notar cambios y llevar la conciencia aún más a la respiración, tranquilizándonos de manera más efectiva y rápida, siempre teniendo en la mente el proceso de respiración. En este caso se busca activar el sistema pasivo (parasimpático) que es el encargado de lograr las funcionalidades de los órganos del cuerpo. Es decir, la forma de salir de estos estados es darle la posibilidad al organismo a que vuelva a sus funciones normales, a través del SNC.
El punto en el cual el ejercicio de respiración aumentará el tiempo de duración del ERA es complemento de mantener una mente sana. Tener una mente sana consiste en lograr una mente permeable, calma y capaz de no verse conmocionada por los pensamientos, que, al momento de presentarse podamos dejarlos pasar. Conociendo el funcionamiento de nuestro organismo sumado a prácticas de meditación, yoga, mindfullness, ayudan a lograr este estado.
Aumentando el tiempo en el que exhalamos (que es aire no consumido) aumentamos el tiempo de duración del aire dentro del tubo. No hay que tener temor de respirar lo necesario para llegar a este estado. Entendamos que para volver de un estado donde la respiración es corta y agitada debemos poder ingresar aire en más cantidad de manera paulatina para modificar el tipo de respiración a uno más calmo. Aunque sí es de mucha importancia la práctica para lograrlo en el menor tiempo posible. Si el estado de agitación no disminuye en el primer minuto de respiración consciente, debemos pensar que probablemente sea conveniente apartarnos del lugar de intervención y pedir apoyo. Importante es saber que no por exhalar más lento, la próxima inhalación tendrá que ser más larga o con más aire, el aire en juego siempre va a ser el mismo (el que nos permita nuestra caja torácica o la cantidad inhalada), lo único que modificamos es el tiempo, duplicándolo en el peor de los casos, y eso, es ya es mucho tiempo extra.
Resumiendo, las técnicas de respiración se vuelven un aliado para el bombero, obteniendo un doble beneficio. Por un lado, logramos tranquilizar al profesional en un momento de estrés y por el otro logramos aumentar significativamente el tiempo de duración del Equipo de Respiración Autónoma (ERA). Las técnicas de respiración pueden utilizarse en cualquiera de los dos casos o en ambos simultáneamente. Es notable destacar que los procedimientos de respiración controlada se basan en, primero, volver a una respiración normal que nos saque de un estado de bloqueo y mente en blanco y luego, poder continuar aplicando la técnica de respiración consiente, con una exhalación de mayor duración que la inhalación, de forma tal de retomar el control de la situación. El SNC se conecta con todos los órganos a través de todo el cuerpo. Nuestra mente recibe información del entorno, el cerebro la procesa, genera un pensamiento y en consecuencia genera una emoción que puede ser modificada por la respiración, pensando como tengo que respirar y para qué. Algunas formas de lograr la atención en la respiración son: imaginar cómo ingresa el aire por nuestras fosas nasales, imaginando como recorre el interior del cuerpo, percibiendo como se expande nuestro pecho, cerrando los ojos y sintiendo la respiración, activando recursos positivos, entre otros.
Dentro de la complejidad que encarna la teoría médica, la psicología, psiquiátrica y los aportes que otorgan las distintas prácticas, llamadas alternativas (mindfullness, yoga, meditaciones, etc.), que hoy en día las ciencias duras recomiendan para lograr una mejor calidad de vida a las personas del mundo, intenté encontrar en pocos párrafos una herramienta muy útil para el desarrollo del trabajo bomberil.
Ferro Hernán R.
Bombero Voluntario de San Lorenzo
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