Gerardo Costilla estaba desesperado, sólo escuchaba los gritos de auxilio que provenían del interior de una casa envuelta en llamas; no sabía qué hacer, pero en un impulso se cubrió con una cobija humedecida y sin importarle salir quemado, rescató a una mujer y a su hija que estuvieron a punto de morir calcinadas.Los hechos ocurrieron alrededor de las 12:30 de la tarde de ayer sobre la calle Sastre No. 418 y Galileo, en el fraccionamiento Montañas del Sol, cerca de la colonia Soledad de La Joya.
Como Gerardo varios vecinos se solidarizaron para apagar el incendio que ya había invadido toda la vivienda.
Unos arrojaban botes con agua por las ventanas, mientras otros derribaron la puerta con una barra de metal.
“Todos tratamos de ayudar, pero como que a los demás les dio miedo meterse para ver si había alguien, yo me desesperé, me agaché a ver quién estaba, pues escuchaba hablar a una señora y la vi tirada en el piso a ella y a su hija”, contó Gerardo Costilla.
“Sin pensarlo dos veces, me eché un bote con agua encima, mojé una cobija y me metí como pude y una por una las cargué y las saqué para fuera”, agregó.
En tanto Federico Cruz y Josefina González Martínez se encargaron de auxiliarlas, mientras arribaban los Bomberos y las ambulancias.
“No te duermas, no te duermas, tu hija está bien”, le decía una vecina que tenía entre sus brazos a la mujer a quien se le alcanzaba observar pedazos de su ropa adheridos a la piel.
Según el reporte preliminar, Rosa Isabel Frausto Bueno, de 39 años; y su hija Ana Paola Reyes Frausto, de 16, sufrieron quemaduras de primer, segundo y tercer grados entre el 60 y 80% de sus cuerpos.
Trascendió que el incendio se originó por un corto circuito luego de que la mujer intentó conectar un enchufe al “ladrón” de un foco y después de recibir una descarga eléctrica las chispas cayeron presuntamente a unos botes con solventes.
“El incendio se propagó porque había botes con solventes y pues rápido se prendió”, le dijo un policía a otro. Mientras los Bomberos combatían el fuego con el apoyo de la motobomba ECO-34, los paramédicos de las ambulancias 255 de Cruz Roja y ECO-47 de Bomberos, atendieron las quemaduras de ambas mujeres y las trasladaron de emergencia al Hospital General Regional (HGR), donde su salud fue reportada grave.
Después llegó José Gómez Reyes González, esposo de Rosa, quien no podía creer lo sucedido.
“Rosita qué pasó, chiquita”, le decía nervioso mientras los médicos y agentes de Protección civil la subían a la ambulancia.
Una hora después, el fuego que convirtió los muebles de la vivienda en cenizas fue controlado y los bomberos se retiraron. Las autoridades ya investigan las posibles causas que pudieron haber originado el siniestro.
El fuego, humo negro y los gritos de vecinos, no fueron suficientes elementos para que la familia Vega Castro despertara, ellos dormían profundamente hasta que policías tocaron su puerta y les avisaron que las llamas de la casa aledaña se habían propagado a la suya.Las dos viviendas fueron consumidas en su totalidad por el incendio que acabó con el patrimonio de la Familia Vega Castro.
“Estábamos bien dormidos y después de que tocaron la puerta para avisarnos nos dimos cuenta que la casa estaba toda llena de humo y rápido mi esposo y yo sacamos a nuestros tres hijos”, dijo Elizabeth Castro Martínez.
Eran alrededor de la 1:40 de la madrugada de ayer cuando unidades de Bomberos, Policía y Tránsito Municipal se trasladaron a la calle Balcones de las Termitas No. 107 de la colonia Balcones de la Joya.
Primeramente la Central de Emergencias 066 recibió el reporte de un incendio en una casa construida de madera, lámina y cartón.
Según vecinos, la choza era usada por un drogadicto conocido como “El Suny” quien al parecer provocó el incendio de manera accidental, luego de que horas antes introdujo una vela para tener luz.
Aunque otras versiones señalaron que varios vándalos la incendiaron intencionalmente.
Al lugar acudieron dos motobombas de Bomberos, cuyos elementos extinguieron el fuego, pero la casa de cartón quedó reducida a cenizas apreciándose sólo el terreno.
En tanto el domicilio de la familia Vega fue devorado casi en su totalidad por las llamaradas.
Elizabeth Castro y Antonio Vega, aseguraron que perdieron el patrimonio construido durante muchos años, por lo cual solicitan ayuda económica, luego de que la silla de ruedas de su hija Blanca, de 12 años, también quedó reducida a cenizas. Ayer por la tarde trataban de reconstruir su casa con láminas y madera.
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