El último adiós a los nueve bomberos fallecidos durante el incendio y derrumbe de Barracas.
El arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, presidió la ceremonia de despedida: "El señor resucitado nos anime en este momento de tristeza y partida que el amor de Dios inunde nuestro corazón", expresó.
Además, Poli señaló: "Los cristianos encontramos en la palabra de Dios un gran consuelo. El Dios que le dio la vida y el aliento también les dio esta vocación".
"Amando a Dios y al prójimo se cumple todo y el servicio público es una forma de amar al prójimo. El ejemplo de estos valiente hay que tomarlo", agregó.
Luego, el arzobispo de Buenos Aires rezó un Padre Nuestro junto con los presentes, mientras bendecía a los féretros.
"Te pedimos por estos hermanos y amigos nuestros, son de la Policía, bomberos, caídos en su misión de servicio. Sus buenas obras en favor nuestro los acompañe. Danos el consuelo y la paz", agregó.
A continuación, se leyó una carta enviada por el Papa Francisco, quien expresó su profundo pena "apenado al conocer la dolorosa noticia del voraz incendio" y donde dijo: "Quisiera transmitir toda mi cercanía y decirles que me siento muy unido a los que sufren".
Cumpliendo el sentimiento del Papa, Poli impartió la bendición apostólica a los familiares, compañeros de la fuerza y vecinos. "Que las almas de estos amigos descansen en paz, amen", concluyó el cardenal.
También dirigió una palabras Arturo Martínez, comandante de Bomberos, quien al despedir a los caídos dijo: "Son y serán nuestro orgullo".
Dolor, tristeza y orgullo fueron los sentimientos que colmaron la despedida de los restos de los nueve rescatistas que fallecieron ayer durante el incendio de un depósito de la empresa Iron Mountain en el barrio porteño de Barracas.
Los seis bomberos pertenecientes a la Policía Federal fueron despedidos desde la medianoche en el Salón Dorado de ese cuerpo, ubicado en avenida Belgrano y Virrey Cevallos, de la Capital Federal.
Se trata del comisario inspector Leonardo Day, la subinspectora Anahí Garnica -de 27 años, madre de una niña y miembro de la primera promoción de mujeres en la Superintendencia de Bomberos-, los cabos primero Eduardo Adrián Canessa y Damián Béliz, además de los agentes Maximiliano Martínez y Juan Matías Monticelli. El sepelio será en el cementerio de Chacarita.
En tanto, Sebastián Campos, el bombero voluntario de Vuelta de Rocha, fue velado en el cuartel en el que trabajaba, situado en Garibaldi 2042 del barrio de La Boca.
En el siniestro también murieron los rescatistas Pedro Baricolo y José Méndez, integrantes de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires. A Barícola lo velaron en Paraná 7093, Villa Adelina -norte del conurbano- y el sepelio será en el cementerio de Olivos. El velatorio de José Méndez se realizó en el mismo horario en el cuartel de bomberos de Wilde, en calle Brandsen al 4800.
Vecinos agrupados en las esquinas, muestras de agradecimiento y una atmósfera de dolor acompañaron esta tarde la despida con los restos de los nueve bomberos muertos ayer, en el incendio y derrumbe, que se produjo en el depósito de Barracas.
El cortejo partió minutos después de las 16 hacia el cementerio de la Chacarita, en un escenario colmado por vecinos que arrojaron flores a los coches fúnebres, bajo el sonido de los aplausos.
Una autobomba con ofrendas florales escoltó el recorrido, que partió desde el Cuartel Central de la Policía Federal.
Los fallecidos fueron velados a partir de las 00.30, en distintos puntos de Capital y Gran Buenos Aires. Mientras tanto, sus compañeros aún permanecían en el escenario de la tragedia.
Seis de las víctimas, pertenecientes al cuerpo de Bomberos de la Policía Federal, fueron despedidos en la sede de la institución, ubicada en avenida Belgrano y Virrey Ceballos. Los fallecidos son el comisario inspector Leonardo Day, la subinspectora Anahí Garnica -de 27 años, madre de una niña y miembro de la primera promoción de mujeres en la Superintendencia de Bomberos-, los cabos primero Eduardo Adrián Canessa y Damián Béliz y los agentes Maximiliano Martínez y Juan Matías Monticelli.
En tanto, el velatorio de los restos de Sebastián Campos, el bombero voluntario de Vuelta de Rocha, comenzó ayer a las 22 y se extendió hasta las 14 en el cuartel en el que trabajaba, situado en Garibaldi 2042 del barrio de La Boca.
En el siniestro también murieron los rescatistas Pedro Baricolo y José Méndez, integrantes de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires. Barícola fue velado en Paraná 7093, Villa Adelina -norte del conurbano- y el sepelio tuvo lugar en el cementerio de Olivos. En tanto, e velatorio de José Méndez fue en el cuartel de bomberos de Wilde, en calle Brandsen al 4800, informaron fuentes del Gobierno de la Ciudad.
Homenaje
Una misa en homenaje a los bomberos y rescatistas de Defensa Civil fallecidos se realizó en la Parroquia San Benito, en el barrio porteño de Palermo.
“Se hizo una misa por los compañeros caídos en cumplimiento de su deber”, confiaron fuentes de bomberos voluntarios de Vuelta de Rocha.
La ceremonia se llevó a cabo en la sede de la parroquia, situada en Maure y Villanueva, y asistieron familiares, vecinos y amigos de las nueve víctimas del siniestro.
Por su parte la Defensoría del Pueblo de la Ciudad expresó su pesar “ante la pérdida de trabajadores bomberos y rescatistas que en cumplimiento de su solidaria tarea ofrendaron la vida”.
En este sentido, exhortó “a su reconocimiento público como héroes civiles” y puso a disposición de “compañeros, familiares y vecinos” los equipos de trabajo institucionales de apoyo y contención.
Cuánto dolor, pero también cuánto amor. Cada lágrima derramada, cada flor arrojada, cada abrazo, cada mirada, cada silencio, cada grito. Todo le pertenece a ellos. A esos bomberos que ahora escuchan la sirena del camión desde otro lugar, o desde el mismo de siempre, porque están ahí atrás, pegaditos. Lo que se vivió ayer durante los casi diez kilómetros que separan el Cuartel Central de la Policía Federal del Cementerio de la Chacarita, fue algo pocas veces visto: vecinos que salieron a la calle a ofrendarles su corazón en el último adiós para los bomberos que ahora, también son héroes.
En el Salón Dorado, donde fueron velados los cuerpos del comisario inspector Leonardo Day, jefe del Departamento Zona 1 del Cuartel Central, la subinspectora Anahí Garnica –de 27 años, la primera mujer bombero de la Federal–, del Cabo primero Damián Veliz y el agente Juan Matías Monticelli, no cabía tanta tristeza. Hasta el cielo estaba oscuro, como si hubiera un luto para despedirlos.
Pasadas las cuatro de la tarde comenzaron a sonar las primeras sirenas del cuartel mientras rugían las motos policiales sobre la avenida Belgrano al 1500. Las ambulancias del SAME se preparaban para arrancar, al igual que los autos. Sobre las veredas la gente se amontonaba. Querían verlos, querían saludarlos, querían despedirlos.
Quien salió primero fue el auto que transportaba el cuerpo de Leonardo Day, con casi 35 años de servicio, y el aplauso fue conmovedor, en especial por sus propios compañeros, que luchaban por permanecer firmes con su mano derecha sobre la frente, pero con la izquierda sobre sus ojos, para secarlos del llanto. Dolía de verdad ver cómo esos hombres acostumbrados a mostrarse serios y rígidos, se quebraban ante el paso de quien hasta hacía poco más de 24 horas era su compañero.
Al rato sacaron el féretro de Anahí Garnica y detrás el de Maximiliano Martínez y el de Matías Monticelli. Después, los autos con los familiares de cada uno de ellos, todos escoltados por la autobomba que utilizaba a diario la División Cuartel I de Bomberos, de donde eran todos esos oficiales, que el miércoles pasado salió lleno, pero que volvió con seis asientos vacíos. Ahora estaba tapado por las más de 80 coronas que llegaron de entidades de todo el país.
El cortejo fúnebre siguió por las calles Sáenz Peña, Moreno, avenida Entre Ríos, Callao, Córdoba, Maure, Jorge Newbery, hasta el ingreso al cementerio. Lo que se vivió en esa hora que duró el recorrido será difícil de olvidar.
Los vecinos se asomaban a los balcones de los edificios y tiraban flores. Los que estaban en la vereda se besaban la mano y luego acariciaban los cajones. Algunos flameaban banderas celestes y blancas y en cada esquina había alguien que lloraba. Todo bajo el sonido de la sirena que, como broma, dicen que canta a medida que avanza, pero que ayer, aseguran, lloraba.
En el Cementerio de la Chacarita hubo una ceremonia de honor. El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, fue quien se encargó de presidirla y deseó fuerza y les otorgó consuelo en momentos de tristeza, dolor y partida a los familiares y amigos de las víctimas. A los bomberos los llamó “valientes”. También leyó el mensaje del papa Francisco, “muy apenado” (ver El Papa). Minutos después sonó la marcha fúnebre y entonces trasladaron los cuerpos al Panteón de la Fuerza policial.
La historia se dio vuelta. Los socorristas debieron ser socorridos. Los rescatistas no pudieron ser rescatados. No se pudo salvar a los que siempre salvan. Los bomberos dicen que Dios siempre los acompaña, pero que a veces no se suma a la dotación porque está muy ocupado. El miércoles, tal vez, pasó algo de eso.
El velatorio de Sebastián Campos, ayer, en el cuartel de Bomberos Voluntarios de la Vuelta de Rocha. Foto: LA NACION / Silvana Colombo
El velatorio de los restos de Sebastián Campos, el bombero voluntario de Vuelta de Rocha, se realizo hasta las 14 del día jueves pasado en el cuartel en el que trabajaba, situado en Garibaldi 2042 del barrio de La Boca.
En el siniestro también murieron los rescatistas Pedro Baricolo y José Méndez, integrantes de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires. A Barícola lo velaron en Paraná 7093, Villa Adelina -norte del conurbano- y el sepelio se realizo en el cementerio de Olivos. El velatorio de José Méndez fue en el mismo horario en el cuartel de bomberos de Wilde, en calle Brandsen al 4800, informaron fuentes del Gobierno de la Ciudad.
Velatorio del rescatista José Mendez; en el cuartel de bomberos de Wilde. (TELAM)
¡Tienes que ser miembro de LA HERMANDAD DE BOMBEROS para agregar comentarios!
Únete a LA HERMANDAD DE BOMBEROS