Ayer fuimos a un incendio de una casa prefabricada en el campo, a unos 15 kilómetros de nuestra ciudad. Viajabamos con premura pero tranquilos, porque por experiencia sabiamos que si se trataba de un principio de incendio, debido a la distancia, al llegar al lugar seguramente ya habría sido controlado por los moradores de la casa, y si el incendio estaba declarado, poco habría para hacer por la vivienda... casi siempre es así.
Cuando llegamos vi que a unos metros de la casa, o mejor dicho, de la hoguera, había una persona arrodillada a los gritos, y otras dos personas estaban parecia que intentando calmarlo. Eso no me preocupó porque generalemente se da esa situación de angusitia cuando alguien lo pierde todo, y a simple vista, la casa ya estaba consumida totalmente. Pero me bajé del autobomba de un salto, una de las dos personas corrió hasta mi y me dijo: "Creo que hay dos personas adentro, una mujer grande y un nene". Entonces el mundo pareció desmoronarse ante mí. Miré hacia el incendio y comprendí que era imposible que alguien pudiera estar vivo en esas llamas, ya que nada quedaba en pie.
Corrimos con las dos devanaderas hacia las llamas y les grité a mis compañeros que podía haber gente dentro; casi en el mismo momento el hombre que había visto primero gritando corrió hacia la casa gritando "Mi bebe! Mi bebé!". Comenzamos a apagar el fuego, y se podían divisar algunas gaarrafas de 10 kilogramos entre las chapas retorcidas y palos, el resto eran brasas, unos cuadros de motos grandes y algun armazón de un freezer y la cocina que se alcanzaban a divisar. Mientras yo daba vuelta alredededor de la casa para ver qué se podía hacer y mi personal extinguía las llamas, rogaba a Dios que la gente este bien, por favor le pedía, que no pase nada, una y otra vez. Pregunté a unos de los vecinos que daba vueltas a la casa tambien, qué edad tenian esa gente, y me dijo que la señora tedría unos 40 años y el bebé unos meses. Me acordé de mi nena de casi dos años allá en mi casa, vino de nuevo a mi mente la deseperación del padre unos segundos antes, y mas que nunca rogué a Dios. Con este ruego sacaba chapas y palos encendidos, quería escudriñar todo y confirmar que en la casa no había nadie, que seguamente la señora y su nene habían corrido asustados a la casa de los vecinos. Que iban a aparecer y se abrazarian con ese hombre.
Pero el mundo se detuvo, el alma se me cayó en mil pedazos cuando uno de los bomberos me dijo sin gritar "Ahí hay algo! ahí se ven...!", entonces observé mejor debajo de unas chapas y entre el humo vi que si, que así era, allí había un cuerpo. Y comprendí que seguramente el bebé estaría por allí tambien.
Llamé a unos de los pitoneros para que enfrié el area donde yo le indicaba, y desde atrás nuestro apareció el hombre de nuevo y se arrodilló casi entre las brazas, a un metro del cuerpo que se adivinada debajo de la chapa, gritando entre sollozos "Noooo.. ahi estan, ahi estan...!". Pensé que iva a sacar las chapas calientes con sus manos pero el vecino lo alejó de nuevo del lugar. Seguimos enfriando las chapas, le pedí a otro personal que me ayude y levantamos las dos chapas que cubrian el cuerpo de quien seguro era la mamá.
Entonces no era yo el que miraba esa forma, inerte, apenas distingible entre las cenizas, junto a su madre como deber ser, de costado con los brazitos delante como tantas veces había visto a mi bebita dormir al lado mío...
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Como bombero nos preparamos con mil cursos, con las herramientas mas modernas, con el autoboma mas rapido, con el traje mas sofisticado para protejernos de los elementos... pero no hay traje especial para protegernos del dolor del alma, ese dolor punzante, que quita palabras, que enturbia los ojos. Y aunque una lagrima derramo mientras escribo esto, tambien le doy gracias al mismo Dios que reproché antes por su distracción, por darme las fuerzas para sobreponerme, por los compañeros que estan tan afectados como yo, por no permitir mi indeferencia ante tal desgracia, en fin, por darme la fuerza para seguir vistiendo con orgullo este sagrado uniforme y gracias a eso, por sentire mas humano...