Por J.P. Asselin of FireFlex Systems, Inc., G.P. Crampton & A.K. Kim of National Research
Council of Canada, J.K. Richardson of Ken Richardson Fire Technologies Inc.
La espuma con aire comprimido (Compressed Air Foam CAF) se consigue al inyectar aire a
presión en el flujo de una solución de espuma [1]. El sistema de extinción CAF es un
generador de espuma de alta energía que produce burbujas uniformes de pequeño diámetro,
fuertemente impulsadas en forma de chorro [2,3]. Los sistemas de extinción CAF pueden
proporcionar espuma infinitamente variable en el rango de consistencias y con creciente
estabilidad. De hecho, los sistemas contra-incendios CAF de tubería fija proporcionan espuma
de gran calidad directamente sobre el lugar de riesgo. Aunque los sistemas de espuma
contra-incendios se conocen desde hace más de 100 años, la primera mención del CAF como
agente extintor para manguera aparece en 1941 como forma de combatir fuegos en puentes
flotantes [2]. La tecnología CAF se ha venido usando durante varias décadas para favorecer la
producción de los pozos petroleros, en la industria alimentaria para conseguir chocolatinas
esponjosas, para el lavado de coches, o en las cremas de afeitar.
Los sistemas CAF se convirtieron en una realidad al final de los 1990 al
conseguirse desarrollar, en el National Research Council de Canadá, métodos seguros de
generar y transportar CAF a través de redes de tuberías fijas usando boquillas especiales
Desde entonces, la tecnología para generar y distribuir CAF ha mejorado, se ha
comercializado y se han evaluado sus características de extinción en variedad de aplicaciones.
Hasta conseguirse este punto de desarrollo, los sistemas de extinción fijos por espuma
utilizaban boquillas de aspiración, sopladores y rociadores. Cada sistema tenía sus ventajas y
desventajas [1]. Al hacerse finalmente posible enviar CAF por redes de tubería fija y aplicarlo
al fuego la tecnología a dado un importante paso adelante en la evolución de la extinción por
medio de espuma. La tecnología CAF vio sus primeras aplicaciones en la extinción de líquidos
inflamables derramados y en la de fuegos de almacenes en altura [1]. Ya desde el principio se
demostró la ventaja del sistema CAF frente a los rociadores normales o los nebulizadores,
utilizándose tanto espumas tipo A como B. También se demostró la economía derivada del
menor uso de agua y su menor necesidad de concentración de espumógeno, y también
mejoró la visibilidad en la zona de fuego protegida por el sistema CAF. Desde 1999 se han
producido grandes avances en el desarrollo y evaluación de esta tecnología.
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