No puedo evitar, al leer las líneas que ha escrito Mirta Quindt, haciendo un llamado a los cuerpos de nuestra provincia en pos de lograr la reglamentación de nuestra ley, sentir emoción por la esperanza del mensaje; pero al mismo tiempo y en forma paralela, un interrogante se cierne sobre la ya mencionada esperanza....
Está en las manos de todos y en las de nadie, valaga la ambiguedad de tal afirmación la realización, en todos los sentidos, de reglamentar nuestra ley, otorgando a nuestros hombres y mujeres nada mas ni nada menos que aquello por lo cual desde hace dos décadas se viene discutiendo; vemos con alegría y sana envidia como otras provincias, Tal es el caso de Santa Fé, logran avanzar y nos preguntamos por qué nosotros estamos donde estamos.
Sin pretender ser el portador de verdad alguna, tan solo expresar una visión personal del asunto ( y por extensión, nutrirla del producto de esta discusión ) estoy convencido que veremos concretar nuestra lucha cuando exista compromiso de todos; Tal vez la reacción primera de quién lea lo anterior sea la de prejuzgar y "encasillar" dentro de una línea partidaria a quien escribe, mas la realidad me demuestra a diario que faltan, en la mayoría de los casos, propuestas viables para realizar cambios; no solo en lo imprescindible como es la Ley 8105, sino en cuestiones mas cotidianas; veo con amargura como en ocasiones las voces que nos representan no lo hacen con la vehemencia que tiene que tener aquel que pelea por quienes arriesgamos la vida en cada intervención.y no es un eufemismo.Por mi labor dentro de nuestra federación he sentido la crítica en más de una oportunidad, pero son las menos las que recibí una propuesta alternativa cuando, a criterio de otros, las cosas no son como deberían serlo; a las puertas de una Asamblea no observo una renovación con la fuerza necesaria, y no es esto una defensa a ultranza de las autoridades actuales, pero si algo no funciona y es menester cambiar, ¿Cual es la propuesta que debemos discutir ? El compromiso del cual hablo se manifiesta también en que cada Asociación asuma el rol que le corresponde, tecnificandose, capacitando a sus efectivos, participando del debate, presentando alternativas; Quienes llevamos en nuestro corazón la vocación de servicio seguiremos al frente a pesar de todo, pero debemos insistir y participar, y convencernos que el día menos pensados estaremos como directivos, y cuando estemos allí, debemos hacerlo munidos de experiencia, memoria y propuesta.
¿Cual sería la suya?
Un fuerte abrazo camaradas