EL CONCEPTO PIRAMIDAL DE GESTIÓN
ARTICULO DE JUAN CARLOS CAMPAÑA LÓPEZ
VOCAL DE INCENDIOS DE ASELF
SARGENTO DEL CUERPO DE BOMBEROS DE LA CIUDAD DE MADRID
Cuando echamos la vista atrás, los que ya llevamos unos cuantos años en este convento, nos podemos dar cuenta de cómo ha evolucionado nuestra percepción de lo que nos gustaría que fuese, o llegase a ser, un Servicio de Bomberos. Recuerdo con cariño aquellos primeros años como “aspirante”, en los que ser Bombero significaba hacer lo que te mandaban, de la mejor manera posible, sin ni siquiera entender muchas veces el porqué y el cómo, sin saber, ni importarte lo más mínimo, lo que una buena organización y gestión del servicio podría significar para todos. Simplemente queríamos trabajar, aprender lo máximo y demostrar que merecía la pena confiar en nosotros, que merecía la pena admitirnos como parte del equipo, que éramos merecedores del ansiado apelativo de “Bombero”. Todo aquel ímpetu, casi descontrolado, era fruto de la ilusión por agradar y hacer, por fin, lo que realmente nos gustaba y para lo que creíamos haber nacido.
Mientras puedo decir con orgullo que el paso de los años no ha mermado excesivamente en mí aquella ilusión inicial, si es cierto que, tanto esos años, como la experiencia, la responsabilidad, las vivencias, etc.… han modificado sustancialmente la perspectiva inicial de lo que creo podría ser una gestión más eficaz, asumiendo como propios muchos de los errores y carencias que hoy sufrimos y entonando el “mea culpa” por la parte que me toca.
Es esta ilusión e ímpetu (hoy más controladas) y una imaginación desbordante, la que me llevan a buscar un modelo de gestión de servicio coherente y eficaz basada en cuatro pilares básicos, dispuestos de forma piramidal:
Evidentemente yo no soy ni político ni Oficial de alto rango con responsabilidad de gestión, para tener en cuenta que este modelo simplista podría estar rodeado, contaminado, matizado e influenciado por multitud de factores que, incluso podrían desvirtuar el más coherente de los modelos. No, pero la experiencia a pie de obra, sin la contaminación de politiqueos, presupuestos, conflictos, competencias, favoritismos y tantos otros matices que influyen en lo que puede ser una gestión eficaz, me llevan a la convicción de que el fracaso en la gestión de muchos de nuestros servicios (que se salve el que pueda), se deriva de la falta de atención adecuada tanto a la base (formación), como al vértice (liderazgo) de este modelo.
A nadie se le escapa que, afortunadamente, la estadística sobre el número de intervenciones que hoy en día atienden los Servicios de Bomberos, marca una tendencia descendente con respecto a lo que podíamos ver hace unas décadas. Por ello la calidad que, como profesionales, podemos/debemos ofrecer a los ciudadanos en la resolución de los incidentes para los que se nos requiere, no puede basarse, como antaño, en la experiencia operacional de los respondientes. Esto unido a la mayor tecnificación y diversificación de nuestras competencias, hacen tremendamente necesario (impepinable) el fortalecimiento y la máxima potenciación de la base de la pirámide: la formación. Una base sólida, de calidad, reglada, reconocida y coherente con las necesidades demandas. Una base sobre la que se pueda construir un Servicio y que sea capaz de suplir (o cuando menos enmascarar momentáneamente) algunas de las carencias del resto de los componentes del modelo piramidal.
Desafortunadamente no todos los “actores” que intervienen en esta gran obra (políticos, gestores, sindicatos, jefatura, mandos intermedios, bomberos….) tienen el mismo punto de vista o ven el mismo orden de prioridades. Incluso podríamos decir que cada uno de ellos, no solamente cree que es el protagonista de la película, sino que tienen sus propias prioridades y objetivos. De esta manera, lo que deberían ser unos potentes cimientos que sustenten el edificio, se conviertan en una cama de agua en la que, cada vez que pisas te hundes, y que afecta no solo a la calidad del servicio, sino, y lo que resulta más preocupante, a la seguridad de nuestra gente.
Si la formación es uno de los principales caballos de batalla de nuestro entorno, podríamos afirmar que la capacidad de liderazgo de nuestros Mandos, a todos los niveles, es un caballo olvidado. La competencia de los mandos es un factor determinante para el éxito de cualquier Servicio de Bomberos. Sí, pero su capacidad de liderazgo tiene un impacto directo en el desempaño de las labores diarias que el personal realiza. Su competencia técnica, sus habilidades sociales, su actitud y su compromiso con la excelencia, tienen un efecto directo en los resultados, en la moral, en la cultura de la organización y en el ambiente general de trabajo.
El liderazgo es toda capacidad que un individuo pueda tener para influir en un colectivo de personas, haciendo que éste trabaje con entusiasmo en el logro de objetivos comunes. Se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar a un grupo o equipo. Podríamos buscar en un libro o en internet y elaborar una lista de las cualidades y habilidades sociales que cualquier Mando de Bomberos (Oficiales, Suboficiales, Sargentos, Cabos…… Bomberos veteranos…) debería tener, no solo como profesional, sino como líder. Podríamos, e incluso deberíamos, utilizar esta lista como criterios para evaluar el desempeño de nuestros Mandos.
El liderazgo en cualquier organización implica ser consciente de que el mayor activo con el que se cuenta es el personal con el que se trabaja, y que hay que cuidar de ellos para que ellos se sientan cuidados. Implica que se debe conseguir una atmósfera de trabajo positiva y productiva. Nuestro personal tiene que saber (tiene derecho a saber) lo que se espera de él/ella con respecto a su desempaño profesional y comportamiento.
El liderazgo implica servir como ejemplo a mi gente, construir un sentimiento de confianza y respeto mutuo que descarte la mala costumbre, que como humanos tenemos, de no confiar en lo que no respetamos ni entendemos, sobre todo si viene impuesto sin más explicaciones.
El liderazgo implica mantener una presencia de Mando fuerte pero coherente, que sea capaz de corregir las desviaciones del comportamiento y del desempeño, sin favoritismos ni condicionantes externos, y que sea capaz de retornar al trabajador a una actitud positiva y productiva.
El liderazgo implica compartir una cultura de autodisciplina y seguridad que nos hace sentirnos orgullosos de nosotros mismos, de nuestros compañeros y de la organización a la que pertenecemos. Una autodisciplina que nos lleve a mantenernos actualizados y competentes, asegurándonos de que nuestra gente cuenta con la mejor y más adecuada formación.
Los servicios de Bomberos que no sean capaces de asimilar la importancia que, para su correcto funcionamiento, tienen tanto la formación como la capacidad de liderazgo de sus Mandos, están abocados al fracaso como organización. De hecho muchos experimentan o han experimentado cierto tipo de consecuencias derivadas, con continuos conflictos laborales que les impiden dar al ciudadano la respuesta de calidad y servicio que se les exige.
En estos momentos de crisis, en los que nuestras particulares pirámides de Maslow empiezan a denotar cierta modificación, es cuando nuestros responsables, a todos los niveles, deberían potenciar al máximo estos dos pilares básicos, de manera que seamos capaces de sacar de nuestro personal el mayor rendimiento y motivación posibles.
Desde nuestra asociación contamos la ilusión y el ímpetu necesario para intentar colocar la formación en el lugar que le corresponde, concienciando a nuestro colectivo de la importancia que tanto su calidad, como su cantidad y su continuidad adquieren hoy en día para nuestro correcto desempaño profesional. De la misma manera somos plenamente conscientes de la necesidad de potenciar la capacidad de liderazgo de nuestros Mandos intermedios, como figuras de importancia clave con influencia directa en la motivación, confianza y compromiso del personal de base, nuestro mejor y más preciado activo ….en esa lucha estamos y estaremos.
Juan Carlos Campaña López.
Sargento 67 - Parque 1º - Turno C.
Cuerpo de Bomberos Ciudad de Madrid.
Vocal de Incendios de ASELF