La Adicción al Voluntariado:
Un Problema Oculto entre los Bomberos Voluntarios, por el Lic. Marcelo Fortunato
Lic. Marcelo Fortunato
Comandante General ® Estación 5° de Bomberos Voluntarios de Nueva Pompeya y Barracas Sur - Federación de Bomberos Voluntarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Los bomberos voluntarios, en particular, son vistos como héroes por su disposición a arriesgar sus vidas para proteger a la comunidad sin esperar nada a cambio y representan la esencia misma del servicio comunitario. Su labor no solo es altamente valorada, sino también profundamente respetada y admirada por la sociedad.
En resumen, los bomberos voluntarios se encuentran en los primeros lugares del podio de profesiones nobles, siendo considerados como pilares fundamentales de la seguridad, la solidaridad y el compromiso social.
Sin embargo, detrás de esta nobleza existe un fenómeno inquietante: la adicción al voluntariado. Esta problemática, poco discutida, comparte características con otras adicciones reconocidas en nuestra sociedad, como el alcoholismo, la drogadicción y el juego compulsivo.
El Lado Oscuro del Voluntariado
A primera vista, la dedicación extrema de los bomberos podría parecer admirable, pero cuando esa devoción comienza a consumir otros aspectos fundamentales de la vida de una persona, es cuando nos enfrentamos a un problema serio. He visto a demasiados camaradas dejar de lado horas preciosas con sus familias, rechazar oportunidades de formación o educación, e incluso ver reducidos sus ingresos por no cumplir estrictamente con sus trabajos remunerados, todo por el impulso de estar en el cuartel y asistir al mayor número de intervenciones posibles.
Para muchos, la meta es el reconocimiento, el ascenso en la jerarquía, la obtención de una nueva insignia o grado en el escalafón del sistema. Pero ¿a qué costo?. Este sistema, en muchos casos, se ha tornado perverso, atrapando a nuestros voluntarios y voluntarias en una espiral de competencia y sacrificio personal inexplicable.
El Costo Oculto de la Dedicación
La devoción extrema que muchos bomberos voluntarios muestran hacia su labor puede parecer encomiable, pero es necesario seguir preguntándose a qué costo se está logrando este nivel de compromiso. En demasiados casos, los bomberos sacrifican horas cruciales con sus familias, se ausentan de actos escolares, postergan consultas médicas importantes, y faltan a cenas familiares y celebraciones de fin de año. Este comportamiento, impulsado por un deseo incontrolable de estar siempre disponibles
en el cuartel y asistir a la mayor cantidad de intervenciones posibles, tiene consecuencias devastadoras en la vida personal y emocional de los bomberos.
Un Sistema Perverso y Corrosivo
La adicción al voluntariado no solo afecta a los bomberos y bomberas a nivel personal, sino que también genera, en algunos casos, un entorno de abuso de autoridad, corporativismo, amiguismo y cerrados círculos de poder. Estos círculos, en su mayoría, son peligrosamente herméticos, donde prevalecen graves injusticias, discriminación y acosos. Y lo más perturbador es la negativa de muchos camaradas a reconocer esta adicción, negándose a aceptar que su pasión por el voluntariado se ha convertido en una carga destructiva.
Además, esta adicción está alimentada por un sistema que, en muchos casos, se ha vuelto perverso. Algunos jefes (por suerte un número menor) de los cuerpos de bomberos, una vez alcanzado un puesto de poder, suelen "atornillarse" al cargo, imponiendo una estructura jerárquica casi inamovible. Este corporativismo cerrado y peligroso deja poco espacio para la renovación y el crecimiento de nuevos líderes, perpetuando un ciclo de abuso de autoridad, amiguismo, injusticias y discriminación.
Exclusión y Resentimiento: Las Consecuencias Ocultas
Aquellos bomberos que, en un intento por equilibrar su vida profesional y personal, deciden no caer en estas prácticas de dedicación extrema u osan por criticar y oponerse a esas injusticias, suelen ser marginados. No solo quedan excluidos de las oportunidades de ascenso, sino que también son objeto de aislamiento de muchos de sus compañeros para evitar incomodidades en el grupo corporativo mencionado. Este aislamiento y la sensación de exclusión han llevado, en algunos casos y ya fuera de la institución, a desahogar su frustración a través de un odio generalizado al sistema bomberil.
Una Historia Trágica que Refleja una Realidad Cruel
Para ilustrar las consecuencias de esta adicción, resulta necesario compartir algunas historias recopiladas en relatos obtenidos en distintos cuarteles durante el abordaje de la temática en cuestión, historias dolorosamente reales que reflejan el costo humano de esta problemática.
Caso 1
Me tocó asistir a una reunión del jardín de infantes donde cursaba su salita celeste mi hijo mayor, hoy Biólogo científico antártico.
Fui preocupado ya que en zona de mi Regional se estaba desarrollando un incendio industrial y muy probablemente solicitarían nuestra colaboración.
Era un día nublado, pero la emoción iluminaba mi ánimo mientras llegábamos con mi esposa y mi hija al colegio de Damián. Con su talentosa maestra, habían estado
preparando una presentación sobre lo que habían aprendido durante el año, y estaba orgullosa de sus logros y el de sus compañeritos.
Sin embargo, no podía evitar sentir un nudo en el estómago. En la Regional Operativa donde interactúa mi cuartel de bomberos, un gran incendio industrial estaba en pleno desarrollo. Sabía que, tarde o temprano, recibiría una solicitud de apoyo. Tenía el Handy en mi cintura, escaneando constantemente las frecuencias de los cuarteles vecinos, mientras me aseguraba que el auricular no molestara a los demás padres. Estaba al tanto de cada módulo, cada actualización de los panoramas, y eso me mantenía en un estado de alerta que competía con la alegría de ver a mi hijo en su ámbito escolar.
Finalmente, llegó el turno de Damián de presentar su trabajo. Se acercó al pizarrón con una confianza admirable y empezó a colgar su lámina, en la que había dibujado con crayones a nuestra familia. “Dami, ¿contanos quienes están en tu dibujo? Mis pensamientos vagaban entre su creatividad y el tráfico de mensajes que se desarrollaba en mi radio trasmisor. Me esforzaba por concentrarme en lo que hacía, pero mi mente seguía regresando a la posibilidad de una inminente convocatoria que seguramente no podría concurrir y eso me fastidiaba. Mi hijo comenzó a describir su creación en la lámina. ”Esa es mi mamá” (señalando a una figura enorme en el centro del dibujo), “También está mi hermanita, mi perra Randa y mi gato Bruno”, toda la salita comenzó a aplaudir festejando su obra de arte.
Pero cuando cesaron los aplausos, la maestra, con una mirada inquisitiva, me miró fijamente y le preguntó: “Dami ¿dónde está tu papá?” señalando con su dedo al dibujo. En ese instante, sentí que el tiempo se detuvo. Damián me miró con serenidad y, en voz alta, replicó: “Mi papá está en el cuartel”. Su respuesta resonó en el aula como un eco incómodo mientras mi esposa me apuñalaba con sus ojos. Ese día fue un punto bisagra en el abordaje y tratamiento de mi adicción.
Caso 2
Cuartel de Bomberos del sur de la Pcia. de Bs. As.
Un Oficial Jefe durante una jornada de capacitación sobre “Adicción al Voluntariado” se dispone a relatar su propio caso entendiendo que podría encuadrarse dentro de esa “adicción”.
El día que su hija cumplía sus 15 años llevó su auto particular al lavadero del barrio para dejarlo como un 0 Km para más tarde trasladar de su casa al salón de fiestas a su amada hija. También encargó a una modista un gran moño blanco que colocó en el techo de su Torino Rojo una vez finalizado el lavado y lustrado. Eran aproximadamente las 18 hs. Tiempo suficiente para regresar a su casa cambiarse y estrenar su hermoso traje negro, camisa blanca y corbata azul.
Apenas arranca su vehíc***, un disparo de alarma de su base Yaesu 2400 anuncia y convoca a todo el personal disponible a bajar al cuartel por intervención.
Sin pensarlo, pisa el acelerador, cambia el rumbo fijado y se dirige raudamente hacia la dependencia. En ese momento, el Jefe hace un silencio ensordecedor y en voz baja, murmura “No me di cuenta y el moño se voló”. Para romper el hielo le pregunto si frenó para recuperarlo. Me dijo que no a lo que le comento que si bien era una lástima no poder lucir el moño y que su hija lo pueda ver no era tan grave. El jefe nos mira y con una sonrisa incómoda nos dice “El moño no fue el problema. Lo grave fue que la intervención era un incendio forestal a 40 km del pueblo y regresamos al día siguiente pasado el mediodía”. Todos los participantes quedamos en silencio. Nadie se animaba a hablar ni preguntar nada. El Jefe con lágrimas en los ojos y con enorme culpa enuncia “Si chicos, no fui al cumpleaños de mi hija. No me hablo por mucho tiempo y me esposa me pidió el divorcio. Pero la vida ya me había puesto a prueba para evitar lo que ahora siento que era una adicción. Cuando mi niña estaba por nacer, ya con mi esposa por ingresar a la sala de partos, le pedí por favor a los médicos, casi les rogué que retrasen el parto unas horas, que hagan lo posible para que su nacimiento sea minutos después de las 00 hs de ese día. Obviamente nadie me hizo caso y hasta me dijeron que estaba loco. Mi enojo y desilusión fue enorme pero no logre ese objetivo. Mi hija nació el 1º de junio”. (En Argentina el día nacional del Bombero Voluntario se festeja el 2 de junio en conmemoración de la fundación del primer cuerpo de bomberos voluntarios de La Boca en 1884).
Caso 3
Un bombero voluntario, residente a solo una casa de distancia del cuartel, se encontraba una mañana cuidando a sus dos hijos mientras su esposa realizaba compras en un almacén cercano. El hijo menor, de apenas 2 años, estaba tomando un baño en un fuentón bajo la supervisión de su padre, mientras el mayor, de 7 años, jugaba con su consola de videojuegos en otra habitación.
De repente, “levanta el fierro”, (en la jerga cuando comienza a sonar la sirena del cuartel anunciando una nueva intervención). La madre, que aún estaba en el almacén, escuchó la sirena y, preocupada, decidió regresar rápidamente a su hogar. Mientras tanto, el bombero, siguiendo el impulso que todos conocemos como "levantar el fierro", sacó al niño del baño, lo secó rápidamente y lo dejó envuelto en una toalla junto a su hermano mayor, antes de correr hacia el cuartel.
Lo que él no sabía es que su hijo menor, en un descuido, regresó al baño para recuperar sus juguetes. Resbaló y cayó nuevamente en el fuentón, donde se ahogó. Mientras tanto, el bombero y su equipo atendían una intervención menor: unos cables eléctricos caídos debido a un poste derribado por el viento.
Momentos después, una camioneta del cuartel se acercó al lugar de la intervención para recoger al bombero, quien fue llevado de vuelta a toda prisa, sin recibir explicación alguna. Al llegar, encontró a una multitud de vecinos y una ambulancia frente a su casa. Desesperado, corrió hacia su hogar y encontró a los paramédicos intentando, sin éxito, resucitar a su hijo, mientras su esposa, destrozada, lloraba desconsoladamente en el suelo.
Devastado por la culpa y el dolor, el bombero se dirigió a su habitación, tomó su pistola y, incapaz de soportar el sufrimiento, se quitó la vida.
Un Llamado Urgente a la Reflexión y la Acción
Estas historias, aunque estremecedoras, no son únicas. Son testimonios de las consecuencias más extremas de una adicción que sigue sin ser reconocida y que cobra vidas de manera directa e indirecta. Es urgente que los cuerpos de bomberos de todo el país reconozcan la gravedad de este problema y tomen medidas concretas para proteger a sus miembros.
El voluntariado es una vocación noble, pero no debe convertirse en una trampa que destruya vidas y familias. Es necesario revisar y reformar los sistemas internos para garantizar un equilibrio saludable entre la dedicación al servicio y la vida personal. Además, es crucial abordar los abusos de poder y el amiguismo que perpetúan este ciclo destructivo.
Los bomberos voluntarios merecen ser reconocidos no solo por su valentía en el servicio, sino también por su derecho a una vida plena y equilibrada. Es hora de que todos, desde los líderes hasta los propios voluntarios, tomemos cartas en el asunto para evitar más tragedias y asegurar que el voluntariado siga siendo un acto de heroísmo y no una carga insostenible.
Metodología:
Para abordar este fenómeno, se llevó a cabo una investigación cualitativa utilizando entrevistas semi-estructuradas con bomberos voluntarios, así como encuestas a sus familiares y colegas. Se recopiló información sobre las rutinas diarias, el tiempo dedicado al trabajo en el cuartel y las percepciones sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Adicionalmente, se realizaron análisis de casos de estudio que documentan situaciones extremas de inmersión en el rol de bombero.
Resultados:
Compromiso Exclusivo con el Rol de Bombero: Los participantes en el estudio mostraron una tendencia significativa hacia la priorización del servicio de bomberos sobre otras actividades. La mayoría reportó una dedicación de tiempo que frecuentemente excede las 60 horas semanales, afectando negativamente su capacidad para participar en actividades familiares y sociales.
Impacto en la Vida Familiar y Social: La inmersión extrema en el rol de bombero llevó a un notable deterioro en las relaciones familiares y sociales. Se identificaron altos niveles de conflicto familiar, aislamiento social y negligencia de compromisos personales y sociales debido al tiempo excesivo dedicado al cuartel.
Consecuencias Académicas y Laborales: La dedicación desmedida también impactó la educación y el desarrollo profesional de los bomberos. Los participantes reportaron dificultades para cumplir con obligaciones académicas y laborales, y en algunos casos, la elección del voluntariado en lugar de oportunidades educativas y laborales más prometedoras.
Aspectos Psicológicos: Los bomberos adictos al voluntariado presentaron una gama de problemas psicológicos, incluyendo estrés crónico, agotamiento emocional y problemas de salud mental relacionados con la presión y el estrés continuo de su rol.
Discusión:
La adicción al voluntariado en los bomberos plantea desafíos significativos tanto para los individuos como para sus comunidades. El compromiso excesivo con el servicio puede llevar a un deterioro en la calidad de vida personal y profesional, creando un equilibrio insostenible que podría tener consecuencias perjudiciales a largo plazo. Es crucial que las organizaciones de bomberos reconozcan estos patrones y promuevan estrategias para asegurar un equilibrio saludable entre el servicio y la vida personal.
Recomendaciones:
Implementación de Políticas de Equilibrio Vida-Trabajo: Se recomienda desarrollar y aplicar políticas que fomenten un equilibrio adecuado entre el servicio y las responsabilidades personales. Estas políticas podrían incluir límites de horas de servicio y apoyo para la gestión del tiempo.
Programas de Apoyo Psicológico: La implementación de programas de apoyo psicológico y asesoramiento puede ayudar a los bomberos a manejar el estrés y evitar el agotamiento emocional.
Educación y Concienciación:
La formación continua sobre la importancia del equilibrio entre la vida laboral y personal puede sensibilizar a los bomberos sobre los riesgos de la inmersión excesiva y promover prácticas más equilibradas.
Conclusión:
La adicción al voluntariado entre bomberos es un fenómeno complejo con repercusiones significativas para la vida personal y profesional. Abordar este problema requiere un enfoque integral que incluya políticas de equilibrio vida-trabajo, apoyo psicológico y educación. Al implementar estas estrategias, se puede mejorar la calidad de vida de los bomberos y garantizar que su valiosa contribución a la comunidad no comprometa su bienestar personal y profesional.
Marcelo Fortunato
“Adicto al Voluntariado en Recuperación”
Marcelo A. Fortunato - Especialista de La Hermandad de Bomberos
Comandante General
Estación 5° de Bomberos Voluntarios de Nueva Pompeya y Barracas Sur
Federación de Bomberos Voluntarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires - CABA Buenos Aires en Argentina
Técnico Mecánico
Técnico Superior en Seguridad e Higiene en el Trabajo
Licenciado en Seguridad, Higiene y Control Ambiental Laboral
Diplomado en Toxicología Legal y Forense
Magister en Seguridad contra Incendios
Post grado UBA en Diseño en Instalaciones contra Incendios
Experiencia laboral:
Ex Maestro de Enseñanza Práctica ENET N°3 de Avellaneda
Ex Inspector en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo
Ex Secretario de Planificación Estratégica Municipalidad de Avellaneda
Ex Instructor de Bomberos Aeroportuarios de la Fuerza Aérea Argentina
Actualidad:
Profesor de la Universidad Nacional de Avellaneda – Departamento de Salud y Actividad Física / Licenciatura en Enfermería.
Profesor Universidad de la Defensa – Instituto Universitario Aeronáutico Córdoba
Jefe de Seguridad Ambiental PREVAC / CRUC-IUA (Fuerza Aérea Córdoba)
Colegios Profesionales
Miembro fundador del Colegio Profesional de Higiene y Seguridad en el Trabajo de la Provincia de Buenos Aires CPHS – LEY 15.105
Miembro fundador del Colegio Profesional de Higiene y Seguridad en el Trabajo de la Provincia de Córdoba COPHISEC – LEY 10.666 (Titular
del Tribunal de Disciplina).
Coordinador del Ciclo de Complementación Curricular de la Licenciatura en Higiene y Seguridad Laboral (Convenio UNDAV-COPHISEC), Pcia. De Córdoba.
Bomberos Voluntarios (40 años de antigüedad)
Marcelo Fortunato ingresa al Sistema Nacional de Bomberos en marzo de 1983 como cadete en el Cuartel 9°- Bomberos Voluntarios Domínico-Wilde (Buenos Aires) hasta su pase a la Honorable Escuadra de Reserva en abril de 2017.
Se incorpora a la Estación 5° - Bomberos Voluntarios de Pompeya-Barracas, (C.A.B.A.) y en la actualidad ostenta el grado de Comandante General ® y es Director General Operativo del Cuerpo Activo.
Cargos Provinciales:
Ex Sub Coordinador Adjunto del Comité Técnico de Capacitación Federación Bonaerense de Bomberos Voluntarios
Ex Instructor de la Federación Bonaerense de Bomberos Voluntarios
Cargos Nacionales:
Ex Instructor de la Academia Nacional de Bomberos
Ex Director Departamento de Normalización de la Academia Nacional de Bomberos
Miembro del Equipo creador de la Norma “Referencial IRAM 12/2013” para la creación de Cuarteles de Bomberos Voluntarios