Ya vimos hace unos días cómo los bomberos alemanes lograban contener y apagar los incendios en coches eléctricos o híbridos. Sin embargo, expertos suizos explican que el gran problema es cuando ocurre en un lugar cerrado, por lo que directamente han pasado a la acción más real, prendiendo fuego a una batería dentro de un túnel de pruebas, el de Hagerbach, en Suiza.
Las pruebas se realizaron en diciembre del año pasado y ha sido ahora cuando se han conocido los resultados, ya que se han analizado todas las partículas desprendidas. El estudio tiene como objeto establecer las instrucciones a seguir si se producen un incendio en un aparcamiento subterráneo, garaje o un túnel, unas pruebas que los fabricantes están demandando cada vez más para garantizar al máximo la seguridad de sus baterías.
Incendio controlado de una batería de coche eléctrico en un garajeEMPA
Incendio en un espacio cerrado
Las condiciones de esta prueba se limitaron a un espacio sin ventilación mecánica, un elemento obligatorio pero que muchos garajes no disponen. Se habilitó un espacio de superficie útil de 28 x 28 metros y una altura de planta de 2,5 metros y 2000 metros cúbicos de volumen de aire.
El experimento consideró una batería de 32 kWh, aunque se realizó a una escala de 1/8, por lo que el módulo incendiado disponía de 4 kWh recién cargados y en una habitación con 250 metros cúbicos de volumen de aire, investigándose cómo las partículas de hollín se depositan en paredes o trajes de protección de los bomberos, lo tóxicas que pueden ser y el método de limpieza posterior.
Incendio en un espacio cerrado con rociadores de extinción
Las mismas condiciones de la prueba anterior pero, en esta ocasión se trata de analizar los residuos químicos en el agua de extinción utilizada. Además, el humo se dirigió desde la batería usando una lámina de metal bajo una ducha de agua que simulaba el sistema de rociadores. En este caso, los investigadores recogieron el hollín del agua para analizarlo, destacando que la batería no se quemó por completo.
Incendio en un túnel con ventilación
Con las mismas condiciones de las pruebas anteriores, se sumó la acción de un ventilador que extraía el humo hacia un túnel de ventilación de 160 metros de largo a una velocidad constante. El hollín se asentó en una larga lámina de metal a 50, 100 y 150 metros del punto del incendio.
Con estas tres pruebas, las conclusiones no despejan nada nuevo. De hecho, los responsables apuntan que, en términos de temperatura, el incendio de un eléctrico es comparable al de uno de combustión, y no lo hace más peligroso que este último. Sin embargo, las partículas que se encuentran en el hollín sí lo son. Estas desprenden grandes cantidades de óxido de cobalto, óxido de níquel y óxido de manganeso, metales pesados que causan reacciones alérgicas graves en la piel desprotegida, por lo que se aconseja un equipo especial para limpiar la zona afectada.
Las conclusiones también apuntan a la efectividad de los sistemas de ventilación mecánicos de última generación, aunque los expertos también hacen hincapié en el tratamiento de las aguas vertidas para apagar el incendio. Las partículas del hollín y el ácido fluorhídrico, que no solo es tóxico, sino también muy corrosivo, contaminan el agua hasta 100 veces más de los límites máximos de las aguas residuales.
Fuente: Empa.ch
FUENTE: https://www.motor.es/noticias/estudio-incendio-coches-electricos-20...