Carta abierta publicada en un medio de Paraguay denuncia el desiteres mostrado con este Cuerpo de Bomberos
La falta de cumplimiento del convenio por el cual prácticamente subsiste la dotación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ciudad del Este es un acto que no se compadece de la prevención y legalidad. Toda administración comunal que no considera a la prevención como mecanismo de evitar consecuencias, mayormente graves, es torpe y desconsiderada con la ciudadanía.
Si agregamos la cuestión de un incumplimiento de acuerdo, nos trasladamos a una cuestión legal, de consecuencias penales. Estamos delante de un hecho de desinterés, cuyos argumentos no serán jamás convincentes.
Un grupo de seres humanos que dedican su tiempo, su esfuerzo y, hasta sus vidas en pos de otros, mínimamente merece el respeto de quienes manejan los hilos de la ciudad, y que siempre se autocatalogan como humanistas, e interesados por la comunidad.
Los acuerdos se suscriben para cumplir, no para dar excusas. Una administración seria equilibra gastos e ingresos, y no justifica imprevisiones con bajas recaudaciones.
Toda ciudad que se considere grande, importante y progresista tiene un Cuerpo de Bomberos pertrechado y asistido. Además, si traemos a colación que el dinero que debe transferirse es de la ciudadanía y no de bolsillos particulares, acrecentamos, en el mejor de los casos, la irresponsabilidad oficial. Inmediatamente viene la pregunta, ¿dónde fue a parar el dinero descontado de los impuestos, que debería ser de los bomberos?
No hay explicación y es penoso ver que gente dedicada a su comunidad, con un servicio no remunerado hace de tripas corazón para seguir, y la institución que en teoría debería acompañarla le deja por seis meses sin muchas opciones.
Los bomberos sólo son valorados en los desastres, catástrofes, y en las actuales condiciones, ni siquiera en lo mínimo podrán ser paliativos de las realidades tristes, pues no tienen recursos suficientes.
Sin desconocer la importancia de las ayudas sociales o de respaldos a eventos deportivos, la Municipalidad no puede obviar su responsabilidad de cumplir con los bomberos, pese a que esto no tenga mucha relevancia mediática o populista.
Este grupo es esencial, más aún en una ciudad desordenada como la nuestra. El accionar del grupo es constante en cada accidente, incendio, inundaciones, rescate y hasta para homenajes o eventos de envergadura.
No pasa por una buena acción o por una postura filantrópica destinar fondos municipales a esta dotación, sino obligación moral y legal. En una sociedad con conciencia consecuente, un cuerpo de bomberos con buenos equipos, y bien preparado puede marcar la diferencia ante catástrofes.
Vivir de la solidaridad de la población refleja el grado de ineficiencia de instituciones oficiales. Debería dar vergüenza esta situación en propios y extraños, ya que al final toda responsabilidad se distribuye entre autoridades y ciudadanía.
La mayor parte de la población ni siquiera sabe porqué paga impuestos, y mucho menos dónde va a parar. Mientras ese desinterés en conocer lo que ocurre en su entorno permanezca, la desidia oficial seguirá subsistiendo.
La comunidad tiene el derecho de reclamar cuando sus dirigentes fallan en cumplir deberes y obligaciones. En un estado de derecho, cumplir funciones y leyes alcanza a todos, no solo a ciudadanos comunes. Apuntarlos, no debería tener más consecuencias que sonrojarse e intentar cambiar en base a esos errores.
Los principios de la buena administración apuntan a no gastar más de lo que se tiene, y a establecer previsiones para todo el periodo. Las obligaciones se cumplen, inclusive, cuando no figuran en preferencias de escalas de importancia electoral.
Foto: La Hermandad de Bomberos:
http://hermandadebomberos.ning.com/photo/incendio-shopping-lion-cde...
Fuente: http://www.tnpress.com.py/v2/index.php?option=com_content&view=...
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