EL HOYO/LAGO PUELO (AEB).- Nunca una lluvia fue tan bendecida en la Comarca Andina, como la que ayer de madrugada permitió poner un formidable parate al incendio que cercaba a El Hoyo y Las Golondrinas.
El saldo, de todos modos, es luctuoso. Una cantidad todavía incierta de viviendas y bienes calcinados y una noche de terror que seguramente quedará en el recuerdo de niños y adultos, además de los servicios básicos como energía, telefonía celular y suministro de agua seriamente afectados aunque en proceso de recuperación.
Los focos "están individualizados y se está trabajando en particular en su extinción", graficaron anoche brigadistas en relación al incendio forestal que azota la Comarca Andina desde el lunes.
"Estamos en condiciones de asegurar que el fuego no tiene posibilidades de afectar más, ya que se hicieron los cortafuegos propios y no hay elemento boscoso para consumir", detalló el director de Defensa Civil chubutense, Evaristo Melo.
A su criterio, "el fuego llegó anoche a El Hoyo por condiciones extremas de un viento norte fuerte que es inusual, pero se aplacó durante la noche y ahora aparece controlado en la zona periurbana gracias a la lluvia de esta madrugada". En El Hoyo, el barrio Cumehue tuvo que ser totalmente evacuado por la cercanía de las llamas, que destruyeron viviendas, un restaurante (ver recuadro) y un complejo de cabañas, además de afectar el tendido eléctrico.
Larga noche
La del martes fue una noche de vigilia para los vecinos de El Hoyo y Lago Puelo, hasta que a las 6 de ayer comenzó una lluvia más fuerte de lo esperado y aplacó los frentes más activos.
Cabe recordar que en la contingencia se vivieron escenas de pánico al atardecer y ya con la oscuridad el panorama se complicó con los cortes de energía porque el calor reinante provocó la explosión de transformadores instalados en el paraje Las Golondrinas, dejando sin luz a toda la región, incluyendo la parte sur de la ciudad de El Bolsón. El servicio recién comenzó a ser repuesto paulatinamente después del mediodía de ayer.
Buena parte de los 2.500 vecinos que viven en el casco urbano de El Hoyo se apresuraron a autoevacuarse. La mayoría abandonó su casa subiéndose al auto y partiendo con lo puesto. Incluso residentes entre la única estación de servicios del lugar y un mallín de turba fueron sacados de sus viviendas ante el peligro de una explosión de combustible.
Los que fueron evacuados por Defensa Civil fueron alojados en las escuelas 81 de El Hoyo y 9 con internado de Lago Epuyén, y ayer ya regresaron a sus hogares.
La coyuntura también afectó las prestaciones de urgencia en los hospitales, que debieron derivar pacientes con heridas menores o quemaduras a Epuyén.
Se supo que los cuatro heridos reportados se recuperan de sus lesiones que fueron leves.
Tanto Lago Puelo como El Hoyo siguen sin señal de celular y la provisión de agua potable es precaria porque "aún no funcionan las bombas", explicaron.
El gabinete chubutense, encabezado por el gobernador Mario Das Neves y el vicegobernador Mario Vargas se constituyeron ayer en Lago Puelo, donde se articuló un plan de emergencia.
También volvió a la normalidad el transito por la ruta nacional 40, donde Gendarmería Nacional y la policía mantienen restricciones para circular, dando prioridad a los recursos humanos afectados al incendio.
En referencia a las consecuencias, el gobernador chubutense Mario Das Neves dijo que "estamos un poco más tranquilos" por la mejora de la situación. Valoró enseguida que "no hay que lamentar ninguna víctima y esto es lo primero", anunciando también que "se reconstruirán las casas incendiadas, sin costo para los afectados".
Ratificó que por el siniestro se declaró la emergencia provincial, "lo que significa agilizar la compra de todos los elementos que en forma inmediata se necesitan para continuar con el combate de las llamas", que ya consumieron unas 1.800 hectáreas en el cordón Currumahuida, aunque las principales complicaciones se dieron en zonas pobladas de El Hoyo y Las Golondrinas, donde ardieron al menos unas 10 casas. Aún quedan pobladores para determinar su paradero, pero se presume que "salieron por sus propios medios", señalaron voceros .
En coincidencia, el panorama fue de alarma entre los pobladores radicados en Cerro Radal y en Villa del Lago, en Puelo, pero finalmente el incendio no bajó.
Ayer, una vez que las nubes comenzaron a despejarse, los cuatro aviones hidrantes destacados por el Plan Nacional de Manejo del Fuego –y que se reabastecen en el aeropuerto de El Bolsón (distante a 15 kilómetros)–, comenzaron a operar en forma continua para arrojar agua sobre los puntos más calientes sobre la copa de los árboles y facilitar la llegada de los combatientes para circunscribirlos.
De todas maneras, el trabajo de más de 300 hombres aún no logra dominar los frentes más activos, ya que lo escarpado del terreno –con paredes a 45 grados–, hace sumamente difícil el acceso.
Desde el Servicio Provincial de Lucha contra Incendios Forestales adelantaron que hoy se sumarán otros brigadistas de Santa Cruz, La Pampa y Mendoza.
"No hay recursos que alcancen, sean humanos o materiales. Es un incendio ingobernable, de comportamiento extremo y con mucha potencia y gran velocidad", interpretó el experto Felipe Ivandic, uno de los creadores del PNMF. A su criterio, " acá se dieron condiciones extremas, como gran cantidad de combustible, topografía accidentada y poca humedad. Se notan lugares en que hubo más de mil grados de temperatura, con piedras que estallaron".
"Vivir dentro del bosque es una gran responsabilidad y donde hay que cumplir ciertas normas para que la casa ubicada en zona de interfase no quede expuesta al fuego", recomendó. Acerca de las ráfagas de más de 80 kilómetros por hora, citó que "fueron provocadas por el mismo incendio".
Vaticinó que "los humitos van a seguir durante varios días, pero no representan peligro porque no queda más nada para quemar". Agregó que "el peligro sigue arriba, donde quedan ardiendo raíces. Ahora es indispensable el trabajo del helicóptero para subir a los combatientes, que deben apagar minuciosamente cada punto caliente".
Precisamente, un aparato del Ejercito Argentino trabajó durante toda la tarde llevando gente hasta la cumbre del cerro Currumahuida, aunque con el inconveniente (también para los aviones) de "caballos sueltos en la pista" de El Bolsón.
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