Con motivo del 15 aniversario de los ataques del World Trade Center, el museo de la memoria del 9/11 está organizando una exposición de arte que, en algunos casos utiliza restos reales del día de terror en las obras que transmiten tanto el dolor como la ternura.

Los documentos comerciales chamuscados y desgarrado de las torres derrumbándose y las transmisiones de radio son parte de la colección titulada, "Retratando lo impensable: los artistas reaccionan al 9/11", que abre 12 de septiembre.

Trece artistas contribuyeron con pinturas y una escultura, así como obras sobre papel y vídeo.

En un clip de vídeo, una mujer joven lava la camisa de su padre jefe de bomberos - sucia de tres días que pasó trabajando en el World Trade Center sucia por los escombros.

el residente de Brooklyn Christopher Saucedo creó su obra de papel maché, "World Trade Center como una nube", como una forma de recordar a su hermano bombero, cuyos restos nunca fueron encontrados.

Otros artistas perdieron amigos o fueron testigos de los ataques.

Monika Bravo, natural de Colombia vive en Brooklyn, había filmado una tormenta eléctrica que paso a través de la ciudad el 10 de septiembre de 2001, desde su estudio en el piso 92 de la torre norte. El material está condensado en una pieza dedicada a un artista compañero que murió un día después en la misma torre.

"A través de la lente del arte, se reflexiona sobre la cruda emoción que todos sentimos en aquel inolvidable martes por la mañana, hace 15 años," dijo Alice Greenwald, director del museo de la memoria. Los artistas no están pidiendo "que retomemos los horrores de ese día, pero si que tratemos de dar sentido a lo que dejó a su paso."

Algunas obras incorporan los papeles, en muchos pedazos, que se han escapado de los rascacielos al caerse y aterrizaron en lugares tan lejanos como Brooklyn a través del río. Incluían una hoja arrugada en japonés y una solicitud de trabajo de marketing escrito días antes de los atentados 11 de septiembre.

La exposición fue montada por el National September 11 Memorial & Museum que supervisa dos espejos de agua que llevan los nombres de las casi 3.000 personas que murieron ese día en Nueva York, Washington y Shanksville, Pennsylvania .

FUENTE: ABC