Fueron declarados en emergencia cinco reactores de dos plantas del complejo Fukushima, que tuvieron problemas de refrigeración.
Por primera vez en su historia, Japón debió decretar "alarma nuclear", luego de que fallaron los sistemas de refrigeración en cinco reactores, que forman parte de dos centrales nucleares del complejo Fukushima -ubicado al norte de Tokio y propiedad de la Tokyo Electric Power Company, Tepco-.
En la zona existen actualmente 11 reactores nucleares, los que, como medida de seguridad, dejaron de operar simultáneamente apenas comenzó el terremoto.
El primer reactor afectado es el más antiguo en operación en ese país. Fue conectado al sistema en 1971. El sismo provocó que los generadores a diésel utilizados para enfriar el reactor dejaran de operar. Sin energía eléctrica la planta quedó sin suficiente suministro de refrigerante, lo que provocó un alza en la temperatura del reactor.
El principal peligro era que el combustible se sobrecalentara, se derritiera y provocara una fuga radiactiva.
Para controlar la temperatura, la autoridad debió recurrir a baterías de respaldo que inyectaran energía al sistema de refrigeración. Además, el gobierno de EEUU, a través de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, envió un avión con suministro de refrigerante para la planta.
Además, el gobierno japonés decretó que 8.000 militares, especializados en el manejo de crisis nucleares, se hicieran cargo de las instalaciones de la central. Además, decretó que el incidente era de "riesgo nivel 2"(ver escala).
Como la presión dentro del reactor no cedió y la radiación dentro de la unidad se situó mil veces respecto de un nivel normal, esto provocó que Tepco -dueña del reactor- tuviera que realizar una operación para liberar de manera controlada parte de los vapores radiactivos contenidos en el reactor.
El gobierno indicó que fue una operación controlada, pero el secretario jefe del gabinete, Yukio Edano, reconoció que "es posible que pudiera filtrarse hacia fuera material radiactivo en la vasija nuclear, pero se espera que la cantidad sea pequeña, y hay que tener en cuenta que el viento sopla hacia el mar". La empresa también admitió que es posible que se hayan producido fugas radiactivas en el reactor.
Transcurridas las primeras horas desde la emergencia nuclear, la autoridad japonesa decidió evacuar a unas 3.000 personas que vivían en los alrededores del complejo y estableció una zona de restricción de 10 kilómetros a la redonda, donde recomendó a la población no salir de sus casas o, en su defecto, mantenerse en sitios cerrados para evitar una posible contaminación.
Sin embargo, luego que reconoció la posibilidad de que se filtrara a la atmósfera material contaminado y el gobierno declaró en emergencia otros cuatro reactores, se decidió ampliar la zona de evacuación a 10 kilómetros, afectando a unas 45 mil personas. Hasta el cierre de esta edición aún no se controlaba la crisis.
La alarma se extendió por todo el mundo, y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) indicó que continúa "lista para proveer asistencia técnica de cualquier forma que sea necesario y que Japón requiera", dijo el director general, Yukiya Amano.
Los 11 reactores cerrados por el terremoto suponen 18% de la capacidad para generar electricidad nuclear de Japón. La energía nuclear produce un 30% de la electricidad del país.
El físico chileno Jorge Zanelli señaló que las autoridades de Japón habían actuado de manera eficiente en controlar la emergencia.
En tanto que el ex ministro de Energía Ricardo Raineri indicó que el evento es preocupante, pero la autoridad ha actuado y elementos de estas caracteristicas permitirán mejorar los diseño de futuros reactores.
Debate nuclear en Chile
El incidente ocurrido en Japón, según los expertos, afectará la discusión sobre la construcción futura de una planta de generación eléctrica nuclear en Chile, e incluso podría alargar los plazos que actualmente se manejan para ello. Los consultores coinciden en que todas las tecnologías tienen beneficios y peligros, y que -pese a las similitudes con Japón- la situación geofísica de nuestro país es distinta.
Jaime Salas, director ejecutivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), señala que lo importante es entregar mayor información a la población. "Las fallas siempre van a tener una consecuencia negativa de diferente graduación, y esto no está ajeno a eso", dice.
El físico y ex cabeza de la comisión creada por la Presidenta Bachelet para estudiar el tema, Jorge Zanelli, indica que lo principal será hacer que la opinión pública pierda el temor a esta tecnología. "La preocupación que esto genera en la población es un asunto que hay que trabajar. La energía nuclear en general tiene una asociación negativa en el inconsciente colectivo", dice Zanelli, aunque declara la necesidad de que Chile cuente con este tipo de energía. El académico y miembro del Consejo Directivo de la CCHEN, Julio Vergara, indica que por el incidente, la opinión pública estará reticente durante algún tiempo a aceptar esta tecnología, lo que "seguramente provocará un punto de inflexión" en ella.
Fuente: http://diario.latercera.com/2011/03/12/01/contenido/otros/12-62098-...
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