PUBLICACIÓN DEL BLOG SEGUNDA ESMERALDA
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Julio Fenner Heitmann
“BOMBA GERMANIA DE VALPARAISO”
OCURRIDA EL 08 DE JULIO DE 1931
Julio Fenner…ejemplo sublime
“Profundamente afectado doy cuenta a los Directores del sensible fallecimiento del Teniente 3°. De la 2 Cía. Don julio E. Fenner, acaecido ayer en el Hospital Alemán, a las 18:40 horas como consecuencia de las graves heridas que sufrió en el incendio en los placeres, el 15 de junio último, desgracia que no solo afecta a la 2 Cía. Sino que al Cuerpo de Bomberos en General”
José Fabres Pinto
Vice-Superintendente
Escribir acerca de Julio Fenner no es tarea fácil, pero si, tarea que llena de orgullo, por cuanto permite dar a conocer a ustedes. La figura más sobresaliente que ha tenido nuestra compañía, el cual ahora decora el Libro de Oro del Cuerpo de Bomberos, al dar su vida en bien de sus semejantes, magnífico héroe cívico que con su ejemplo contribuye a formar una Segunda mejor.
SU PERSONALIDAD
Ingresado a la Compañía el 5 de abril de 1923, desde el primer momento se demostró como un voluntario que comprendía el sacrificio que debe realizar todo bombero para hacer más grande a su número. Con su asistencia siempre buena y su amor por la Compañía, se hizo acreedor al puesto de Ayudante desde el año 1928, puesto que ocupó hasta el año 1931, en que el mes de mayo del mismo, era nombrado Teniente 3°, puesto que sólo alcanzó a desempeñar en un solo incendio, en el cual se llenó de gloria.
EL INCENDIO
Eran las 14:20 horas del 15 de junio de 1931, cuando el sonar angustioso de las sirenas de incendio, arrancaron a los voluntarios del seno de sus hogares, y presurosos se dirigían al lugar indicado por la central de bombas, y que era en Placeres, una casa de material ligero, de dos pisos, y que, dada la poca agua que en los primeros momentos había, y el gran incremento que habían tomado las llamas, amenazaba con contagiar con sus destructoras lenguas de fuego, las casas colindantes. En efecto, al poco rato de llegada las bombas, el incendio ya tenía caracteres de tragedia, por cuanto el fuego, haciendo burlas al voluntario, avanzaba cada vez más y más.
Nuestra Compañía tenía un pitón en una de las casas amagadas, el cual estaba hábilmente dirigido por Julio Fenner, a cuyas órdenes estaban los voluntarios señores Kurt Stephan y Augusto Fellay. Al mando de la Compañía como Capitán estaba nuestro destacado voluntario Augusto Heitmann.
EL ACCIDENTE
Cuando ya parecía que el rigor del fuego y sus destructoras consecuencias iban desapareciendo, la amenaza de un derrumbe inquietó al resto de voluntarios que desde fuera cooperaban con los pitoneros, por lo cuanto empezaron a dar fuertes voces de alarma a los voluntarios que se encontraban en el interior de la casa, siendo dispersado el grupo de pitoneros en diversas direcciones, tocando la desgracia a nuestro Teniente 3°, que cuando salió del ruinoso edificio en busca de seguridad para él y sus compañeros, un balcón se desprendió de su sitio, cayendo sobre la espalda del malogrado bombero, cubriendo su cuerpo de escombros y nublando la vista de los testigos oculares, debido al inmenso tierral que se formó a consecuencia del derrumbe. Como por una ironía del destino, los voluntarios Stephan y Fellay, que no alcanzaron a salir del sitio del derrumbe, resultaron totalmente ilesos del accidente y siguieron trabajando en su interior sin su Teniente 3°, al cual creían a salvo en el exterior de la casa. Sólo una vez que lograron salir por entre las ruinosas capas de escombros, se impusieron de la triste desgracia que llenaba de lágrimas los ojos de Heitmann, que veía imposibilitado a su más magnifico colaborador. Su cuerpo bañado en sangre, sangre de héroe, sangre de bombero, era trasladado rápidamente a la Asistencia Pública, donde se le prodigaron los primeros auxilios, y donde fueron inútiles los esfuerzos de la ciencia por devolver la salud a nuestro Teniente, tan mal herido en el accidente.
EN EL HOSPITAL ALEMAN
A las ocho de la noche del fatídico día del accidente, Fenner fue trasladado al Hospital Alemán, donde fue operado por el doctor Münnich, y desde ese momento su joven esposa se convirtió en magnifica enfermera y mejor acompañante de Fenner.
Sus médicos fueron los distinguidos facultativos doctores Munnich, Reccius, Ankelen, Bestzhold y Fonck. Qué no harían por salvarlo, pero la magnitud de las heridas, hacían perder las esperanzas a los médicos y amigos, que lloraban sin cesar su fatal accidente.
A raíz del derrumbe, Fenner sufrió la fractura da la columna vertebral, parálisis en ambas piernas y la fractura de la pierna izquierda. Su vitalidad y su magnífica contextura física, sólo sirvieron para prolongarle la vida durante 23 días, los cuales los pasó rodeado del afecto de sus amigos y parientes.
..................Doctor Guillermo Münnich
23 DIAS DE ANGUSTIA
Desde el momento del accidente, hasta el día de su muerte, el nombre de Julio Fenner vibraba con verdadera emoción y hasta con cariño en los labios de todos los porteños, que con sus oraciones y plegarias, trataban de aliviar las dolencias del magnífico bombero. Las autoridades civiles no dejaron pasar desapercibido el triste accidente, y es así como el alcalde de la ciudad, señor Costa Pellé, hizo una visita al lecho de enfermo de Fenner, el cual lo recibió con la lucidez que lo acompañó hasta el postrer momento de su muerte.
Don Joaquín Fernández, entonces Intendente de la Provincia, también se hizo presente en el hospital para llevar personalmente su alivio a Fenner, y hacerle saber sus deseos personales de una pronta mejoría.
Después de vencer una serie de dificultades, una delegación de la 3ra. Compañía departió alegremente con Fenner durante largo rato, y a estos compañeros de labor Fenner les expreso: “lo que más siento es, que por culpa mía no se vaya a celebrar el 80° aniversario del Cuerpo”. Nuestro mártir se sentía culpable de privar a sus hermanos de ideal, de la fiesta de Aniversario del Cuerpo.
Para los Segundinos era un verdadero acto de fé visitar a su Teniente 3°. Con la angustia en el corazón debían demostrar alegría para aliviar al enfermo. Con qué deseo hubieran llorado como un niño en su lecho de enfermo, pidiéndole a gritos que se mejorara, pero había que ser fuerte como un hombre para no llorar como un pequeño. Qué de anécdotas nos contó. En una de ella manifestó que la mala suerte lo perseguía por cuanto en un incendio en la calle Victoria, estando con varios compañeros en el interior de un almacén en llamas, con un fuerte humo, de repente se les cerró la cortina metálica, dejándolos en una angustiosa situación, que hubiera sido fatal, a no mediar los esfuerzos de sus congéneres, por abrir la puerta, sarcásticamente cerrada.
Desde el desgraciado accidente hasta nuestros días (1951), no se ha vuelto a llenar la vacante de Teniente 3°, siendo reemplazado por dos sargentos.
MUERE JULIO FENNER
Eran exactamente las 18:40 horas del 8 de julio de 1931, cuando Fenner, llevándose las manos al pecho, dijo: Mi corazón, mi corazón, cerraba los ojos para pasar a la eternidad, ante el dolor de su joven esposa y la consternación de los médicos que lo rodeaban.
Tan pronto se supo la triste noticia, se hicieron presente en el Hospital Alemán, los voluntarios de la Compañía, que formaron la guardia de honor ante sus restos mortuorios, delegaciones de las Compañías, y los miembros del Directorio que, deseando unirse a los sentimientos de dolor de la Compañía, hacían llegar sus sentimientos de condolencia a la familia del mártir. Las flores, mudos testigos de la tragedia, empezaron a llegar para dar digno marco a los restos de la nueva figura que decoraba desde ese momento, el Libro de Oro del Cuerpo.
EN EL CUARTEL
Una vez trasladados los restos al Salón de Honor de la Compañía, se levantó una severa capilla ardiente, en cuyo alrededor formaron voluntarios de las diversas compañías del Cuerpo, rindiendo un sentido homenaje al caído. Innumerables fueron las visitas que desfilaron por el cuartel. Desde el curioso hasta el más emocionado ciudadano. El salón de la Compañía daba un aspecto imponente y de rigurosa pompa. Las flores regadas con las lágrimas de los deudos y amigos, transformaban la capilla en un hermoso jardín celestial.
Nota de gran emoción fué para los Segundinos y familiares del extinto, la visita que a la capilla ardiente hicieran los moradores de la casa donde Fenner dejara para siempre su inquietud bomberil. Este hecho, de gran emoción, dejó de manifiesto una vez más, el gran amor que tiene por el Cuerpo de Bomberos, la ciudadanía en general.
CAPILLA ARDIENTE.................... GUARDIA DE HONOR PRESIDIDA
..................POR EL VOLUNTARIO HONORARIO
.............GUSTAVO NECKELMANN 8 DE JULIO 1931.
LOS FUNERALES
El día 10 de julio se efectuaron con toda la solemnidad y los honores del caso, los funerales del mártir, formando un cortejo que ocupaba más de 5 cuadras en su extensión.
El sonar de las sirenas de incendio rompió el silencio imponente que reinaba en esos momentos, dando a saber a la población, que los restos de Julio Fenner iban a ser llevados a su última morada junto con sus demás compañeros caídos en el servicio.
Formaban la impresionante columna, abriendo el cortejo Batidores montados y luego en el mismo orden:
• Banda de músicos de la marina.
• Delegaciones de las instituciones armadas.
• Delegaciones de Cuerpos de Bomberos de fuera por orden de antigüedad de fundación.
• Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar.
• Banda de músicos del Regimiento Maipo.
• Autoridades de la ciudad y Directorio General del Cuerpo.
• Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, en formación reglamentaria.
• Carros con coronas.
• Banda de músicos Orfeón Municipal.
• Segunda Compañía de Bomberos.
• Carro con los restos.
• Deudos, acompañantes y civiles.
• Instituciones civiles.
Los restos iban en un carro tirado a mano por los capitanes de las compañías y dos voluntarios de la compañía doliente.
Durante todo el transcurso del funeral, verdaderos mares humanos se encontraban en las diversas calles, con el fin de rendir su último homenaje a nuestro bombero mártir. No fueron pocas las lágrimas que se escapaban de las personas que miraban pasar los restos. Las antorchas encendidas de los voluntarios, daban un aspecto más impresionante aún al cortejo, que lentamente fue avanzando hasta el cementerio, mientras el lúgubre tronar de la vieja campana de incendio, con sus tañidos, marcaba el compás de los latidos de nuestros corazones, que en ese momento latían más agitados que nunca.
EN EL CEMENTERIO
Magníficos y emocionantes fueron los discursos con que las autoridades bomberiles y civiles de la ciudad se asociaron a la tragedia Segundina.
El Vice-Superintendente, entre otras palabras, realza la personalidad del mártir con las siguientes frases:
“Al toque de la sirena, dominado por el ímpetu irresistible que es innato en todo bombero, corrió presuroso al llamado que se le hacía a un siniestro, y al comenzar sus actividades cayó mortalmente herido para no levantar, a pesar habérsele prodigado con toda solicitud y cariño, los recursos de la ciencia”.
La Ilustre Municipalidad, dignamente representada por el alcalde de Valparaíso, hizo suya la desgracia del Cuerpo y don Enrique Costa Pellé, entre otras sentidas palabras, dijo en el campo santo:
“El Cuerpo de Bomberos de Valparaíso cuenta con una larga y gloriosa nomina de voluntarios que han rendido sus vidas en actos de servicio, nomina de mártires, que hoy agrega el nombre del Teniente señor Julio Fenner, caído en el cumplimiento de los más elevados deberes de humanidad y desinterés”.
Don Ernesto Roldán, en ese entonces Secretario General del Cuerpo de Bomberos de Santiago, se expresó más o menos así:
“Por eso es que nuestras Instituciones lloran hoy la destrucción de los lazos materiales con que a ellas se hallaba ligado el señor Fenner; pero hoy también ofician ante el altar del dolor el culto del recuerdo de quien se hizo digno de no ser olvidado”.
Don Luis Puelma, a nombre del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar, dijo entre otras cosas de su brillante discurso: “El fatalismo hizo victima a Julio Fenner, quien poseía cualidades sobresalientes que dentro de la moral y de lo justo lo hicieron en todos los instantes de su vida, un hombre superior y recto”.
Los voluntarios, en esta triste oportunidad, fueron dignamente representados por Gustavo Neckelmann, quien con lagrimas en los ojos pronunció hermosas palabras, de las cuales insertamos las siguientes:
“Julio, si te es posible ver a través de la inmensidad, dirige tu vista hacia nosotros y veras que todos los que te rodeamos, viejos y jóvenes, participamos de los mismos sentimientos; todos daríamos parte de nuestra existencia por poder hacer latir de nuevo ese corazón grande, noble y generoso que la Providencia te había concedido…”.
Por último, damos a conocer a Uds. Algunos párrafos del emocionante discurso con que don César Bargstedt, a nombre de la Compañía, despidió los restos de Julio Fenner:
“Teniente Fenner, tus compañeros de la Segunda guardarán con cariño tu memoria, y seguirán en la senda del deber, teniendo como emblema el recuerdo de tu sacrificio. Que la paz te acompañe y vele piadosa tu eterno sueño”.
SU MEMORIA
Con verdadera emoción y respeto los voluntarios de la Compañía hacen recuerdo de su mártir al pasarle la lista eterna y cuando el Ayudante de la Compañía dice:
“Julio Fenner, fallecido en acto de servicio el 8 de julio de 1931”
El Capitán, siempre con la emoción en los labios, contesta:
“Presente”.
Solo entonces los rígidos cuerpos de los voluntarios adoptan la posición de descanso, para continuar con la lista por orden de antigüedad.
En el salón de honor de la compañía, siempre ha tenido el sitial de preferencia, el magnífico cuadro de Julio Fenner, que vistiendo la casaca azul del bombero Segundino, parece estar siempre entre nosotros. En nuestro himno también se le recuerda, y por eso es que he dado título a estas memorias con un párrafo de nuestra canción: Julio Fenner ejemplo sublime.
Nuestra magnifica máquina Ford modelo 1945, que tan magníficas jornadas de labor ha tenido, no ha podido ostentar otro nombre que el de nuestro mártir. Placas conmemorativas hacen saber al nuevo bombero, que el nombre con que fué bautizada la maquina, es el de JULIO FENNER, nuestro mártir.
HOJA DE SERVICIO DE JULIO FENNER HEITMANN
BIBLIOGRAFIA.
*Extracto sacado del libro “100 años al servicio de la ciudad” , La 2da. Compañía de Bomberos “Germania” de Valparaíso Deutsche Spritzen Kompagnie N° 2 en su primer CENTENARIO. Año 1951, páginas 56 a 68. Autor José Velasco Olave, Asesor Técnico Ernesto Gundlach Pozo. Año 1951, imprenta Victoria, Valparaíso.
DIAGRAMACION, RECOPILACION, VOLUNTARIO HONORARIO PEDRO TORTI BESNIER, 2CIA. SANTIAGO.
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