

LA IMPORTANCIA DE LA VIDA ÚTIL EN LOS TRAJES DE BOMBEROS Y EQUIPOS DE RESPIRACIÓN AUTÓNOMA (ERA)
ARTICULO TÉCNICO DEL PROF. JORGE REYES
Especialista en Gestión Integral de Riesgos
Encargado de la Unidad de Gestión de Riesgos y Cambios Climático de la Direccción de la Policía Municipal del Distrito Nacional.
Los bomberos enfrentan riesgos extremos en su labor diaria, desde incendios voraces hasta entornos tóxicos que amenazan su salud y seguridad. En estas situaciones, los trajes de protección y los equipos de respiración autónoma (ERA) se convierten en la primera línea de defensa. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que estos equipos tienen una vida útil limitada que no debe ser ignorada.
Según la NFPA 1851, la vida útil de los trajes de bomberos está limitada a 10 años desde su fecha de fabricación. Aunque un traje en apariencia puede parecer en buen estado, su capacidad para proteger al usuario disminuye con el tiempo debido a la exposición al calor, sustancias químicas y desgaste general.
Por otro lado, los ERA, regulados por la norma NFPA 1981, también tienen un tiempo de vida limitado, dependiendo del uso, mantenimiento y pruebas regulares. Cuando estos equipos superan su vida útil, los riesgos se multiplican: fallas en el suministro de aire, deterioro de las máscaras y sellos comprometidos son solo algunos de los peligros.
En países como República Dominicana, la recepción de donaciones de equipos vencidos provenientes de Estados Unidos u otros países plantea un dilema ético y de seguridad. Aunque estas donaciones surgen con buenas intenciones, el uso de equipos que ya no cumplen con los estándares internacionales puede exponer a los usuarios a enfermedades ocupacionales, como problemas respiratorios crónicos o intoxicaciones.
Es fundamental establecer regulaciones estrictas que permitan aceptar solo donaciones que cumplan con requisitos mínimos de seguridad, además de inspeccionar los equipos y capacitar a los usuarios sobre su correcto uso y limitaciones.
La vida útil de estos equipos no es simplemente un número en un manual, es una cuestión de vida o muerte para los héroes que arriesgan todo por salvar vidas. Las instituciones y comunidades deben tomar decisiones informadas y responsables para garantizar que cada equipo donado cumpla su propósito: proteger.
La duración puede variar dependiendo de factores como:
- Cuidado y mantenimiento: Una limpieza y descontaminación adecuada después de cada uso es crucial.
- Exposición a elementos: El contacto con sustancias químicas, calor extremo o luz solar puede deteriorar los materiales.
- Estrés térmico y mecánico: Las condiciones de uso pueden acortar la vida útil.
- Materiales del traje: Algunos materiales son más resistentes que otros.
Además, se recomienda realizar inspecciones regulares, tanto de rutina (cada 6 meses) como avanzadas (al menos una vez al año), para garantizar la seguridad y funcionalidad del traje.
Los equipos de respiración autónoma (ERA), también conocidos como SCBA por sus siglas en inglés, son dispositivos esenciales para bomberos y personal de rescate. Según la norma NFPA 1981, estos equipos están diseñados para proteger a los usuarios en atmósferas peligrosas, como aquellas con niveles bajos de oxígeno o presencia de gases tóxicos.
Un ERA típico incluye los siguientes componentes:
- Máscara facial: Proporciona un sello hermético para evitar la entrada de contaminantes.
- Cilindro de aire comprimido: Suministra aire respirable al usuario.
- Regulador: Controla el flujo de aire desde el cilindro
- Arnés y soporte: Facilitan el transporte del equipo.
La norma NFPA 1981 establece requisitos específicos para garantizar la seguridad, como pruebas de resistencia al calor, durabilidad y rendimiento en condiciones extremas. Además, se recomienda realizar inspecciones regulares y mantenimiento adecuado para asegurar su funcionalidad.
En muchos casos, los equipos de protección personal (como los trajes de bomberos o los equipos de respiración autónoma) que han superado su vida útil según las normas NFPA, pueden ser donados a otros países bajo ciertas condiciones. Esto ocurre porque, aunque ya no cumplen con los estándares más estrictos para su uso en los Estados Unidos, aún pueden ser útiles en situaciones donde no hay acceso a equipos más modernos.
Sin embargo, estas donaciones suelen venir con acuerdos legales que eximen de responsabilidad al donante. Por ejemplo, los receptores deben aceptar que los equipos se entregan "tal cual" y asumir la responsabilidad de su mantenimiento y uso. Esto puede incluir la capacitación necesaria para operar los equipos de manera segura.
Aunque estas donaciones pueden ser bien intencionadas, también plantean preocupaciones éticas y de seguridad, ya que los equipos podrían no ofrecer la misma protección que los nuevos. Es importante que las organizaciones receptoras evalúen cuidadosamente el estado de los equipos antes de aceptarlos.
El uso de equipos de protección personal vencidos, como los equipos de respiración autónoma (ERA), puede aumentar el riesgo de enfermedades ocupacionales para los usuarios debido a varios factores:
- Fallas en la filtración del aire: Los materiales y componentes degradados pueden reducir la capacidad del equipo para proporcionar aire limpio y seguro, exponiendo al usuario a gases tóxicos o partículas dañinas.
- Sellos deteriorados: Las máscaras o conexiones con desgaste podrían permitir la entrada de contaminantes, lo que aumenta el riesgo de inhalación de sustancias nocivas.
- Desempeño reducido en condiciones críticas: Un equipo que ha pasado su vida útil podría no funcionar de manera confiable en situaciones extremas, lo que pone en peligro la salud y seguridad del usuario.
- Riesgo de contaminantes previos: Si el equipo no ha sido adecuadamente descontaminado o mantenido, puede contener residuos dañinos que afecten la salud a largo plazo.
Enfermedades como las respiratorias crónicas (asma, bronquitis), así como el riesgo de intoxicaciones químicas, pueden ser más frecuentes si se depende de equipos en mal estado.
Por estas razones, es crucial que las instituciones evalúen los riesgos de usar equipos vencidos y garanticen que cumplan con estándares de seguridad antes de permitir su uso. Esto puede incluir inspecciones rigurosas, reparaciones adecuadas y, en muchos casos, el retiro del equipo si no cumple con las condiciones mínimas de protección.
Debemos abordar las prácticas de recepción de donaciones de equipos de protección personal vencidos y garantizar que sean seguras y éticas, algunas recomendaciones clave:
- Establecer un marco regulatorio claro:
- Crear políticas nacionales o institucionales que definan los criterios para aceptar donaciones, incluyendo la evaluación del estado de los equipos y su vida útil
- Asegurarse de que las donaciones cumplan con estándares mínimos de seguridad y funcionalidad.
- Realizar inspecciones técnicas rigurosas:
- Antes de aceptar cualquier equipo, realizar inspecciones técnicas para evaluar su estado y determinar si aún es seguro para su uso.
- Contar con expertos en equipos de protección personal para realizar estas evaluaciones.
- Capacitación del personal:
- Asegurarse de que los usuarios finales estén capacitados para identificar posibles fallas en los equipos y sepan cómo utilizarlos de manera segura.
- Proveer formación sobre los riesgos asociados con el uso de equipos vencidos.
- Transparencia en las donaciones:
- Solicitar documentación detallada del donante sobre el historial de uso, mantenimiento y condiciones de los equipos.
- Establecer acuerdos legales que especifiquen las responsabilidades del donante y del receptor.
- Promover alternativas sostenibles:
- Buscar alianzas con organizaciones internacionales o gobiernos para acceder a equipos nuevos o reacondicionados que cumplan con los estándares actuales.
- Fomentar la inversión en la adquisición de equipos nuevos a través de presupuestos gubernamentales o donaciones específicas.
- Monitoreo y evaluación continua:
- Implementar un sistema de seguimiento para evaluar el desempeño de los equipos donados y su impacto en la seguridad de los usuarios.
- Revisar periódicamente las políticas de recepción de donaciones para adaptarlas a las mejores prácticas internacionales.

Prof. Jorge Reyes
Especialista en Gestión de Riesgos
Encargado de la Unidad de Gestión de Riesgos y Cambios Climático de la Direccción de la Policía Municipal del Distrito Nacional.
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