Esta es una nota subida por el Blog Bomberos 132 de un medio Argentino que hace referencia a los Heroes pertenecientes al Cuerpo de Bomberos de Chile que tuvieron un excepcional trabajo durante el año 2010:
En el trágico 2010 chileno, los bomberos de ese país protagonizaron todas las tareas de rescate, del terremoto a los mineros de Copiapó. Relatos de hombres y mujeres valientes, que son símbolo de entrega a los demás
Desde uno de los cerros del pueblo de Pelluhue, Paulina clavó su mirada hacia un horizonte atípico. "El mar era otro. Estaba repleto de autos que flotaban con sus luces encendidas." Cientos de imágenes son las que se cruzan por la cabeza de esta bombera de 21 años, de la Sexta Compañía, que, lejos de cargar sus palabras con dramatismo, intenta relatar su experiencia como rescatista del terremoto que sacudió a Chile en la madrugada del 27 de febrero de 2010, un año que puso en jaque al país hermano con el desastre natural que les costó la vida a 521 personas (incluida la del bombero Carlos Seibt Villegas) y del que aún se registran 56 desaparecidos.
3.38 marcó el reloj cuando la tierra comenzó a temblar. Fueron 165 segundos devastadores, de temblores que alcanzaron los 8,8 grados en la escala de Richter, y que quedaron en la historia de Chile como el segundo terremoto más trágico del país trasandino, un territorio de emergencias, de riesgos infinitos: sísmico, volcánico y de gran extensión costera (en la década del 60, un sismo los sacudió con una magnitud de 9,6 grados).
El cumpleaños de la suegra de Miguel Salinas Alvarado había sido un éxito. Ya en casa, la familia se preparaba para descansar. Su mujer estaba acostada y a su hijo lo había acostado en la cama. Parecía ser una noche más, pero la perra no dejaba de ladrar, por lo que Miguel salió a calmarla. Los intentos por callarla fueron en vano. Rendido, volvió a entrar a la casa y la pesadilla se hizo realidad. "El piso se movía de tal manera que no podía avanzar; quería asegurarme de que todos estuvieran bien." Apenas terminado el temblor, tomó a su familia y los llevó nuevamente a lo de su suegra. Un beso, un abrazo y de ahí directo a la estación de bomberos.
"Antes de 10 minutos de ocurrido el terremoto, más de 15 mil bomberos salieron a las calles a prestar su ayuda fraterna y solidaria -reconoce Miguel Reyes Núñez, presidente nacional de Bomberos de Chile-. Son voluntarios, hombres y mujeres dispuestos a dejarlo todo por ayudar a quien lo necesite."
Los gritos y la oscuridad cubrieron las ciudades, que permanecían envueltas en una infinita nube de polvo. "Angeles", así describen a esos seres uniformados quienes los vieron llegar en medio del desconcierto. "Ver el carro fue una bendición -reconoce Paloma, oriunda de Talca, una de las zonas golpeadas-. Nos volvimos a sentir protegidos."
Los bomberos de Chile pertenecen a una de las organizaciones más reconocidas en Sudamérica en cuanto a capacitación y entrenamiento, cualidades a las que se suma el hecho de que se trata de un trabajo ciento por ciento voluntario. "Los bomberos sirven por abnegación y pagan por servir -destaca Miguel Reyes Núñez, abogado de profesión y bombero desde hace más de 40 años-. Es el único lugar en el mundo donde sucede esto" (ver aparte).
Este trabajo realizado por voluntarios fue ampliamente valorado por la comunidad a través de dos encuestas organizadas por las empresas Adimark e Ipsos, que los colocaron en primer lugar. "Obtuvimos un ciento por ciento de aprobación -subraya Reyes-. Para nosotros es tremendamente importante porque somos desde hace 159 años la primera respuesta ante las emergencias."
En sentido contrario
"Cada paso que dábamos por la carretera nos preparaba para lo que venía -recuerda Paulina Bello Vidal-; lo que veíamos era destrucción, cada vez más destrucción. Camino a Cauquenes (región de Maule, una de las más castigadas), veíamos a los autos transitar en sentido contrario al nuestro. Con los chicos en la bomba [la autobomba] nos mirábamos buscando apoyo entre nosotros. La imagen de que vos te adentrás en el lugar del que todos huyen es impactante."
En Cauquenes, el cuartel de bomberos estaba en el piso (268 cuarteles resultaron dañados); durante toda la noche la tierra no dejó de temblar. "Cada cinco minutos teníamos una réplica de cinco, seis grados. Las antenas telefónicas no paraban de moverse y las calles parecían olas -describe la joven que fue elegida como una de las cien mujeres líderes de 2010 por la agrupación de Mujeres Empresarias y El Mercurio-. Al llegar a Pelluhue (balneario del borde costero de la región de Maule), los carabineros y la policía de investigación nos advirtieron del derrumbe de la estación de bomberos, de los desaparecidos, del mal olor, de la falta de luz. Pronto nuestro camión, que tenía generador, se transformó en una especie de miniconsultorio, donde todo el mundo se acercaba a pedir ayuda y, por sobre todo, contención."
-Y a ustedes, ¿quiénes los contenían?
-Nosotros mismos. Llorábamos todos juntos, pero lo más importante fue que empezamos a usar la risa a pesar de la desgracia. Comíamos juntos y entre bocados hacíamos chistes para descomprimir tanto dolor.
Fueron muchas las situaciones extremas por las que pasó la bombera, algunas de ellas todavía le "aprietan la guata" (panza). "Habían dado el alerta de tsunami, por lo que teníamos que intentar subir a la gente al cerro, lo más alto posible. Una abuelita, a la que apenas podía tocar porque tenía las costillas rotas, me rogaba que la dejara volver a su casa, que allí todavía estaba su marido, postrado en la cama. Lloraba, me pedía que la dejara morir con su viejito."
-¿Qué hiciste?
-La subí igual. Mi labor es salvar vidas -dice, no del todo feliz y con la guata bien apretada.
Paulina es una de las 4000 mujeres que integran la fuerza de 38 mil bomberos. Ingresó en la brigada juvenil (aspirantes de entre 13 y 17 años) a los 14 años, cuando comenzó su entrenamiento, y a los 18, como si se tratara de un sacerdocio, tomó los votos. "Y me hice bombera. Desde hace tres años soy voluntaria." A diferencia de muchos de sus compañeros, Paulina no tiene una tradición familiar en la institución. "No fue fácil decírselo a mi mamá. Ella recién había enviudado. Además, soy la única mujer; tengo un hermano mayor y uno menor. Al principio mi mamá no quería saber nada, me costó mucho que entendiera mi vocación de servir. Todo el tiempo me decía que era cosa de hombres y me preguntaba qué iba a ser yo entre los hierros calientes."
Es otra la historia de Miguel. De tradición familiar, para este hombre de Santiago ser bombero es una pasión y, sin duda, una costumbre. "En mi casa saben muy bien de qué se trata. Mi mujer me conoció ya como bombero y mi nene [tiene 8 años] quiere seguir con la tradición cuando sea grande."
La radio está encendida. Miguel y Paulina ajustan el volumen para que no interfiera con la charla. Pero muy por debajo se mantiene el murmullo que une a los cuarteles ante cualquier emergencia. Es frecuente escuchar que la radio despierta celos entre novias, novios, mujeres y esposos. Y es fácil imaginar por qué es así. "Toda polola [esposa-novia] sabe que si a un bombero le dan a elegir entre la «bomba» y ella, va a elegir la «bomba» -repite Miguel, como si se tratara de un mandamiento-. Mi mujer sabe el significado que tiene para mí y lo comprende."
Al tratarse de un trabajo voluntario, estos hombres y mujeres llevan una "doble vida", como les gusta decir. "Todos tienen profesiones, responsabilidades con las que deben cumplir día a día", apunta Paulina. Y no resulta fácil conciliar la tarea de bombero con la familia y el trabajo. Miguel está al frente de la gerencia de una central Movistar, Paulina cumple horarios rotativos en las oficinas de una empresa de transportes. "No se trata de un hobby; definitivamente, se trata de un estilo de vida que te transforma, y no todos logran entenderlo."
-¿Tu pareja lo entiende? (preguntamos, imaginando la respuesta)
-El también es bombero; sabe lo que siento.
Pura adrenalina
"Es bueno sentir miedo. Es normal que los otros lo sientan, y nosotros también, pero como profesionales: uno debe dejarlo de lado para no inmovilizarse, para poder actuar", reconoce Miguel Salinas Alvarado, que en uno de los incendios que le tocó atender perdió un 25 por ciento de capacidad en el pulmón derecho.
La adrenalina es el activador más potente para encarar este tipo de retos. Luego del terremoto, Miguel partió como jefe de equipo para recorrer los sectores costeros que también habían sufrido el maremoto (las olas llegaron a alcanzar los 15 metros) "Jamás imaginé lo que me iría a encontrar. Aún tengo grabados los rostros de quienes lo perdieron todo; eran como zombies -se angustia-. Uno de los chicos de nuestro equipo llevó muchos dulces y empezó a repartirlos, a cada niño, a cada adulto que veía. Es increíble pensar que algo tan básico como un chupetín, un chocolate, puede cambiarle la cara. Volvían a creer."
En Talca, la ciudad que vive literalmente con sus cicatrices, Miguel posa para las fotos junto a Paulina. Son muchas las casas que ya no están, y las que aún se mantienen en pie se muestran heridas. Al recorrido por la ciudad se suman Fernando Maldonado (su uniforme recuerda al de los bomberos que sirvieron luego del atentado a las Torres Gemelas, en los Estados Unidos) e Iván Molina. "No tuvimos tiempo para lamentar lo ocurrido -asegura Maldonado-. Aún tenemos mucho por hacer."
Trabajar en equipo es un símbolo entre los bomberos, y no hay duda de que se convirtió en un lema para los chilenos que encontraron en estos voluntarios un modelo a seguir. "El 2010 fue un año que puso a Chile a prueba", reconoce Salinas Alvarado. "La prueba fue superada -asegura Paulina-, porque el país se mostró unido en todo momento, y eso es lo que cuenta."
Por Fabiana Scherer
fscherer@lanacion.com.ar
Para saber más www.bomberos.cl
ANTE TODO, SOLIDARIOS
En 1851 se fundó el primer cuerpo de bomberos, en Valparaíso. Fue modelo para las 1100 compañías que existen hoy en todo el país.
Cada grupo es una gran familia, y el cuartel funciona como lugar de encuentro, donde se festejan cumpleaños, casamientos y todo tipo de celebraciones.
Es el único lugar en el mundo donde hombres y mujeres sirven por abnegación y pagan por servir. Más allá de los aportes estatales y privados, todos los meses los bomberos y aspirantes pagan una cuota que sirve para el funcionamiento básico de las sedes. Los únicos que cobran un sueldo son los que conducen las autobombas, el sector administrativo y la operadora.
Los aspirantes ingresan entre los 13 y los 17 años, y reciben una rigurosa formación.
Las guardias las realizan, por reglamento, 8 personas. Deben llegar a las 0.30 y quedarse hasta las 7. Si surge una emergencia y no están en la compañía, los bomberos se acercan al lugar del desastre por sus propios medios.
Las tareas que hoy asumen los bomberos no se reducen a las de apagar incendios. Son expertos en encarar desastres naturales (terremotos, inundaciones, huracanes), accidentes humanos (tránsito, incendios forestales, contaminación con materiales peligrosos) y rescates en las alturas y subacuáticos.
El 30 de junio los chilenos conmemoran el Día del Bombero.
UN MERECIDO HOMENAJE
En el marco de una muestra fotográfica organizada por Renault Trucks, la prestigiosa marca francesa de camiones, se realizó un merecido homenaje a la labor de los bomberos chilenos. En Casa Piedra (Vitacura, Santiago), se exhibieron las 130 imágenes que integran el libro ideado y realizado por Renault Trucks. Con el título de Héroes anónimos al servicio de su país, la publicación da cuenta de la historia de estos hombres y mujeres que sirven voluntariamente a su país y de la relación que mantiene la empresa francesa con los bomberos a través de sus camiones, que desde hace 40 años ocupan un lugar de privilegio en la flota. En la actualidad integran el 90 por ciento de las unidades.
La Nación, Argentina
Nota: http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/4924641.asp#
Fuente: http://bomberosenaccion132.blogspot.com/
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