HORMIGÓN ARMADO Y HORMIGÓN PRE-TENSADO:
2) ACLARACIONES AL HORMIGÓN PRETENSADO
ARTICULO TÉCNICO DE MIGUEL CASTRO DE LA SEN
Para este tipo de hormigones el método más utilizado es el curado al vapor. Su ciclo de curado con vapor es el siguiente:
Después de verter el hormigón encima de la armadura, se debe de esperar de 3 a 4 horas hasta que el hormigón alcance su fraguado inicial, protegiéndolo con una lona para evitar su deshidratación de la superficie.
Un segundo paso consiste en elevar la temperatura hasta 33°C o 35° durante una hora. En las siguientes 2 horas se elevará gradualmente hasta llegar a 70°C u 80°C.
Es conveniente que durante este proceso se continúe con un periodo de enfriamiento gradual cubriendo al elemento para lograr que el enfriamiento sea más lento y uniforme.
Para que todo esto funcione correctamente es necesario que el hormigón haya alcanzado la resistencia a la compresión necesaria para resistir los esfuerzos debidos a la transferencia del presfuerzo al cortar los cables y liberar las piezas para su extracción.
La rotura del hormigón por adherencia se produce con el enfriamiento, es decir, cuando ya no hay humo. Por tanto, las grietas aparecidas asi son blancas, porque la superficie interior no está ahumada.
Debe de alcanzarse del orden de 50MPa de resistencia a compresión a 28 días no suele ser difícil, especialmente si se busca alta resistencia a compresión a corto plazo.
El mecanismo por adherencia por fricción solo se desarrolla si se generan tensiones de compresión radiales, que sean perpendiculares a la superficie del cordón.
Y pueden ser originadas por los cambios en la tensión longitudinal del cordón implican deformación son transversales. Con el estiramiento se produce un alargamiento del cordón y una reducción de su sección transversal, entonces cuando aflojamos la tensión del cordón después del hormigonado, se producen pérdidas de tensión en el cordón, lo que motiva un aumento de su sección transversal que al quedar confinado, origina tensiones radiales sobre el hormigón circundante.
Hay que prestar atención a las propiedades mecánicas residuales de los materiales después del fuego, aunque pueden haberse visto fuertemente deterioradas por las altas temperaturas alcanzadas. El conocimiento de dichos cambios es muy importante para evaluar la seguridad de una estructura después del incendio.
Un aspecto adicional que hasta ahora tampoco se había tenido en cuenta y que no debería olvidarse a la hora de evaluar la capacidad resistente residual de la estructura, es el incremento en las pérdidas por relajación en las armaduras activas producido por la exposición a altas temperaturas.
Por definición, la relajación de tensiones se refiere al descenso de la tensión a lo largo del tiempo que sufre un alambre cuando se encuentra sometido a una deformación constante.
En el caso de los elementos pretensados es muy importante que a lo largo de la vida del componente no haya una pérdida de tensión apreciable, porque una reducción en la carga de pretensado podría afectar a la seguridad de la estructura.
Si bien lo normal es que en servicio los alambres de pretensado aguanten cargas en torno al 60-70% de su resistencia, en el caso de un fuego el proceso de calentamiento provoca una dilatación de los materiales involucrados que, en función de las condiciones de contorno, suele producir una reducción de las cargas de tracción a las que están sometidos los elementos estructurales.
Como resumen a todo lo escrito, me gustaría aplicar alguna recomendación en cuanto a la seguridad frente al fuego:
La seguridad frente al fuego no sólo debe considerar lo que sucede durante el incendio, sino también el comportamiento de la estructura después del enfriamiento. Incluso si el fuego no parece haber generado daños aparentes, las propiedades mecánicas de los materiales y la distribución de cargas pueden haberse visto afectadas.
La extensión del daño provocado por el fuego sobre las armaduras activas depende de la intensidad y duración del incendio, las temperaturas alcanzadas en el alambre y la carga soportada por la armadura durante el fuego.
Por tanto, la capacidad resistente de la estructura después del incendio:
La resistencia de los alambres puede haberse deteriorado si han sufrido temperaturas superiores a 300°C durante el fuego.
La fuerza del pretensado puede haberse reducido por el aumento de la relajación a altas temperaturas.
PUEDES LEER EN EL SIGUIENTE ENLACE EL PRIMER ARTICULO DE ESTA SERIE:
Miguel Castro de la Sen
32 años de servicio - Jubilado
Subinspector Bomberos Ayuntamiento de Madrid - España
Escritor del libro "INVESTIGACIÓN DE INCENDIOS EN LOS CUERPOS DE BOMBEROS"
Arquitecto, Licenciado, Investigador, Sumariante
Publicacion de investigacion de incendios. Arquitecto
Publicacion de Fundamentos de Patologia de la Edificacion
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