¿Puede Guayana ser afectada por un sismo de gran magnitud?
Nuevo paradigma basado en las crónicas y los eventos sísmicos recientes.
Ing. Noel Mariño Pardo
nmarinop@gmail.com
Artíc*** publicado en Revista Commodities Venezolanos, 7ma Ed., año 2, 2012
Introducción
El objetivo del presente trabajo es documentar, para el acervo histórico de los guayaneses, los daños que sufrieron los pueblos de Santo Tomé de Guayana, cuando ésta se encontraba ubicada a orillas del río Usupamo, donde hoy están localizados los Castillos de Guayana y Angostura, actual Ciudad Bolívar en ocasión del terremoto del 21 de Octubre de 1766. Este fue el evento más extensamente sentido en la historia sísmica de Venezuela y con esta información, se abre el análisis sobre sus posibles implicaciones para las actuales poblaciones de Ciudad Guayana, sede de las empresas básicas y del parque de empresas de servicio asociadas a estas, de gran importancia para la economía del país, así como de Ciudad Bolívar, la capital política del estado.
Es importante recordar además, que en el año de 1764, es decir, dos años previos al evento mencionado, se traslada la población de Santo Tomé de Guayana a la localización de Angostura, para brindar una mejor protección contra los ataques de los piratas, que asolaban estas tierras por aquel entonces.
Sismo del 21 de Octubre de 1766: Descripción del evento en las antiguas poblaciones de la Provincia de Guayana.
Sobre la base de la investigación bibliográfica llevada a cabo, toda la zona noreste del actual territorio de la República Bolivariana de Venezuela fue la que recibió la onda destructora y la zona más afectada fue el Oriente del país, donde la ciudad de Cumaná fue el centro urbano con mayores daños materiales y pérdidas humanas. Es por ello, que se escoge la descripción realizada por Humboldt (1807), durante su visita al país en los primeros años del siglo XIX, para comenzar el análisis de este evento sísmico. Así lo comentó el célebre naturista: “Se conoció que algunos pobladores de Cumaná acamparon en las calles por mucho tiempo, ya que los movimientos tuvieron repetición por, al menos, 14 meses”. Más aún, fue toda la zona noreste del continente suramericano la que recibió la onda sísmica. Las zonas afectadas fueron tan distantes como Maracaibo, Cayena, Surinam, las islas Guadalupe y Martinica. Muchos poblados de lo que actualmente son los estados Sucre, Monagas, Nueva Esparta, Anzoátegui, Miranda y Bolívar sufrieron los estragos del terremoto (Anexo: Terremotos en Venezuela, 2012).
Por otra parte, Beauperthuy (2006) menciona que “este terremoto ha sido minuciosamente analizado por Grases (1979), con base en la interpretación de un amplio y valioso material documental de la época. Según sus observaciones, este evento tuvo una magnitud muy grande, y dos imprecisos epicentros: uno en el área de Cumaná, Margarita y Trinidad, y otro en la zona del bajo Orinoco (negrillas del suscrito). Así mismo, indican otros autores consultados, que ese sismo no debe ser asociado a ninguna ruptura de la falla de El Pilar”. En pocas palabras, se presume que el sismo de 1766, fue un evento de profundidad media, de aproximadamente 120 km, con una magnitud de 7,6 a 7,8 producido por una gran ruptura de la zona de subducción. Para mejor comprensión de los lectores, se coloca en el gráfico No. 1, un corte esquemático de una zona “típica” de subducción, donde los pequeños círculos rojos representan sismos a diversas profundidades de ocurrencia.
Ya expuesto que dicho sismo produjo extensos daños en el territorio nacional, así como las Antillas Menores y hasta en Surinam, se consultó a los autores Grases, Altez y Lugo (1999), quienes en su “catálogo” describen los daños reportados en su momento y la extensión de los mismos. Se focaliza la descripción del evento en las antiguas poblaciones de la Provincia de Guayana:
Angostura: “… en el gran terremoto de 1766, que destruyó Cumaná, el suelo granítico de las dos orillas del Orinoco fue agitado hasta los raudales de Átures (actual Puerto Ayacucho, cita del autor) y Maipures…” Balwin, Gráfico No. 1: Corte esquemático de zona de subducción Modificado de Rothe, 1972 P1 Cradock y Jey, 1822. “Un testigo del terremoto de Lisboa (1755), que habitaba en Angostura para la fecha del sismo, lo consideró más fuerte que el primero”. Gilij, 1780-84.
Antigua Guayana: “Violento terremoto que destruyó el fortín del Cerro del Padrastro, llamado San Diego y maltrató al fortín de San Francisco de Asís, hoy denominado Campo Elías”. AGI, 1766. “Sentido…”. Gilij, 1780-84. En la foto No. 1, se pueden observar, como referencia, el estado actual de los Castillos de Guayana.
Raudal de Maipures: “El suelo fue agitado”. Codazzi, 1841. Descripción del sismo del 20 de Septiembre de 1968 en Guayana. Así mismo, se refiere el sismo del 20 de Septiembre de 1968, cuando a las 02:01 am, la península de Paria fue afectada por un temblor de magnitud 6,0 que causó daños en Macuro, Güiria e Irapa, donde se registraron 2 fallecidos, así como varios heridos. Se reportan daños menores en Tucupita y Puerto Ordaz (Anexo: Terremotos en Venezuela, 2012). Grases, Altez y Lugo (1999), describen en su “catálogo” lo sucedido en Guayana de la siguiente forma:
Puerto Ordaz: “Fuertemente sentido. 20 hospitalizados por crisis nerviosas y 40 residencias agrietadas”.
Ciudad Bolívar: “La tierra se sintió retumbar”. Otros sismos de data reciente, que se sintieron de manera notable en Ciudad Guayana.
El 04 de Octubre del 2000, fue la última vez que Ciudad Guayana sintió un sismo “fuerte”, con epicentro al norte de Carúpano, estado Sucre y magnitud de 6,2. No causó daños ni heridos en la zona guayanesa, aunque si nerviosismo entre la población.
Otros eventos sísmicos se han dejado sentir en nuestra comunidad estos últimos años, todos con epicentros en las zonas de Sucre y norte del Delta, pero han sido de pequeña magnitud y solo los ocupantes de los edificios altos de la ciudad, sobre todo en Alta Vista, han sentido las ondas y como se recordará, los que están ocupados por empresas como la CVG y sus empresas filiales, han sido obligados a realizar los necesarios procedimientos preventivos de desalojo de edificaciones.
¿Qué sucede en el margen activo del norte del Escudo de Guayana?
Según Beauperthuy (2006), “de acuerdo a reportes sismológicos del Centro de Sismología de la UDO, algunos sismos de foco intermedio, con epicentro en los alrededores de la península de Paria, han sido sentidos fuertemente en Ciudad Guayana, aunque no así en Maturín ni en Cumaná, y acaso débilmente en Güiria”.
Se discuten dos (2) posibles causas para que el norte del Escudo de Guayana sea propenso a este comportamiento “extraño”, a saber:
1. La existencia de una discontinuidad en el subsuelo, producto de la zona de subducción entre la Placa de América del Sur y la Placa del Caribe, que hacen que las ondas de los sismos se propaguen con facilidad
desde el norte de Venezuela hasta el límite del Escudo Guayanés, donde están asentadas Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana (J.A. Rodríguez, com. per., Nov. 2011). Hay además un nuevo concepto de esta afirmación, expuesta por Bezada et al. (2010), donde se reinterpreta el comportamiento de la Placa del Caribe cuando subyace a la Placa Suramericana, sobre todo, en el margen norte del Escudo Guayanés, pero esto pudiese ser parte de otro artíc*** más técnico.
2. El afloramiento de los sedimentos de la Formación (Fm) Mesa, en el perímetro urbano de Ciudad Guayana. Localmente, hacia el suroeste de Puerto Ordaz (Areneras de las inmediaciones del Core 8), se distinguen tres capas o estratos en la Fm Mesa, a saber: el superior representada por arena arcillosa de color rojizo (lateritas), la cual se comporta muy bien como material de relleno en construcción de vías, la segunda capa compuesta por arenas no consolidadas, utilizada como agregado en las labores de construcción y la tercera, compuesta por arcillas caoliníticas, (R. Olivares com. per., Marzo 2012). Hacia el norte de la ciudad, se observa que las lateritas de la Fm Mesa descansan sobre areniscas ferruginosas masivas, con un espesor total no mayor de 20 metros (Baamonde, 1997). Ahora bien, las capas de composición más “arenosa” de la Fm Mesa (ver foto No. 2), pueden inducir al riesgo geológico de generación de cárcavas, situación que ha afectado a Ciudad Guayana en tiempos recientes, así como posibles comportamientos análogos, aunque definitivamente a menor escala, a los “depocentros” descritos para la ciudad de Caracas (zonas con un espesor de sedimentos variables producidos por deslaves prehistóricos que bajaron de El Ávila entre 800 y 1500 años atrás, muy similares a los que asolaron a Vargas en Diciembre de 1999. S. Grande, com. per., Abril 2012), ubicados en las zonas de Altamira-Los Palos Grandes, El Márquez y San Bernandino.
Foto Nº 2: Vista Panoramica de un perfil tipico de los sedimentos de la Formación Mesa, en la zona norte de la ciudad de Guayana donde se observan:
Capa superior de laterita roja y capa intermedia de arenas poco consolidadas
Conducta preventiva ante los riesgos geológicos y conclusiones.
Por lo anteriormente expuesto, se pretende que el presente trabajo sirva para alertar y consensuar a los organismos de atención primaria en casos de emergencia, así como Protección Civil y Administración de Desastres en sus tres niveles (municipal, estatal y nacional), para que se entienda que el norte del Escudo de Guayana si es potencialmente vulnerable a ser afectado por un evento sísmico de mediana a gran magnitud, tal y como lo indican las crónicas y ciertos eventos recientes. Además, los técnicos no están muy claros para definir un “tiempo de retorno”, sin embargo pudiese estar cercano a los 300 años (F. Urbani, com. per., Nov. 2010), por lo cual, es necesario reforzar conductas de prevención entre la ciudadanía, que incluya alumnos de las diferentes etapas de educación, así como a los trabajadores de la empresas básicas, de manera permanente y constante, como única forma para estar “siempre listo” para eventos que suceden de manera inesperada y sin previo aviso.
No hay excusas, la prevención es nuestra arma como ciudadanos para ser menos vulnerables ante la amenaza de la ocurrencia de sismos y otros eventos de riesgo, como inundaciones, vientos huracanados, tormentas tropicales, etc.
Es necesario “romper los paradigmas” existentes hasta ahora y asumir mancomunadamente, conductas y los consabidos adiestramientos permanentes y constantes, que mitiguen estas amenazas naturales que pudiesen, en un momento dado, afectar Ciudad Guayana y sus alrededores. Para mayor información y como contribución a conductas socialmente responsables, se sugiere prestarle atención a los programas de prevención y divulgación sísmica, como los auspiciados por Funvisis, que pueden ser vistas a través del “link”: http://www.funvisis.gob.ve/prevencion.php
Agradecimientos
Se agradece a los colegas y amigos Franco Urbani, José Antonio Rodríguez, Ramón Olivares y Sebastián Grande por su aporte, contribución y discusión sobre el tema del presente trabajo.
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