La rabdomiólisis, como la llaman muchos expertos, ha sido documentada desde hace tiempo entre soldados, bomberos y otras profesiones que son físicamente muy demandantes.
Hace tres años, Christina D’Ambrosio acudió a su primera clase de spinning, que consiste en pedalear rápidamente en una bicicleta estacionaria al ritmo de la música mientras un instructor te motiva a gritos.
Sin embargo, D’Ambrosio, quien se ejercita regularmente, se dio cuenta de que la clase de una hora era más difícil de lo que había previsto. Al final, sus piernas estaban doloridas y temblorosas. “Pensé que mi cuerpo simplemente no estaba acostumbrado a ese tipo de dolor muscular, pues era mi primera clase”, dijo D’Ambrosio, maestra de preescolar de Pleasantville, Nueva York.
Durante los siguientes dos días, las piernas le latían con fuerza y le dolían en extremo, su orina tomó una coloración marrón oscuro y tuvo náuseas. Finalmente, fue al hospital, donde le informaron que tenía rabdomiólisis, una enfermedad poco común y peligrosa causada generalmente por el ejercicio extenuante. Ocurre cuando los músculos sobreejercitados comienzan a morir y sus restos se filtran al torrente sanguíneo, lo que afecta a los riñones y provoca un dolor severo.
Después de una estadía de dos semanas en el hospital, D’Ambrosio fue dada de alta y actualmente está recuperada. Su caso sirvió como ejemplo en un estudio publicado en The American Journal of Medicine junto con otros dos casos de rabdomiólisis causados por sesiones de spinning y tratados por los mismos médicos.
De acuerdo con el informe, ya han sido documentados al menos otros 46 casos de gente que presentó ese padecimiento después de una clase de spinning; 42 de ellos fueron de personas que habían tomado su primera clase. El informe advierte que la enfermedad es muy poco frecuente y no constituía una razón para evitar el ejercicio intenso. Sin embargo, los autores dijeron que su meta era crear conciencia entre el público para que la gente que comienza un programa de ejercicio intenso inicie poco a poco para minimizar el riesgo de lesión.
“Nunca desalentaría el ejercicio, nunca”, dijo Alan Coffino, jefe de Medicina del Hospital Northern Westchester y coautor del nuevo estudio. “Las clases de spinning son un buen ejercicio. Pero no es una actividad en la que sea conveniente esforzarse al máximo desde el inicio. Y es importante que el público y los entrenadores se den cuenta de esto”.
“Puedes estar en forma, pero si te someto a un entrenamiento al que no estás acostumbrado, eso es lo que puede causarte rabdomiólisis”.
La rabdomiólisis, como la llaman muchos expertos, ha sido documentada desde hace tiempo entre soldados, bomberos y otras profesiones que son físicamente muy demandantes. Un estudio militar de 2012 estimaba que se diagnostican cerca de 400 casos de este padecimiento entre soldados en activo cada año. En ocasiones, también se han reportado grandes grupos de atletas universitarios hospitalizados después de entrenamientos extenuantes.
Sin embargo, los doctores dicen que ahora han visto más casos entre los “guerreros de fin de semana” causados, en parte, por la popularidad de los entrenamientos de alta intensidad. En particular, el spinning ha acumulado un gran número de seguidores; muchos gimnasios reportan millones de rodadas y decenas de millones de dólares en ventas anuales por las clases. Hay estudios que muestran que el ejercicio de alta intensidad ofrece una gran variedad de beneficios, sin embargo, en el caso de un pequeño subconjunto de gente, la mayoría principiantes, la rabdomiólisis puede brotar de la nada y agravarse rápidamente.
El levantamiento de pesas, el CrossFit, correr y el programa P9oX han sido los causantes de algunas de las visitas a hospitales en casos de rabdomiólisis. Sin embargo, la causa más común fue el spinning. Todd S. Cutler, médico en el Hospital Presbiteriano de Nueva York y principal autor de un estudio que analizó visitas al hospital entre 2010 y 2014, dijo que todos los pacientes tenían perfiles similares.
“Son personas que no están fuera de forma”, dijo Cutler. “Las presionan mucho y no están entrenadas para eso, lo que da como resultado traumas musculares fuertes”.
Hay evidencia de que cierto tipo de medicinas, como las estatinas, estimulantes y antipsicóticos, al igual que la susceptibilidad genética, pueden contribuir a que se padezca esta enfermedad, dijo Patricia Deuster, profesora de medicina militar y urgencias de la Uniformed Services University of the Health Sciences.
Según los expertos, la rabdomiólisis se da por lo general cuando la gente simplemente no les da a sus músculos el tiempo que necesitan para ajustarse a un ejercicio nuevo y agresivo. Un poco de daño muscular es bueno porque estimula su crecimiento y su adaptación al esfuerzo. Sin embargo, cuando el esfuerzo es demasiado, se destruyen las fibras. Cuando eso sucede, se deshacen y liberan compuestos que pueden ser dañinos para el riñón, como la mioglobina, una proteína que le da a la orina un color marrón u oscuro, síntoma típico de la rabdomiólisis.
A pesar de que prácticamente cualquier actividad intensa puede causar rabdomiólisis, casi siempre afecta a quienes están empezando una nueva actividad. Esta es la razón por la que las personas que realizan un nuevo ejercicio siempre deben iniciar con intensidad ligera, luego pasar a moderada y por último a vigorosa, dijo Eric Rawson, jefe del Departamento de Salud, Nutrición y Ciencias del Ejercicio del Messiah College de Pensilvania.
“Puedes estar en forma, pero si te someto a un entrenamiento al que no estás acostumbrado, eso es lo que puede causarte rabdomiólisis”, dijo.
Ni siquiera los atletas de alto rendimiento están exentos. Amy Purdy, esquiadora de snowboard y medallista de bronce en los paralímpicos, fue a una clase deportiva el año pasado después de tomarse tres semanas libres de su entrenamiento regular. La clase consistía en un circuito de ejercicios duros, dijo, incluyendo docenas de lagartijas. “Más o menos a la mitad del ejercicio, me di cuenta de que mis brazos estaban completamente fatigados”, dijo.
A la mañana siguiente no podía estirar su brazo izquierdo. Después comenzó a dolerle; estaba tieso e inflamado, por lo que se fue al hospital. Se quedó ahí durante ocho días mientras los doctores limpiaban sus riñones llenándolos de agua, dijo. Su diagnóstico fue rabdomiólisis. “Miles de personas que también la han padecido me han contactado a través de mi cuenta de Instagram”, dijo. “Casi todos estaban en forma, les dio por hacer lagartijas y están tratando de encontrar la manera de volver a hacer ejercicio sin arriesgarse a una recaída”.
“Nunca pensé que el ejercicio pudiera ser peligroso. Pero puede serlo cuando tu cuerpo no está preparado para niveles de alta intensidad”.
Hay dos cosas que pueden ayudarte a evitar la rabdomiólisis, dijo Joe Cannon, fisiólogo deportivo. Antes de comenzar un entrenamiento nuevo, haz una versión menos intensa al principio. Por ejemplo, puedes andar en bicicleta estacionaria a ritmo moderado antes de comenzar con clases de spinning, o hacer solamente una serie de ejercicios de levantamiento de pesas en lugar de muchas series y repeticiones.
Sin embargo, lo más importante es conocer tus límites: no tengas miedo de abandonar una clase o decirle que no a un entrenador si sientes que estás esforzándote demasiado.
“Algo que he notado cuando la gente me dice que les dio rabdomiólisis en el gimnasio es que se quedaron sin voluntad personal”, dijo Cannon, quien es autor de Rhabdo: The Scary Side Effect of Exercise You’ve Never Heard Of. “Continuaron haciendo lo que les decía el instructor porque no querían parecer débiles”.
Ese fue el caso de Nancy Weindruch, ejecutiva de comunicaciones del Consejo de Nutrición Responsable, una agrupación empresarial en Washington. En 2015, Weindruch, quien se ejercitaba con regularidad, acudió a una clase de spinning con su hermana, pero no estaba preparada para el ritmo vertiginoso del instructor y para órdenes como “ve más allá de tu límite”.
“Pasé de 0 a 60 muy rápido”, dijo. “En pocos minutos, supe que estaba rebasada, pero me tragué mi orgullo y seguí”.
Tres días más tarde, después de un dolor insoportable en las piernas, ingresó al hospital por rabdomiólisismiólisis y estuvo internada durante seis días. Weindruch regresó al ejercicio, pero ahora solo hace actividades como caminata, yoga y elíptica.
“Nunca pensé que el ejercicio pudiera ser peligroso”, dijo. “Pero puede serlo cuando tu cuerpo no está preparado para niveles de alta intensidad”.
The New York Times
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