26/01/2010
El hecho ocurrió en San Salvador, en 2007
Aseguran que una niña murió por errores de los bomberos y demandarán al Estado
Los padres, en la demanda, afirmaron que el Cuerpo de Bomberos Voluntarios desplegó “una actividad profesional manifiestamente deficitaria”. Denunciaron que la autobomba no arrancaba y perdieron tiempo.
La demanda presentada a fin de año ante el Juzgado Nº 2 en lo Civil y Comercial de Paraná por parte de los padres de Katia Pereyra, fallecida el 7 de agosto de 2007 durante el incendio de una casa en San Salvador, asegura que la niña de 7 años perdió la vida debido al accionar deficitario del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la localidad de la costa del Uruguay.
La demanda fue interpuesta por Alberto Rodolfo Pereyra y su esposa María Inés Ledezma, padres de
Katia, a través de los abogados Lisandro Rodriguez Signes y Marcelo Baridón, contra el Estado de Entre
Ríos –en su calidad de titular del poder de policía de seguridad contra incendios– y contra el Cuerpo de
Bomberos Voluntarios de San Salvador.
En esa presentación –a la que tuvo acceso UNO– se afirma que quienes intervinieron en aquel incendio
omitieron “realizar las diligencias mínimas que exige la profesión de bombero”, y desplegaron “una
actividad profesional manifiestamente deficitaria”. Esto “coadyuvó de modo decidido al fallecimiento por
asfixia” de la hija del matrimonio Pereyra y “derechamente impidió que nuestros mandantes rescataran a
su hija del fuego”. La demanda es por 125.000 pesos en concepto de daño material y otros 125.000
pesos en concepto de daño moral.
Sobre cómo sucedieron los hechos aquel 7 de agosto, los abogados reseñaron: “La Policía de Entre
Ríos llega, verifica que efectivamente la casa se estaba quemando y llama al Cuerpo de Bomberos
Voluntarios de San Salvador, quienes demoran más de la cuenta en llegar a la casa de la familia
Pereyra”.
Además, la autobomba “tuvo que ser empujada porque carecía de suficiente batería para arrancar por sí
sola” y “una vez funcionando por sus propios medios, los bomberos se dirigieron a otro lugar, no al
domicilio donde se estaba desarrollando el incendio”.
Cuando el padre de la niña –que estaba en su trabajo y fue avisado por los vecinos – ingresó a la
vivienda, la Policía y los Bomberos ya estaban en el lugar de los hechos, intentó abrir la puerta de la
habitación donde estaba su hija para rescatarla, pero quién aparecía como el jefe del operativo se lo
prohibió “sin invocar razón alguna”. Alberto Pereyra intentó entonces ingresar a la habitación por una
ventana, pero también le fue impedido. Finalmente ingresó un bombero que rescató el cuerpo de Katia.
“La ambulancia había llegado únicamente con el chofer. Sin médico ni enfermero ni siquiera tubo de
oxígeno”, dice la demanda. Una vecina que es enfermera se ofreció para asistir en la emergencia. Katia
falleció por asfixia, por “la inhalación de sustancias tóxicas, como humo de la combustión de prendas,
maderas, plásticos, etc, que cuando se combinan son altamente tóxicos”.
“De haber actuado el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Salvador con velocidad, de haber
mantenido la autobomba funcionando, de haber actuado con profesionalismo y orden; de haber
escuchado al hermano de la víctima (quien decía que la niña estaba adentro de la casa), de haber traído
las dos autobombas en lugar de una, de haber tenido un plan de ataque del fuego cerca del lugar donde
Katia estaba y no en el frente de la casa, de no haber dado participación protagónica a aspirantes de
bomberos, seguramente Katia Pereyra no estaría muerta. Como ninguna de estas conductas estuvieron
presentes, sino ausente, el resultado de la actuación de los bomberos es a todas luces, desastroso y
concurre decididamente a la causa de la muerte de la menor”, afirma la demanda.
En otro párrafo afirma: “Las ausencias de acción y su relación causal con la asfixia de la menor se ponen
de manifiesto frente a la conducta asumida por el padre de la niña y por la madre. Ambos llegaron a estar
a escasos centímetros de su hija y fueron los bomberos quienes les impidieron llegar a ella”.
Entre las deficiencias de la actuación, los abogados mencionaron que “lejos de concentrar los esfuerzos
en salvar la vida humana que se estaba asfixiando dentro de la vivienda (…) se dedicaron a otras
actividades que cualquier protocolo lógico indica que pueden ser realizadas con posterioridad”. Entre
ellas citaron que “vaciaron la carga de agua de la autobomba sin criterio alguno, sin precisar dónde
estaba el foco ígneo” y no escucharon a la única persona que pudo salir de la casa, quien indicaba que
adentro se encontraba “ahogándose viva” Katia. “Administraron la carga de agua sin ningún tipo de
criterio, tiraron agua al montón y la malgastaron”, aseguraron, entre otras deficiencias.
Fuente: Uno.
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