CLAMAN SEGURIDAD
Tras el homicidio de su compañera, personal de la clínica en la entidad se manifestó para exigir un alto a la impunidad.
CULIACÁN, SINALOA. MEXICO.
La Cruz Roja suspendió sus servicios en Culiacán y Navolato, luego de que un comando irrumpió en las instalaciones de la capital y en su intento por rematar a un paciente hirió a la operadora de radio Genoveva Roguer, quien falleció horas después.
El jefe de socorristas, José Vidal González, dijo que el cierre de las clínicas será al menos durante tres días, en espera de que el gobierno del estado les garantice seguridad para desempeñar su trabajo.
Personal del Cuerpo Voluntario de Bomberos de la ciudad y de Protección Civil municipal tomaron a su cargo las ambulancias de la Cruz Roja para apoyar en los servicios de urgencia.
Incluso, las llamadas de emergencia fueron desviadas a la central de Bomberos.
Refirió que hay temor en el personal de la institución, sobre todo entre paramédicos y socorristas que auxilian a heridos en balaceras, porque los delincuentes les han arrebatado a los lesionados y los amagan.
"Hemos solicitado protección a las autoridades policiacas, pero éstas han guardado silencio".
La mañana de ayer, un grupo de sicarios baleó a un hombre que conducía un vehíc*** sobre el fraccionamiento Los Ángeles. La víctima, quien fue alcanzada por una bala, aceleró la marcha y se dirigió a las instalaciones de la Cruz Roja, a unos tres kilómetros del ataque.
Al llegar a la institución se bajó de su auto y corrió por ayuda; detrás venían sus agresores, quienes dispararon con rifles de alto poder. Recibió dos balazos, pero no murió, y una más alcanzó a Genoveva Roguer.
El herido fue remitido al Hospital General, donde es atendido bajo vigilancia policiaca.
Los socorristas de Mazatlán se solidarizaron con sus compañeros de Culiacán y Navolato, sin suspender sus servicios. Comentaron que por instrucciones de la Dirección Municipal de ese organismo, los pacientes heridos en enfrentamientos son trasladados desde hace un mes a otros hospitales, en prevención a este tipo de ataques.
El pasado 17 de enero, sobre la carretera México-Nogales, un comando armado interceptó una ambulancia de la Cruz Roja, obligó al personal a descender y remató a una mujer herida de bala que era trasladada desde Badiraguato.
Derivado de este evento, en el que murió María Armida Pérez Quintero, de 42 años, el personal voluntario reclamó a las autoridades policiacas el reciente retiro de la vigilancia en sus instalaciones, ante el temor de ser atacados.

Momentos de pánico vivieron socorristas, voluntarios y personal médico de la Cruz Roja ayer en la mañana, cuando una persona que era seguida por un grupo de sicarios buscó refugio en el puesto de socorro.
Durante el tiroteo, una bala alcanzó a la radio-operadora de la Cruz Roja, quien falleció minutos después cuando recibía atención médica.
La joven socorrista que perdió la vida fue identificada por sus compañeros como María Genoveva Roger Lozoya de 20 años, quien era radio-operadora de la delegación de Cruz Roja Culiacán.
Ella resultó con una herida de bala en la cabeza, cuando un sicario intentaba rematar a una persona de nombre Alán Zazueta Samaniego de 27 años de edad, con domicilio en El Pozo, Imala.
La información obtenida en el lugar de los hechos indica que ayer por la mañana, Zazueta Samaniego circulaba de norte a sur sobre la carretera a Imala.
El viajaba con su esposa y su hijo en un Ford Crown Victoria Police Interceptor, color blanco, modelo 2005, placas 9GAVV147 del estado de California.
A la altura del fraccionamiento Los Angeles, lo empezaron a seguir cuatro unidades, siendo éstas una Chevrolet Tornado de color negro, una Nissan Titán de color blanco, un Nissan Sentra de color gris y una Jeep Cherokee de color blanco.
En dichas unidades viajaban personas armadas, quienes le empezaron a efectuar disparos, por lo que Zazueta Samaniego intentó huir de sus agresores.
La persecución siguió hasta la avenida Obregón, donde la familia abandonó el vehíc*** en que viajaban, el cual resultó con varios impactos de bala en la carrocería, cristales y la llanta delantera del lado del copiloto.
Debido a que Zazueta Samaniego se encontraba herido y pedía auxilio a los automovilistas, fue auxiliado en un vehiculo particular y dejado en el parque Revolución, de donde se encaminó a la base de la Cruz Roja.
El lesionado era seguido por los sicarios, quienes observaron cuando fue dejado en el parque y lo empezaron a seguir a pie mientras le disparaban.
Zazueta Samaniego llegó hasta el puesto de socorro, donde intentó protegerse de su agresor, quien nunca dejó de dispararle.
Dos de las balas, hicieron blanco en una de las ambulancias que se encontraba en la entrada del área de urgencias de la benemérita institución. El herido intentó salir por una puerta del edificio que da al callejón Agustín Lara, pero al notar que la puerta tenía llave, se metió en la sala de radio que queda de frente al boulevard Leyva Solano, donde se encontraba María Genoveva Roger Lozoya, a quien le exigió que le abriera la puerta para poder escapar.
Fue en ese momento que el gatillero disparó en contra de su víctima, pero la bala terminó incrustada en la cabeza de la joven paramédico.
Después de eso, los responsables huyeron del lugar, mientras Zazueta Samaniego pedía auxilio y María Genoveva era auxiliada por sus compañeros, quienes luego de darle los primeros auxilios la trasladaron a toda prisa al hospital del Seguro Social, donde dejó de existir.
Por su parte, Zazueta Samaniego fue dejado en el Hospital General, donde es resguardado por elementos policiacos.
Personal de la Procuraduría Estatal que acudió a la base de la Cruz Roja, no encontró casquillos en el lugar, por lo que se presume que el asesino de la joven portaba un revólver.
Después del atentado, personal administrativo, así como decenas de socorristas y voluntarios acudieron al puesto de socorro debido a que se solicitó ayuda vía radio y no podían creer lo ocurrido.
Durante más de una hora, el tramo del boulevard Leyva Solano de la Andrade a la Paliza estuvo cerrado a tráfico vehicular y decenas de uniformados custodiaron el lugar.
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