A partir del inicio de lo que se ha llamado Psicología de la Emergencia comenzó a estudiarse el impacto en los bomberos de la atención de eventos adversos; la mayoría de los autores plantean que los bomberos son afectados de la misma manera que cualquier persona que este inmersa en un evento adverso. Difiero de estas posturas y he observado que el impacto psicológico del trabajo bomberil va a depender del nivel de involucramiento del bombero. Me explico, la afectación psicológica que puede sufrir el bombero va hacer mayor en los siguientes casos: cuando hayan bomberos lesionados o muertos; cuando la localidad en donde se este desarrollando el evento adverso sea el lugar de residencia del bombero, es decir, el sector o la comunidad donde este viva, o cuando familiares del bombero sean víctimas directas del evento adverso. Un ejemplo de esto lo vivimos los bomberos de Venezuela cuando se produjo el deslave del estado Vargas en 1999; en este evento, los bomberos que residian en caracas laboraron con mas calma y fueron menos afectados psicológicamente que los que vivian en ese estado. Otra consideración en este sentido es que los bomberos pueden atender, por ejemplo, lesionados por un accidente automovilistico, estabilizarlos y trasladarlos con un nivel de control de todas sus actividades bastante alto pero si los lesionados son bomberos, el trabajo bomberil apenas puede llevarse a cabo. Planteo estas hipotesis para darle apertura a la discusión acerca de si nosotros como personal que labora continuamente en la atención de emergencias somos afectados de la misma manera que otras personas que no tengan la preparación profesional para ejercer como bomberos.
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